Octubre 04 de 2014.- En la tarde del 03 de octubre, entre lágrimas, manos de mujeres humildes y trabajadoras empuñando pequeños ramilletes de flores, miradas de rabia impotente, dolores viejos que se mezclanban con los nuevos; esperó el pueblo, al joven diputado Robert Serra, muchos habían amanecido para darles el adiós que hubiesen querido, nunca dar. Una multitud espontánea, se desbordaba para acompañarlo junto a la joven revolucionaria, María Herrera quienes a su corta edad se encontraron frente a unos seres desprovistos de toda humanidad, que con crueldad, saña, sadismo y alevosía les segaron sus cortas vidas. El llanto corría por las mejillas de madres, que tal vez veían en los jóvenes a los suyos, otros sentían a Robert como un muchacho sencillo, del pueblo, que mantenía sus orígenes, viviendo en una humilde casa en La Pastora, desplazándose en moto por el 23 de Enero, pero lo que más recuerdan de Serra era su verbo apasionado, y algunos veían en él al próximo líder de la patria.
Al clamor de "justicia, justicia" los restos de Robert Serra y María Herrera salieron acompañados de Diosdado Cabello, Darío Vivas y un gran grupo de jóvenes de la política nacional, desde los balcones y terrazas la gente se asomaba para ser parte de esta su última marcha. A medida que los féretros se desplazaban, más gente se iba integrando a la masa que como río suelto inundaba a su paso la Avenida Baralt, la Lecuna para llegar a su destino final.
A pesar de su corta vida, 27 años, Serra había logrado el título de abogado en la UCAB, un postgrado en criminalística, fue creador del Movimiento Avanzada Revolucionaria conformado por jóvenes, asimismo, se desempeñó como concejal en el Cabildo Infantil y Juvenil del municipio Libertador y desarrolló una amplia carrera dentro de la política nacional. Caracterizado por poseer un verbo rápido y certero, fue bautizado como la "Metralleta" por Hugo Chávez. Hasta el momento de su asesinato, ocupaba el cargo de diputado en la Comisión Permanente de Desarrollo Social.