El
presidente Alan García justificó ayer la matanza en la Amazonía. Señaló
que los indígenas “no son ciudadanos de primera clase” y que, por lo
tanto, no tenían ningún derecho a decirle al resto “tú no tienes
derecho de venir aquí”. Incluso García advirtió que en el desbloqueo de
las carreteras, cada ministro debe asumir su responsabilidad, pues para
eso los nombraron y no para que miren a otro lado mientras el Perú se
queda sin gas y sin petróleo.
Terminado el acto en Palacio de
Gobierno y pese a que no tenía otra actividad en su agenda, sólo
atender en privado a la máxima dirigencia aprista, el mandatario voló
inmediatamente a Olmos (Lambayeque), donde se encontraba el premier
Yehude Simon. Allí ofreció más declaraciones, pero sólo al canal del
Estado, donde deploró y lamentó el fallecimiento de los policías, de
quienes dijo: “murieron en el cumplimiento de su deber”.
Represión
policial termina en baño de sangre con un saldo de 40 muertos entre
nativos, pobladores y policías. Pueblos de la selva se sublevan y
gobierno decreta toque de queda.
El nororiente peruano estuvo
convulsionado todo el día de ayer luego que la policía antimotines
desalojó a balazos a miles de nativos y pobladores de Bagua que
permanecían en la carretera Fernando Belaunde Terry en señal de
protesta por la terquedad del gobierno y sus aliados políticos, Unidad
Nacional y el fujimorismo, de no derogar las leyes antiamazónicas.
Por
culpa de este desigual encuentro cayeron abatidos unos 15 nativos
awajun y 11 pobladores bagüinos, 3 no identificados y también 11
policías de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes). También,
según informes de la zona, es posible que el número de muertos entre
los awajun-wampis aumente.
La violencia estalló en las ciudades
de Jaén (Cajamarca), Bagua Grande y Bagua Chica (Amazonas), con
enfrentamientos entre la policía y pobladores.
Mientras tanto,
en Tarapoto (San Martín), Yurimaguas (Loreto) y en Lima la población
identificada con la lucha amazónica salió a las calles y carreteras a
protestar y expresar su indignación.
Pasadas las 8 de la noche
llegaron a Lima los cuerpos de los 9 policías que murieron ayer, y el
gobierno ordenó el toque de queda en las ciudades estremecidas por los
acontecimientos de este inolvidable Día del Medioambiente.
La masacre
En
la zona conocida como “Curva del Diablo” comenzó, aproximadamente a las
5 de la madrugada de ayer, un operativo policial de desbloqueo, con el
apoyo de helicópteros que lanzaron bombas lacrimógenas sobre los
indígenas (unos 2,000) y pobladores de Bagua Grande y Bagua Chica
solidarios con la protesta amazónica.
Según Darío García
Bustamante, uno de los heridos de este enfrentamiento, el primer
encuentro contra la policía fue en el sector “Siempre Viva”, a pocos
kilómetros de la “Curva del Diablo”, cuando efectivos de la Dinoes
lanzaron bombas lacrimógenas contra los indígenas apostados en la
carretera. Esto motivó la enérgica reacción de los aguarunas que
provistos sólo de lanzas, piedras y palos trataban de ponerse a salvo
entre la vegetación de la zona y algunos montículos de tierra.
El
operativo policial fue realizado por unos 600 policías armados de la
Dinoes y de la Dirección Antidrogas (DINANDRO), que dispararon
frontalmente al cuerpo de los manifestantes.
Otro testigo,
Alexander Sacay, brazo derecho de Santiago Mauig (representante notable
del pueblo indígena), dijo que mientras eran bombardeados desde los
helicópteros, algunos francotiradores (policías) les disparaban desde
los techos de las casas y edificios.
“En un momento, los ex
combatientes del Cenepa trataron de impedir la masacre, pero también
fueron repelidos por la policía a balazos, resultando heridos y
auxiliados por los manifestantes, quienes trataron de ponerlos a buen
recaudo en medio de la Plaza de Armas de Bagua y debajo de la tolva de
un camión. Sin embargo, allí perecieron varios de los heridos, entre
ellos, un rondero”, indicó Sacay.
Bagua Chica
Indignados
ante estos acontecimientos, los habitantes de Bagua Chica salieron a
las calles a apoyar a los nativos, pero la policía no cesó su ataque
hiriendo gravemente a niños, jóvenes y adultos, quienes inmediatamente
fueron traslados a los hospitales de EsSalud y del Lanatta Luján del
Ministerio de Salud.
