Decenas de empresas británicas que integran más de 16.000 supermercados han decidido no comercializar cocos producidos en Tailandia, según un comunicado de la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA).
La iniciativa surgió a raíz de una investigación de la asociación. Tras inspeccionar ocho granjas de cocos tailandesas, la PETA determinó que estos animales son unos 'trabajadores' muy productivos, ya que pueden llegar a recoger 1.000 cocos al día, una cifra enorme en comparación con los aproximadamente 80 que es capaz de recolectar un humano en una jornada. No obstante, estos "monos esclavizados" sufren maltratos por parte de sus amos y muestran una carencia de comunicación con otros animales de su especie, señala la organización.
"Son secuestrados de su hogar en la naturaleza, donde viven en grandes grupos sociales. Los mantienen encadenados y aislados [...] con muy pocas oportunidades de interactuar con otros monos. Muchos se vuelven locos. Estos animales inteligentes y sociales son tratados como máquinas para recolectar cocos", asevera la investigación, que indica asimismo que los monos también suelen sufrir mutilaciones, como la extracción de sus colmillos.
"Otras regiones de cultivo de cocos, como Brasil, Colombia y Hawái, los recolectan utilizando métodos humanos", combinando la maquinaria avanzada con el uso de la fuerza laboral humana voluntaria, recuerda la PETA. "Los estudios han demostrado que, además de no explotar a monos, estos métodos son superiores porque los monos no distinguen entre frutas maduras e inmaduras, y los cocos se magullan cuando los monos los tiran al suelo", agrega el comunicado.
En una declaración citada por la organización, la cadena de supermercados Waitrose, que integra 338 locales en el Reino Unido, confirmó que quiere poner fin a la explotación de los animales y resalta: "Como parte de nuestra política de bienestar animal, nos hemos comprometido a no vender nunca ningún producto que nos conste que procede del trabajo de los monos".