Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, subrayó este miércoles la necesidad de tratar el creciente flujo de migrantes venezolanos hacia el país con "responsabilidad" y "respeto".
Desde la celebración de las elecciones presidenciales en Venezuela, la afluencia de venezolanos a la frontera ha aumentado de manera considerable, lo que ha llevado a Lula da Silva a asegurar que el gobierno federal tiene el deber de brindar apoyo en esta crisis.
Luiz Inácio Lula da Silva (EFE/ André Coelho)
En una entrevista con la emisora Rádio Norte FM, Lula enfatizó que el Ministerio de Relaciones Exteriores tiene la directriz de la Presidencia para recibir a los migrantes venezolanos con dignidad. "No queremos que lleguen aquí y enfrenten más dificultades de las que ya vivían en Venezuela", afirmó el mandatario.
El presidente brasileño expresó su esperanza de que Venezuela retome la normalidad para que los migrantes puedan retornar a su país "lo más rápido posible".
No obstante, mientras tanto, garantizó una buena recepción y asistencia en Brasil. Además, anunció su intención de visitar el estado fronterizo de Roraima, uno de los más pobres y principales puntos de entrada de los migrantes, acompañado por varios ministros para abordar la situación.
Las migrantes venezolanas María Núñez y Rosa Tovar buscan ropa y otras cosas en el basurero de la ciudad fronteriza de Pacaraima, estado de Roraima (REUTERS/Amanda Perobelli)
La ciudad de Pacaraima es la principal entrada a Roraima y fue solo en agosto que recibió 11.325 nuevos migrantes, un incremento significativo en comparación con los 8.477 del mes de julio.
Debido a la emigración venezolana, más de siete mil personas residen actualmente en los albergues para grupos vulnerables en Roraima, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Esta cifra representa el 30% de las 24.110 personas en esta condición en el país.
Brasil, en colaboración con el Ejército y la ONU, ha implementado desde 2018 una operación humanitaria en la frontera con Venezuela para asistir a los migrantes que huyen de la crisis social, económica y política en su país.
Venezolanos reciben alimentos de voluntarios del refugio Sao José en la ciudad fronteriza de Pacaraima (REUTERS/Amanda Perobelli)
Esta crisis se ha intensificado especialmente desde los comicios del 28 de julio, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela proclamó la victoria del presidente Nicolás Maduro. Este resultado fue ratificado en un controvertido proceso impulsado por el mismo Maduro ante el Tribunal Supremo, lo cual generó protestas y numerosos detenidos.
De acuerdo a un informe de la ONG Human Rights Watch (HRW) publicado este miércoles, una encuesta realizada tras los comicios reveló que el 43% de los venezolanos estaba considerando abandonar el país antes de finalizar el año, lo que incluye a 1,5 millones de personas que han tomado la decisión de buscar un futuro mejor fuera de sus fronteras.
Según informó la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), tras las elecciones presidenciales de este año, las solicitudes de asilo de ciudadanos venezolanos han aumentado un 25%, alcanzando un total de 1.907 solicitudes.
Venezolanos esperan en una tienda de campaña a que los migrantes hagan cola y obtengan su documentación después de salir de Venezuela, en la ciudad fronteriza de Pacaraima (REUTERS/Amanda Perobelli)
Parte considerable de la oposición y de la comunidad internacional sostiene que el verdadero vencedor de los comicios fue Edmundo González Urrutia, quien recientemente llegó a España para solicitar asilo, tras ser señalado por la justicia venezolana con acusaciones de "conspiración" y otros delitos.
Lula da Silva no ha reconocido oficialmente ni la victoria de Maduro ni la de González Urrutia. Junto a algunos líderes internacionales, como el presidente colombiano Gustavo Petro y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador, ha intentado mediar para obtener la publicación de las actas electorales desglosadas, una demanda que aún no ha sido atendida por las autoridades venezolanas.
Las autoridades en Brasil, pese al aumento del flujo migratorio, aseguran que la situación está controlada a lo largo de los más de 2.000 kilómetros de frontera. Sin embargo, R4V, una plataforma conformada por más de 200 organizaciones, ha alertado sobre el empeoramiento de las condiciones para los migrantes procedentes de Venezuela.