Hasta las 2 de la tarde, los fallecidos en
Bagua Chica eran cinco policías, siete aguarunas y tres civiles. Entre
los muertos fue identificado el policía Julio César Valera Quilcate
(26), natural de La Libertad, quien presentó una perforación de bala
cerca de la oreja. También murieron Cernia Severo Wawat, Felipe Sabio
Wawas y Abel Ticlia Sánchez (27), natural del centro poblado La Peca.
Mario
Linares, de la red de Salud de Bagua, confirmó que entre los heridos
estaba el director de Radio Fuego, Javier Santa Cruz, con una bala en
la pierna. Denunció, asimismo, el colapso de los centros de salud
debido a la falta de medicamentos. La enfermera Teresa Romero dijo que
todos los heridos eran de bala “en la cabeza, el brazo y abdomen”.
Los
manifestantes incendiaron el local del Programa Nacional de Manejo de
Cuencas Hidrográficas (PRONAMACHS), las instalaciones del Registro
Nacional de Identidad y Estado Civil (RENIEC) y las instalaciones de la
Subprefectura, el Poder Judicial y una unidad móvil de este organismo
del Estado.
La caótica situación fue aprovechada por ladrones que cometieron saqueos en la zona comercial.
El
alcalde de la provincia de Bagua, Jaime Vílchez Oblitas, condenó al
gobierno central por los actos de violencia que se registran en Jaén,
Bagua y Utcubamba. “No supieron manejar la situación, ahora huyen y no
afrontan las consecuencias”, señaló.
El burgomaestre lamentó la
pérdida de vidas humanas. Dijo que si el presidente de la República
Alan García y el premier Yehude Simon hubiesen actuado de manera
correcta, ahora no estaríamos lamentando las muertes.
“Es
lamentable que el jefe de Estado no haya podido manejar el conflicto
propiciado por el reclamo de los aguarunas en protección del medio
ambiente”, señaló. Asimismo, lamentó la histeria colectiva que se vive
en esa provincia y en otras localidades del nororiente del país.
Bagua Grande
Los
actos de mayor violencia ocurrieron en Bagua. En esta provincia más de
dos mil aguarunas y ronderos tomaron las calles y el parque principal
de la ciudad, quemando el local de la Policía Nacional del Perú, el
local del Partido Aprista, la Gobernación y otros establecimientos.
Conforme pasaban las horas el temor crecía, debido a que para evitar
mayores incendios las autoridades de la provincia decidieron cortar el
suministro eléctrico.
Los enfrentamientos se registraron en el
sector El Reposo, 4 kilómetros antes de llegar a Utcubamba. En este
lugar los manifestantes tomaron por asalto el puesto policial, que dejó
como saldo cuatro policías muertos.
Por su parte, el doctor
Rodas, del hospital de EsSalud “El Buen Samaritano” de Bagua Grande,
informó que tenían en el hospital a siete heridos, entre ellos dos
niños heridos de bala como Laydi Montes Gonzáles (7) y a un adolescente
de 12 años de edad que trató de salvar a sus hermanitos menores;
mientras que en el hospital Santiago Apóstol de Utcubamba se atendían
36 heridos de bala, tres de suma gravedad.
Jaén
A
un día de su aniversario, la ciudad de Jaén se vio convulsionada por
los actos de violencia. Desde las primeras horas los manifestantes
tomaron el cruce Chamaya, interrumpiendo así el tránsito de buses
interprovinciales al nororiente peruano.
En esta ciudad, los
ánimos se caldearon cuando la policía intentó frenar a los
manifestantes que procedieron a quemar el local de la Compañía de
Bomberos. Los muertos serían cuatro policías. Mientras tanto, otros
cuerpos eran trasladados al cuartel “El Milagro” desconociéndose la
intención.
Desaparecen los cuerpos
El
representante de la Vicaría de Medio Ambiente Apostólico de Jaén,
Nicanor Alvarado, exigió a las autoridades que expliquen urgentemente
por qué un grupo de heridos y muertos civiles que dejó la intervención
policial en la zona denominada la “Curva del Diablo” está siendo
trasladado de manera sospechosa al cuartel “El Milagro”, denunció ante
Ideeleradio.
“Aún no hay una relación de personas y las cosas
son inciertas, lo único que hemos visto es que los heridos están siendo
trasladados al cuartel “El Milagro”, mentiría si digo cuántos son, pero
eso es lo que hemos visto. Pido a los organismos internacionales que
intervengan y que el Congreso forme inmediatamente una Comisión de Alto
Nivel para acabar con esta persecución y muerte de nativos”, demandó.