Alrededor de 22.000 empleados del Servicio de Impuestos Internos (IRS por su sigla en inglés) se han apuntado a la más reciente oferta de renuncia del gobierno de Donald Trump, según cuatro personas familiarizadas con el asunto, un éxodo que podría debilitar la capacidad de la agencia para recaudar impuestos.
El IRS contaba con unos 100.000 empleados antes de que el presidente Trump asumiera el cargo. Aproximadamente 5000 trabajadores han renunciado desde enero, y otros 7000 empleados que estaban a prueba fueron despedidos, aunque esos despidos han sido impugnados ante los tribunales. De hacerse efectivos, la agencia estaría en vías de perder alrededor de un tercio de su personal este año.
Según los términos de la oferta de renuncia diferida que propuso el gobierno de Trump, los empleados que acepten el acuerdo estarán de baja administrativa remunerada hasta el mes de septiembre y después dejarán sus empleos federales. Algunos trabajadores que aceptaron la oferta aún pueden optar por no dimitir.
Se espera que la pérdida de un tercio de la plantilla del IRS —con los empleados restantes preparándose para nuevos despidos y recortes de financiación— disminuya la cantidad de ingresos que el gobierno federal es capaz de recaudar. Los recortes ya han ocasionado que el IRS abandone algunas auditorías, dijeron empleados y exempleados, y es posible que los contribuyentes se sientan más envalentonados para intentar evadir el pago de impuestos si el IRS se ve mermado.