14-03-23.-Hace cinco años asesinaron a la brasileña Marielle Franco, reconocida defensora de derechos humanos. Era concejala del ayuntamiento de Río de Janeiro, activista negra y abiertamente lesbiana. Tras un lustro del crimen, el caso sigue sin resolverse y sus familiares siguen esperando por Justicia. Para Amnistía Internacional, el de Franco es un retrato de la impunidad que campea en Brasil.
Marielle Franco era más que una activista, era una referente en la lucha contra las injusticias y en la defensa de los derechos de los más pobres, de la comunidad afro y de la comunidad LGBTQI+.
El 14 de marzo de 2018 fue asesinada junto con Anderson Gomes, el conductor del coche que la transportaba al regresar de un evento político de mujeres afro en el centro de Río de Janeiro.
El acontecimiento conmovió fuertemente a Brasil y a la comunidad internacional, pero cinco años después del crimen la Justicia todavía no ha logrado identificar a los autores intelectuales del asesinato, ni ha aclarado sus móviles o motivos.
"Para nosotros es lamentable. Brasil es el cuarto país del mundo que más mata defensores de los derechos humanos. Por eso el asesinato de Marielle, sin solución cinco años después, es un retrato vivo de, como decimos en Brasil, 'Aquí se mata y es como si nada'", afirma la directora ejecutiva de Amnistía Internacional para Brasil, Jurema Werneck.
En 2019, las autoridades arrestaron a dos expolicías acusados de ser los autores materiales del crimen, pero ninguno ha sido juzgado o condenado. Además, no se ha identificado a quienes dieron la orden del asesinato, ni se han aclarado los motivos del crimen.
“Ya son cinco años sin esa sonrisa. ¿Quién mandó a matar a Marielle y por qué?”, la eterna pregunta, como lo tuiteó este lunes 13 de marzo el Instituto Marielle Franco, una organización creada por la familia de la activista con el objetivo de buscar y presionar por Justicia.
"Tanto los autores materiales del crimen como los intelectuales deben ser procesados, juzgados y deben rendir cuentas", publicó Amnistía Internacional Brasil en un informe.
Cinco equipos de fiscales, pero ningún avance
Un quinto equipo de fiscales fue nombrado como responsable de la investigación y ya se reunió con los familiares de Marielle Franco el pasado jueves, pero no les anunciaron ninguna novedad.
"Ya son más de una docena de fiscales involucrados en el caso en cinco años; tres presidentes de la República, tres gobernadores (de Río de Janeiro), tres procuradores generales de Justicia, tres comisarios... y ninguna respuesta", dijo Werneck.
“Hace cinco años, las muertes de Marielle y Anderson conmocionaron a Brasil y al mundo. Si esta historia fuera una serie ya tendríamos varias temporadas y episodios de falta de transparencia e injusticia. ¡Todavía no tenemos respuestas!”, tuiteó este lunes Amnistía Internacional Brasil.
“Mujer feminista, negra e hija de la favela”
Marielle Franco nació el 27 de julio de 1979 en el Complexo da Maré, una favela de casi 150.000 habitantes en el norte de Río de Janeiro. Si bien empezó a trabajar para organizaciones de la sociedad civil, decidió rápidamente dedicarse a la política tras ver morir a uno de sus amigos, alcanzado por una bala perdida en un tiroteo entre narcotraficantes y policías.
En 2006 empezó a trabajar para el Partido Socialismo y Libertad y apoyó la candidatura de Marcelo Freixo, candidato a las elecciones legislativas del estado de Río. Cuando fue elegido, Franco fue encargada de coordinar la Defensa de los Derechos Humanos y la Ciudadanía.
En 2016 se presentó a las elecciones municipales de Río, que ganó ampliamente en su circunscripción, convirtiéndose en concejala municipal. Se encargó de cuestiones de seguridad en las favelas.
Marielle Franco fue una crítica virulenta de la actuación de las fuerzas del orden, especialmente las encargadas de apaciguar, a sangre y fuego en muchas ocasiones, las favelas de Río.
“Mujer feminista, negra e hija de la favela”, se definía ella misma. Siempre defendió los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ+. Fue madre joven y abrió debates sobre temas de género, la protección de los derechos reproductivos, la defensa del colectivo LGBTIQ+, y la lucha contra el racismo.
¿Un asesinato político?
Marielle fue asesinada con 38 años de cuatro balazos de 9 milímetros en la cabeza, mientras iba sentada en la parte trasera del coche que la transportaba. La política, por su influencia en la lucha por los derechos de las minorías, era un objetivo para la extrema derecha, los grupos armados de las favelas y los que no aceptaban su condición sexual y activismo.
Muchas organizaciones denuncian un posible carácter político a su asesinato. De hecho, unos días antes de ser asesinada, había denunciado públicamente la actuación de la policía militar en la Favela de Acari, en Río de Janeiro.
“Marielle quedó truncada cuando era madre, mujer, concejala, hija, madrina y hermana. No vio a su hija graduarse, a su hermana obtener un máster y convertirse en ministra de Estado; no vio ni experimentó pequeñas alegrías cotidianas junto a Mónica, su pareja”, recuerda Amnistía Internacional en su informe.
"Es necesario recordar que Brasil es el cuarto país del mundo en asesinato de defensores de derechos humanos y la mayoría de los casos está impune, lo que demuestra que las instituciones no consiguen responder a la altura", afirma Jurema Werneck.
Su familia sigue luchando por Justicia, especialmente a través de la fundación que crearon.
Entretanto, muchos guardan la esperanza que con la llegada de Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva al poder se pueda ayudar a aclarar el caso. El nuevo presidente nombró a la hermana de Marielle, Anielle Franco, como su ministra de Igualdad Racial, y pidió a la Policía Federal crear un grupo de apoyo para avanzar las investigaciones.
*Con información de EFE y Amnistía internacional