Argentina. Buenos Vecinos: la organización ultraderechista que hostiga a los más vulnerables con apoyo de la policía

Una vendedora ambulante de medias, adulta mayor, migrante peruana, se ve desencajada y al borde del llanto en un video que se viralizó en estos días. Fue filmada a modo de escrache por Gloria Llopis Ortiz, líder de la organización Buenos Vecinos, quien convocó además a la Policía de la Ciudad para que la desalojara de la vereda y le confiscara la mercadería. Los agentes porteños no reprendieron a Ortiz, la apañaron.

No es la primera vez que sucede: Buenos Vecinos actúa como una organización parapolicial que hostiga, persigue, escracha, filma sin consentimiento, denuncia y judicializa a trabajadoras y trabajadores ambulantes, gente en situación de calle y trabajadoras sexuales con especial encono en contra de las personas migrantes, marrones, travesti-trans o con problemas de consumo problemático de sustancias, señalados por ellos como «fisuras». Su zona de influencia gira en torno a los barrios de Constitución, Once, Flores y San Cristóbal.

Buenos Vecinos: la organización que hostiga a los más vulnerables de los barrios porteños con apoyo de la policía de la Ciudad

Si bien Buenos Vecinos, según su página web, existe desde 2012, la violencia de sus intervenciones en los barrios se profundizó con la llegada de Javier Milei al poder. El surgimiento de esta organización se encuentra ligado al programa porteño de Comisarías abiertas. Allí comenzó una alianza civil con las fuerzas policiales de la CABA que es un signo característico de su modus operandi: reuniones mensuales en las comisarías, grupos de Whatsapp con policías y acceso a material fotográfico y audiovisual que forma parte de los expedientes judiciales de quienes son detenidos o denunciados, imágenes que van a parar a sus redes sociales con la finalidad del escrache pero también como símbolo de la victoria en su intervención.

Buenos Vecinos y los escraches a los «indeseables»

"Cuando llegamos al barrio de Constitución hace ya diez años, Buenos Vecinos ya estaban organizados, se juntaban los primeros jueves de cada mes con el comisario de la zona en la propia comisaría y ahí le manifestaban sus preocupaciones. Hemos ido pero nos retiramos de esos espacios porque fueron súper violentos con nosotras", cuenta a Tiempo Georgina Orellano, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR).

Detalla que para expulsar a las trabajadoras sexuales de aquellas reuniones, Buenos Vecinos estableció requisitos de quiénes podían ser catalogados como «vecinos», como por ejemplo tener domicilio formal allí. Al constatar que ellas tenían domicilio en el barrio, definieron que solo se consideraban como tales a quienes eran propietarios.

Buenos Vecinos: la organización que hostiga a los más vulnerables de los barrios porteños con apoyo de la policía de la Ciudad

"Encontraron el modo de expulsarnos y de jerarquizarse bajo la idea de que ellos son los vecinos y nosotras las que vamos a usurpar su vecindad y a generar la monstruosidad de la inseguridad, del narcomenudeo, de las zonas liberadas, del pánico moral que estigmatizamos con nuestros cuerpos, con nuestros colores de pieles, con el trabajo que realizamos el vecindario", asevera.

Entre las iniciativas que sostiene la organización se encuentra una recorrida mensual de escrache por el barrio, de la mano del cura Fabián Barrera. Con un megáfono señalan las viviendas y esquinas donde se encuentran quienes consideran indeseables.

"Señalan todos los hoteles donde viven familias migrantes, las ranchadas, las esquinas donde se ejerce trabajo sexual, a los vendedores ambulantes. Los Buenos Vecinos salen y filman cuando hay un chico vendiendo ajo o palta, lo suben a sus redes sociales para generar morbosidad, para la construcción del sujeto de la peligrosidad. Suben esos videos y dan aviso en los grupos de WhatsApp que tienen con los comisarios. No hace falta que llamen al 911, rápidamente llega un patrullero", cuenta Orellano.

Buenos Vecinos: la organización que hostiga a los más vulnerables de los barrios porteños con apoyo de la policía de la Ciudad

El hostigamiento no solo incluye la filmación sin consentimiento de las personas que pretenden expulsar del barrio, o la pegatina de carteles, sino que también se acompaña con "discursos racistas, transfóbicos, putofóbicos, con amenazas de que van a tirar agua caliente desde el balcón de su casa si ven a alguien sentado, durmiendo o queriendo trabajar en la vereda donde ellos tienen sus inmuebles y sus comercios", apunta la referenta.

