Acerca de Indoamérica, resistencia y dignidad indígena

La propuesta de denominar a nuestro continente con el nombre de Indoamérica tiene como sustento el debido y merecido reconocimiento de estos pueblos que habitan esta porción de la Tierra desde miles de años antes de la llegada oficial y no oficial de los europeos y de otras partes de la Tierra.

La base de la diversidad cultural de nuestros pueblos la constituyen los centenares de pueblos indígenas que habitan nuestra América. Cada uno con su cosmovisión, idioma y cultura que reflejan los inmensos saberes sobre los ambientes donde viven. Sobre estos descansó, a pesar del exterminio sistemático y saqueo de sus recursos, el mestizaje genético y cultural del que forman parte europeos y africanos. La sociedad colonialista, que en muchos aspectos subsiste actualmente gracias a los tentáculos de poder imperiales y sus engendros internos, tiene una inmensa deuda con el debido reconocimiento a estos pueblos que han desarrollado sociedades compenetradas durante milenios con los ecosistemas que habitan, resguardando el agua, los alimentos y los bosques que nos benefician a tod@s.

En los programas actuales de conservación de los hábitats y la diversidad biológica adquieren cada vez mayor importancia sus conocimientos ecológicos tradicionales, debido a que los diversos procesos y tecnologías que de ellos se derivan, son vitales para mantener o restaurar los más diversos ambientes en donde ellos habitan.

Muchos de estos conocimientos aún sin mucha gente saberlo, están presentes en las prácticas tradicionales de la gran mayoría de la población criolla, incluso en ambientes altamente urbanizados como el de nuestras grandes ciudades.

En nuestro país Venezuela se estima una población indígena que supera el medio millón de personas, distribuidos en unos 40 pueblos indígenas, ya que últimamente etnias que se consideraban extintas como los chaima, los cumanagotos y los timotes han iniciado procesos de autoidentificación indígena, a la par del rescate, revitalización y divulgación de su idioma, su cultura y su territorio.

Para los indígenas es vital la tierra, sin ella no hay vida, así de sencillo.

El Estado derivado de la Revolución Bolivariana ha cumplido a partir de la promulgación de la Constitución de 1999 con eyes que garantizan el respeto y oficialidad de sus idiomas en sus zonas de origen hasta la que garantiza la demarcación y reconocimiento de sus hábitats y territorios. Por lo menos en la palabra, existe el marco jurídico y teórico para empezar a saldar la gran deuda histórica con estos pueblos, con estos compatriotas.

Sin embargo en muchos casos ha sido difícil llevar a la práctica estas leyes, en primer lugar por la

falta de conciencia aún presente en mucha gente que no entiende la importancia del reconocimiento formal de sus derechos ancestrales, a lo que se suman los oscuros intereses con ramificaciones económicas, políticas y militares a los que no les conviene el reconocimiento de miles de kilómetros cuadrados como tierras indígenas, especialmente en los estados con mayoría o presencia indígena: Anzoátegui, Amazonas, Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Lara, Mérida, Monagas, Sucre, y Zulia.

Recientemente varias comunidades yucpas de la Sierra de Perijá iniciaron acciones de resistencia y defensa de sus tierras frente al robo y abuso sistemático al que han sido sometidos por parte de la latifundistas venidos de otras partes, en los últimos 30 años, contando con el apoyo de autoridades locales, regionales y militares de la región. Estas acciones han provocado la movilización de grupos de activistas, creadores, estudiantes, investigadores y trabajadores que en lo que han podido, cuando a ellos mismos no los han retenido y agredido, han revertido estas acciones y han divulgado lo sucedido, hasta el punto de estimular las claras y contundentes declaraciones presidenciales del 24 de agosto pasado.

El trajinar es y será siendo intenso para lograr en la práctica la consecución de una verdadera sociedad multiétnica y pluricultural donde los principales actores de esa amalgama cultural tengan garantizados sus más elementales derechos fundamentales.


wocp2002@yahoo.com


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