Dicen que los trapos sucios se lavan en casa, eso hicimos mi esposa y este servidor, escribimos cinco cartas en aporrea, la mayoría dirigidas al señor Presidente, todas con la esperanza de que alguien nos llamaría, le enviamos correos a José Vicente Rangel, Earl Herrera, Hernández Montoya, a la Juez Superior Ana Casanova (nunca me atendió en su despacho), a las Doctoras Luisa Estela Morales y Luisa Ortega Díaz, a Vanesa Davis y llamamos al compatriota Navarro, quien dirige en San Cristóbal, Estado Táchira un programa en la televisora TRT, llamado la esquina caliente ( éste nos atendió como si fuésemos basura); en fin nadie de estas personas nos envió aunque sea un correo de aliento o por lo menos de haber recibido el mensaje.
Hoy el abogado del caso nos dice que el Juez cuarto Lisandro Seijas, por segunda vez, negó a mi hijo ser juzgado en libertad, razones, ninguna con fundamentos, pero así funciona la justicia, sobre todo para lo patas en el suelo y es que Vladimir viene de ese lote de humanos, que son etiquetados por su origen en ese segmento de la población. ¿Qué hizo Vladimir? Cumplir con su trabajo, pero lamentablemente el hombre tenía padrino, si señores un Juez, que tenía como cargador maleta a un fiscal que salió corriendo a montar un show para detener a un joven de la policía municipal con una intachable hoja de servicios, pero esta policía por desgracia está en manos de la oposición y como queremos eliminarla tenemos que sacrificar a todo lo que provenga de ella, así sea gente honesta.
Decimos que la revolución es para los excluidos, para darle oportunidad a los que como Vladimir nunca la tuvieron, por eso creí y todavía sigo creyendo en ella, pero dicen que los golpes enseñan y yo como que estoy aprendiendo muy rápido. Recuerdo cuando hice la carta a Josefa Rausseo para que le pararan bolas, salió por el segmento creo de la voz del lector, en el diario Ultimas Noticias; tuve que pedir en el escrito ayuda a los países extranjeros para operarla, ya que nuestro país que da tanto, no le brindaba la ayuda que merecía; sabía que si el señor Presidente leería esa carta y mediría el riesgo político que corría el gobierno si otro país brindaba ayuda a Josefa, en ese momento salieron inmediatamente a resolver el problema de salud de esta humilde persona que hoy sigue trabajando en la Universidad y que con sus sonrisa me agradece lo que hice por ella.
Hoy como hice con Josefa, pido ayuda a todos aquellas personas de buena voluntad que deseen ayudar a Vladimir, a quien se le han violado todos sus derechos y deberá pasar esta navidad como en sus primeros cuatro años, entre cuatro paredes sin una familia a su lado (solo se nos permite visitarlo martes y sábado de una a tres pm.), nosotros que lo consideramos nuestro hijo de Dios y que lo amamos como nuestro hijo mayor, sentimos que la navidad tampoco brillará para nosotros, ni para sus dos pequeños hermanos. Pero la batalla apenas comienza y como se dice en criollo lo que viene es joropo, ya dejaremos de escribir en aporrea, quien ha sido el primer órgano informativo de contraloría social del Gobierno Bolivariano y que a través de los defensores reales del proceso quienes han sido pronosticadores de las malas acciones que pasan en el Gobierno y que si fuesen escuchadas en su momento, otro gallo cantaría. Le doy mil gracias aporrea por ser nuestra voz, ya que el canal ocho dejó de ser de los venezolanos hace mucho tiempo y Mario Silva solo se la pasa pendiente de las nalgas de Julio Rivas, y los que hemos defendido con nuestros escritos y nuestros votos el proceso, que se vayan pal carajo.
Salgo a la calle a defender con lo que esté a mi alcance a mi hijo, si tengo que suplicarle a Ravel que me escuche y que le diga al mundo a través de Globovisión lo que está haciendo ésta justicia con mi hijo lo haré, así mismo con todo los medios de comunicación que estén dispuesto apoyarme en mi cruzada; que me llamen traidor, no tienen moral para hacerlo; es mi hijo, se que es inocente y por mi hijo hasta la vida doy. Pero para que no les caiga de sorpresa en Enero comenzaré una huelga de hambre hasta que mi hijo salga en libertad, eso si cerca de mi recinto de trabajo para seguir dando clases hasta que el cuerpo aguante, no puedo fallarle a mis estudiantes, la ética siempre por delante. Mi esposa llorando me dice que mi salud no da para mucho y me puedo quedar en el sitio, pero ella debe comprender que sería un inmoral si dejara que a nuestro hijo mayor lo pisotearan y lo llevaran a la muerte en una cárcel; prefiero morir y que mis hijos sepan, que su padre murió por la causa más noble que hay, nuestros hijos.
Lamento señor Presidente que nuestros caminos se separen pero usted también lo hubiese hecho, mi hijo perdió una batalla, pero la guerra apenas comienza y yo he decidido como cabeza de familia colocarme al frente aunque sea el primero en caer, como todo buen Comandante voy al frente de mi tropa, con mi pequeño ejército de vuelvan caras iré como Páez en las queseras del medio, con la verdad por delante y con la fe de que triunfaré en esta batalla. Así como juró Bolívar en el monte sacro, juro yo también que no daré descanso a mi cuerpo y paz a mi alma hasta ver a mi hijo en libertad.
El juicio nos costará como 20 millones de bolívares, si nos desean ayudar por favor pónganse en contacto con este servidor a través de mi correo electrónico.
Su servidor
(*) Profesor Henry Carrero
Universidad de Guayana
henryantonioc@gmail.com