La denuncia contravencional y armado de causas judiciales de la organización hacia la población objetivo es una estrategia recurrente: "tengo una denuncia que me hizo Gloria (Llopis Ortiz). Ellos piensan a la organización de los pobres en términos de mafia. Para ellos, su lucha es legítima y la nuestra está atravesada por la mafia, por otros intereses y eso es la construcción de la buena ciudadanía versus la mala ciudadanía, es lo que hacen desde su militancia".

Patrulla contra ambulantes

"En Once, con los primeros que empezaron a meterse los Buenos Vecinos fue con los vendedores ambulantes senegaleses. Les tiraban agua y lavandina desde los balcones, incluso caca de perro, ataques muy violentos", cuenta Lila, del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE).

Hace unos meses, antes de que la zona fuera desalojada por completo en un violento operativo ordenado por el jefe de Gobierno, Jorge Macri, Buenos Vecinos puso una mesita en una esquina y, rodeados por vendedores ambulantes, comenzaron a propinar insultos y agravios en su contra. "En altavoz estaban haciendo campaña contra los vendedores ambulantes, ahí en el medio de su lugar de trabajo. Obviamente, los senegaleses se acercaron a hablar muy enojados porque los estaban insultando y esta señora (Gloria Llopis Ortiz) junto con otras les tiraron gas pimienta", asegura.

Las acusaciones de la organización contra los vendedores ambulantes, difundidas en las redes, apuntan a que se trata de ‘una mafia’: "se pasean por Once con un megáfono diciéndole a los vendedores que se van a tener que volver a su país o los bardean con frases como ‘negros de mierda’". Los escrachan en Instagram, Tik Tok, X y Facebook, alimentando el odio con la xenofobia y discriminación que se multiplica en el anonimato de las redes sociales.

Son numerosas las causas judiciales y contravencionales que inició Buenos Vecinos en contra de los manteros, sobre todo, aquellos que se encuentran organizados y son referentes. No obstante, según expresa Lila, ninguna de las denuncias que ellos realizaron contra el accionar violento de la organización fueron atendidas. Afirma que Llopis Ortiz y los integrantes de su agrupación cuentan con un vínculo amistoso con algunos comisarios de la Policía de la Ciudad y funcionarios de Espacio Público e Higiene Urbana. Una alianza que hace posible que la policía se niegue a levantar denuncias en su contra o que las archiven rápidamente.

"Después del desalojo del 5 de octubre, que ellos se asignaron como una victoria, comenzaron a funcionar como una especie de patrulla paralela a las fuerzas de seguridad. Caminan por las calles de Once apuntando si hay vendedores ambulantes vendiendo", detalla. Los pocos vendedores que se animan a salir con algo de mercadería no tiran la manta para vender sino que la ofrecen en mano para evitar su decomiso o arresto, en caso de resistirse: "si los ven, los Buenos Vecinos llaman a la policía, a Espacio Público y hasta que no los decomisan no se retiran del lugar. Son muy insistentes, incluso algunos agentes se han quejado de esto".

Buenos Vecinos: la organización que hostiga a los más vulnerables de los barrios porteños con apoyo de la policía de la Ciudad

Gloria Llopis Ortiz, la líder de derecha

La organización presentó un proyecto para «poner en valor» el barrio de Constitución, siempre bajo el concepto de «higienizar» la zona. «Limpiarla» de personas «indeseables». Gloria Llopis Ortiz es la cara más visible de Buenos Vecinos. En sus redes sociales dice que es periodista y CEO de la organización, en cuya web figura como autora de todas las notas.

Según verificó Tiempo, es socia activa N° 233 del Foro de periodismo argentino (FOPEA). La agrupación que lidera entrega premios anuales a los oficiales de seguridad y comparte con ellos celebraciones patrias. Llopis Ortiz, según publicó Grito del Sur, se encuentra en pareja con un expolicía y milita con la legisladora de La Libertad Avanza, Lucía Montenegro, aunque también participa de las reuniones comunales convocadas por el jefe de Gobierno Jorge Macri, a quien expresa su simpatía.



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