"Los Estados Unidos parecen predestinados
por la providencia para plagar de miseria
nuestros pueblos". (Simón Bolívar)
Ante la incapacidad de entender el concepto de solidaridad con el hermano pueblo de Haití, el gobierno de Barack Obama ha iniciado una invasión a un país hermano, ante las propias narices de la Comunidad internacional. Lo que otras naciones han hecho y donado con la sola utilización de un avión, a los Estados Unidos le dio la oportunidad de colocar en las costas haitianas portaviones, barcos, helicópteros, tanquetas y diez mil soldados. El Aeropuerto internacional de Puerto Príncipe es ahora una base militar de los Estados Unidos, todo esto sin solicitar permiso a las autoridades de Haití.
El Almirante Mike Mullen, Jefe del Estado Mayor conjunto y el Secretario de Defensa anunciaron el aumento del personal militar estadounidense de mil a diez mil soldados y el traslado de varias unidades navales a las costas del país antillano, justificando que las tropas norteamericanas están allí solo para repartir agua, comida y atención medica, cosa que están haciendo muchos países del mundo sin necesidad de desplegar tan grande operativo militar.
El Terremoto en Haití, le ha dado la excusa al gobierno norteamericano de Barack Obama, premio Nobel de la Paz, de desplegar una amplia invasión militar y policial a un país caribeño. Quizás con la intención de quedarse permanentemente y establecer las condiciones estratégicas favorables a posibles agresiones militares, aéreas y navales a otros países de l región.
Esta Nueva invasión a una nación caribeña se ha hecho en frío y aprovechando la grave situación por la cual atraviesa Haití, después de un fuerte terremoto que arrasó todo el país. El estado carroñero de los Estados Unidos ha invadido a Haití, violando las leyes del hermano país, sin solicitar previamente permiso para hacerlo. Mas tarde dirán que es para prevenir masivas oleadas de inmigrantes al territorio norteamericano y para cuidar a personas e intereses norteamericanos.
Es posible que las tropas norteamericanas puedan destituir al presidente René Preval, sacándolo a la fuerza para algún país africano o aliado del hemisferio. Le están mostrando a Haití y a su gobierno la zanahoria para luego darle el garrotazo, que es la política que los gobiernos de los Estados Unidos han implementado en el mundo y especialmente en America latina, desde el mandato de Theodore Roosevelt.
Los organismos internacionales guardan silencio ante tan desproporcionada invasión del territorio haitiano. Todos están callados, o será que las grandes potencias piensan repartirse a Haití entre si, para iniciar una nueva era neocolonialista en el continente. La exagerada presencia de tropas norteamericanas en Haití, crea un clima de desestabilización en nuestro hemisferio, como creando las condiciones a nuevos intervencionismos armados, especialmente contra gobiernos como lo de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Con esta ubicación estratégica planificada de ante mano por las fuerzas militares norteamericanas, Las fuerzas invasoras de los Estados Unidos se ubican en Medio de la Cuenca del Caribe, pudiendo dominar a toda Centroamérica y a casi todo el continente suramericano, apoyados, por fuerzas de choque norteamericanas ubicadas en todo el territorio colombiano, panameño y en las antillas neerlandesas.
Si miramos el mapa del caribe y Suramérica, podemos definir, sin ser un analista militar consumados, nos podemos dar cuenta que lo que se prepara es el escenario para una invasión a Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia y al norte de Brasil. Esta es una crónica de una invasión anunciada. Se consuma con la invasión a Haití, la esperada guerra por el petróleo, gas, el agua y los recursos naturales, elementos estratégicos tan necesarios para que el imperio norteamericano mantenga su poderío unipolar.
Al controlar los Estados Unidos el tráfico por esa inmensa cuenca del caribe, los Estados unidos controlaran el mundo. Tiene acceso al paso e invasión de la zona del canal de Panamá y a esa enorme cuenca rica en todos esos recursos energéticos y alimenticios que siempre ha ambicionado.
Los Estados Unidos trata de revertir la creciente influencia de la Revolución Bolivariana en todo el caribe, para eso no dudara de hacer uso de la fuerza militar o nuclear contra nuestros países. La urgente necesidad de hacerse de aliados en la región les ha dado grandes resultados, al lograr que países enteros como Colombia, Panamá, Perú, y Holanda, le hipotequen sus soberanías, para servir de plataforma a la tercera guerra mundial.
El Ejemplo de Haití, debería de servir de reflexión a aquellos sectores de oposición a los gobiernos progresistas de America latina, los Estados Unidos no da nada de manera gratuita, ni movido por nobles sentimientos de altruismo. Todo esta milimétricamente calculado, quien se vende a los gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica, le vende su alma al diablo.
El Gobierno del Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, esta editando una nueva forma de ejercer la solidaridad. Solo a través de la fuerza militar los Estados Unidos de Norteamérica ofrece ayuda. Solo perdiendo Colombia su soberanía, el Congreso de los Estados Unidos firmaría el Tratado de Libre Comercio. Solo lo firmarían si el presidente Uribe llegaba al máximo de su humillación y degradación, poniéndose de rodillas frente al imperio.
Solo los millones de damnificados de Haití, recibirían algún tipo de ayuda del gobierno de la Casa Blanca, si era posible la invasión que les permitiera obtener el control de la cuenca Caribe. Dejando la duda si lo Estados Unidos de Norteamérica con toda su tecnología militar de guerra haya tenido que ver en esta grave catástrofe que le ha sucedido al hermano pueblo haitiano, haciendo detonar una carga atómica que causara este terremoto tan destructivo.
Seria perverso, por el solo hecho de pensar en los más de cincuenta mil muertos que llenan las calles de las ciudades de Haití. Aunque parezca ciencia ficción, solo recordemos que fuel el presidente Ronald Reagan quien acuño en plena guerra fría el término guerra de las galaxias.
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