La ceremonia tiene lugar en primavera cuando los delfines calderones se acercan a las costas, y todo el pueblo se prepara para el “gran día”. Este acto, que se realiza al aire libre y a la vista de todos, se convierte en una fiesta que deja las aguas teñidas de rojo, bañadas de sangre.
Se trata de una tradición de más de 1.200 años en la que se matan entre 1.000 y 2.500 delfines. Los jóvenes se aprovechan de la confianza que los calderones tienen hacia las personas para celebrar su iniciación a la edad adulta, aunque se podría cuestionar que matar animales a sangre fría sea adulto.
La razón por la que nadie hace nada allí para frenar esta masacre es que antes la agricultura jugaba un papel muy importante en las islas, pero actualmente la pesca, la industria pesquera y la exportación de pescado son las actividades comerciales más importantes. Además la carne de calderón supone aproximadamente una cuarta parte del consumo total de carne.
Debemos de recordar que no es la única tradición que consiste en el maltrato a animales. En países de todo el mundo podemos encontrar actos crueles con los animales. Lo positivo es que parecen ser apoyados, cada vez, por un número menor de personas, pero lamentablemente el suficiente como para que se sigan realizando.
Concienciar es la clave, y por ello es tan importante la educación ambiental y el que los medios nos hagamos eco de tales atrocidades, porque muchos pocos hacen algo grande.