En esa gráfica, no sólo se recoge los diferentes precios a los cuales sólo se puede demandar determinadas cantidades de la oferta, sino que todas las ordenadas representan los niveles de rentas en una sociedad típica burguesa donde la renta del consumidor va desde cero hasta elevadas sumas ingresos.
Es obvio que si los precios bajan respecto del punto de intersección de ambas curvas (precio de equilibrio) la demanda tienda acrecer porque sólo así puede entrar en el juego un mayor número de consumidores con rentas inferiores. Y viceversa: si
los precios se alejan hacia arriba de dicho punto de intersección, la demanda se verá constreñida a un menor número de demandantes con mayores ingresos.
De manera que en estas sociedades capitalistas cargadas de proletarios de poco sirve que los ingresos o rentas de los trabajadores suban, si los precios lo hacen a ritmo superior. Este es el caso de la Venezuela actual.
Esto es lo que ocurre: El gobierno decreta casi mensualmente nuevas mejoras salariales, pero deja incólume no sólo los precios vigentes, ya altos de por sí, sino que no decreta una congelación absoluta de los mismos.
De manera que, aunque resulte triste, lamentable y hasta muy negativo, es necesario afirmar que presumiblemente este no es camino para solucionar este problemón que confrontamos todos con un gobierno empeñado en no atacar severamente a todos los comerciantes que se hallan sumados a esta terrible inflación.
El argumento esgrimido por los detallistas es deleznable. Ellos compran caro y revenden caro, pero lo hacen manteniendo una misma tasa de ganancia lo cual convierte a los precios de compra en un gran atractivo para estos detallistas que ven cómo milagrosamente todos los días se hacen más ricos.
Por ejemplo: Ayer compró sus inventarios a 100 y les recarga 30% = 30, como tasa de ganancia; vende a 130, y gana 30%.
Pero mañana compra, digamos, a 120 lo misma mercancía que ayer compró a 100. Ahora aplicará 30% sobre 120 = 36 como la misma tasa de ganancia, y vende a 156, y se gana 36 > 30.
Si pasado mañana compra a 150, entonces aplicará 30% = 45, como la misma tasa de ganancia, y vende a 195, y se gana 45>36.
De manera que comenzó ganándose 30 hace dos días tras y luego dos días después se gana 45, a pesar de que sigue realizando el mismo servicio comercial, pero como no vende valores de uso sino mercancías, estas representan capital, y a mayor capital invertido (de 100 a 150) mayor ganancia a pesar de aplicar la misma tasa que el gobierno por decreto les autorizó a aplicarla.
Tales son las bases económicas y contables sobre las que se ejerce el comercio capitalista.
El gobierno, no obstante, tiene una salida: cambiar las reglas del juego, y para eso debe aplicar criterios socialista integrales.