El equilibrio es una condición imprescindible para que la economía de un país, y por ende el mismo país funcione bien. La guerra económica, que realmente es la guerra por otros medios lo que busca es romper ese equilibrio.
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Es innegable que en contra de Venezuela las potencias imperialistas de occidente han emprendido una brutal guerra económica.
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Estas guerras han sido utilizadas con mucha frecuencia desde que los países capitalistas más poderosos se convirtieron en imperialistas, las cuales se caracterizan por un total desprecio hacia los seres humanos de los países a dominar, sin importar los sufrimientos, calamidades y muertos que puedan causar en la población civil.
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Ejemplos de ellos hay muchos. En el caso de Estados Unidos vemos como en la década de los treinta del siglo pasado embargó el suministro de petroleo a Japón para impedir el funcionamiento y desarrollo de su industria, lo que forzó a este país a declarar la guerra. En el caso de Cuba, en los primeros años de la Revolución Cubana utilizó comandos para incendiar miles de hectáreas de sembradíos de caña, principal actividad económica de la isla, y cuando esto fracasó implantó un cruel embargo para rendirlos por el hambre.
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LA GUERRA ECONOMICA EN CONTRA DE VENEZUELA
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En nuestro país utilizaron el expediente de aprovechar el vencimiento de más de 70.000 millones de dólares de deuda externa en los años 2016 y 2017 para manipular el precio del petróleo a nivel mundial y llevarlo a un mínimo de casi 20 dólares de barril y cortarle a nuestro país los ingresos por petróleo, necesarios para poder honrar dichos compromisos.
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Al fracasar ese plan recurrieron al expediente de destrozar el valor de nuestra moneda mediante la fijación de un tipo de cambio irreal en Internet, cotización que es utilizada como referencia por las empresas capitalistas para fijar los precios, creando una enorme megainflación.
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En la aplicación de la Guerra Económica se utilizan mecanismos no convencionales de la actividad económica, por lo que la única forma de derrotarla es utilizando también métodos no convencionales.
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HAY QUE QUEBRAR LA ESTRATEGIA IMPERIAL MEDIANTE LA LIBRE CONVERTIBILIDAD
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Es en ese sentido que en el artículo anterior propuse que para quebrar esa estrategia imperial, y aprovechando la enorme brecha entre el valor del dólar implícito y el fijado por el Departamento de Estado, el BCV libere la venta de divisas con un tipo de cambio muy por debajo de de ese valor pero bastante superior al valor implícito.
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Ello le partiría el espinazo a la estrategia imperial ya que nadie acudiría al mercado paralelo existiendo un libre mercado de venta de divisas a un precio muy inferior.
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Desde el viernes negro de 1983 han habido diferentes períodos en los cuales hubo libre convertibilidad, pero siempre se terminó con controles de cambio, debido al agotamiento de las reservas causado por el apetito voraz por las divisas. Con un tipo de cambio libre varias veces superior al implícito, eso no sucedería, ya que, en el peor de los casos la disminución de las mismas no llegaría ni al 10%.
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Una libre convertibilidad permitiría asimismo una gigantesca captación de la liquidez, que es sobre la que se sostiene la actual megainflación y se evitaría tener que recurrir al expediente de aumentar el encaje bancario, que no significa otra cosa que inmovilizar parte del circulante en el sistema bancario.
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Hay que recordar que ese aumento del encaje ha sido uno de las armas que han tratado de implementar los países imperiales en los países a dominar ya de esa forma se les impide utilizar el dinero existente en instituciones financieras para inversiones productivas.
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FIJAR UN VALOR DE COMPRA QUE ACABE CON EL EXODO DE VENEZOLANOS DE LAS CLASES POPULARES
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Con la relación a la compra de divisas por parte del BCV, creo que el monto debería rondar un monto cercano al 20% del valor de venta fijado. para la venta.
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En un ejemplo hipotético, si el valor de venta de la divisa se casa al valor del petro, se fijaría una banda de unos 600 BS. para la venta y de 480 BS para la compra.
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Una medida así concebida tendría también un efecto fulminante en el éxodo al exterior de venezolanos perteneciente a las clases de menores ingresos. No sería negocio.
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Veamos el caso de algún venezolano que vaya a trabajar a Colombia para ayudar a su familia y que del sueldo mínimo devengado de 250 $ mensuales aparte 50$ para remesas, que al cambio actual de 2.700 BS por dólar negro representaría unos 135.000 BS. En cambio, para el ejemplo anterior de un precio de compra de 480 BS, esos 50$ se traducirían en unos 24.000 BS. Para obtener solo esa cantidad indudablemente que se quedaría en Venezuela.
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Además, ese nueva realidad de cambio en la moneda precipitaría el retorno al país de centenares de miles de venezolanos pertenecientes a las clases más pobres, que sacarían la misma cuenta. Se acabaría el argumento de la "Crisis humanitaria".
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CON ESTE TIPO DE POLITICA SERA MAS NEGOCIO INVERTIR EN BOLIVARES O PETROS QUE EN DOLARES.
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Ahora bien, este precio de la divisa así fijado debe ser objeto de periódicas revaluaciones por parte del BCV hasta alcanzar su verdadero nivel, revaluaciones que serán indudablemente aceleradas en tanto se aumente la producción de petróleo, se incremente su precio internacional y tenga éxito el plan productivo nacional.
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Es decir, será más negocio adquirir bolívares o petros que dólares, porque el bolívar cada vez valdrá más, protegiéndose así el patrimonio de los que vivimos en esta tierra de gracia. Y todo gracias al Departamento de Estado y su dólar today.
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Pero sería ingenuo pensar que por fijarse ese tipo de cambio se causará la baja automática de los precios. Muy por el contrario, al revalorizarse el bolívar por la derrota del dólar negro, los empresarios verán una oportunidad de oro para obtener más dólares por sus ganancias especulativas, por lo que ésta o cualquier otra medida que se tome para fortalecer al bolívar, solo tendrá éxito si se implemente una sólida y eficaz política impositiva, se controlen los precios y se aumente la producción interna.
