El monstruo del dólar arremete nuevamente contra el pueblo trabajador de Venezuela, su tendencia al alza nos enfrenta como una gran potencia independiente de nuestro control imponiéndonos un período de ajustes y calamidades. *Todas las mercancías están ancladas a su poder, con excepción del salario* que se desintegra ante las constantes subidas del dólar. Todos los monetaristas neoclásicos desde la escuela de José Guerra y Haussman, Miguel y Francisco Rodríguez, los neoliberales del Banco Central de Venezuela (BCV) y hasta sus críticos que abogan por el anclaje del Bolívar al oro, consideran que el problema central es la moneda, que "hay que atraer monedas" o que se trata de "un ataque a la moneda", pero nos enseña el viejo Marx que: *"lo que parecen relaciones entre cosas (el dólar contra el bolívar, el dólar sobre las mercancías internas), en realidad son relaciones sociales".*
Ciertamente el dólar, como moneda mundial y en general toda forma dinero, *lejos de revelar el carácter social de la producción y el intercambio, lo que hace es encubrirlos* ; son formas mentales aceptadas por la sociedad, y por tanto presentadas como "objetivas", en que se expresan las condiciones de este régimen social de producción de mercancías, y en el que la moneda cumple funciones como medio de pago o intercambio, atesoramiento y moneda mundial; a partir de este enfoque nos preguntamos: *¿Qué es lo que encubre la dolarización en Venezuela?*
*El carácter dependiente de nuestra economía*
El carácter de nuestra economía, como sabemos es un producto histórico derivado de las tensiones que ejerce la gran industria mundial concentrada y las oligarquías financieras sobre naciones oprimidas; sin embargo aquí resumiremos a que la organización dependiente de la economía de nuestro país, es el resultado de un proceso dinámico en el que actúan de manera decisiva la inversión extranjera, los monopolios transnacionales en la explotación de petróleo y el estado que ejerce la propiedad sobre la tierra, los mismos que desde 1917 van organizando la producción y exportación de petróleo dotando a la economía nacional de una creciente base de recursos que irán directamente al exterior o se concentraran en el estado bajo la forma de "renta petrolera" conforme a la antigua ley de minas y las posteriores legislaciones en materia de hidrocarburos.
Estos nuevos y poderosos recursos concentrados en el estado le imprimen un nuevo influjo a la economía nacional, lo cual aceleró su conexión con el mercado mundial, el desplazamiento de la burguesía agro- exportadora al sector comercial importador, del capital bancario al financiero, de la Venezuela rural al establecimiento de ciudades y en ellas el establecimiento de empresas dependientes (ensambladoras entre otras), el incremento del mercado interno y su resultado= los crecientes cordones de miseria estructural agolpadas en cerros y barrios.
Esta proceso económico que describimos, en el que se produce y explota plusvalía nacional (sobre- trabajo de los trabajadores), provenientes especialmente de la industria petrolera para convertirlo en renta nacional, *es la base de los dinamismos económicos internos* , los capitalistas realizan sus ganancias de forma directa o indirecta a través de la puesta en circulación de estas riquezas derivadas de la explotación petrolera en la economía interna; la tendencia de estos capitales siempre ha sido capturarlas a través de la explotación del trabajo, la corrupción o el comercio importador para luego fugarlas; de este dinamismo la adicción de la burguesía interna por imponer la moneda dólar como medio de intercambio internacional expedito y como medio de atesoramiento y fuga de capitales.
*La llamada dolarización de la economía* .
La llamada dolarización de la economía, no es la dolarización formal de la que se pueda describir tal y como ocurrió en Ecuador, absorbiendo los salarios, los precios de las mercancías y las ganancias, se trata de un proceso aún más salvaje, que debe su origen en la caída de los ingresos nacionales desde 2014 ante las perturbaciones que presionaron la caída de las exportaciones de petróleo que representaban el 95% del conjunto de las exportaciones y por tanto la principalísima fuente de reservas internacionales (divisas en manos del estado), sumándose posteriormente los efectos de las sanciones imperialistas (2017) y las restricciones de la banca mundial para emitir prestamos al país.
Todos estos hechos conllevaron al gobierno, despojado de sus reservas internacionales a declinar en su rol de regulador en el cambio de las divisas y promover en consecuencia la llamada libre convertibilidad, o en otras palabras, cederle el control de cambio a la burguesía; para que esta, a través de incentivos especiales, las use y recree un circuito económico con ellas. Lo que hoy llamamos dolarización, es el uso y anclaje del dólar a las ganancias de los capitalistas y al precio de todas las mercancías, exceptuando una= el salario.
¿Quiénes necesitan los dólares y para qué? la burguesía industrial requiere importar desde materias primas, repuestos, piezas y partes, la burguesía comercial requiere importar productos acabados, los terratenientes importar insumos agrícolas, repuestos mecanizados, alimentos y vacunas para animales, la banca privada para incrementar sus capitales especulativos y servir de vehículo para la fuga de capitales, hasta el gobierno para mantener operatividades administrativas, ciertos niveles de productividad de sus industrias en especial la petrolera y poder importar alimentos y medicinas entre otras; pero aunado a este dato, el conjunto de la burguesía, los sectores corruptos, las mafias, incluyendo en menor proporción la pequeña burguesía usan el dólar para proteger sus ganancias y facilitar su fuga, aquí vemos este factor encubierto y muy determinante de la dolarización: poner a salvo las ganancias.
*A salvo de qué?* A salvo de la relación de intercambio desigual, en el que los ingresos del país se encuentran diezmados por la crisis de la producción interna de petróleo, y por tanto se crea una relación de enorme presión en la demanda de divisas para importación de la economía nacional y el atesoramiento de las ganancias que supera las divisas en el circuito económico interno; este desequilibrio es el que origina la devaluación del bolívar, moneda que por tanto no le sirve a los capitalistas para atesorar riquezas.
Como vemos el objetivo central que encubre la dolarización es el de proteger las ganancias, la apropiación privada del plusvalor, estas a su vez, convertidas bajo la forma dólar, se anclan al resto de las mercancías, con excepción al precio de la fuerza laboral (el salario) que expresa la fuerza de trabajo, y observamos que en el último año, el salario se ha devaluado de US$30 mensuales en Agosto de 2018 a 0.77$ en la actualidad; por lo que concluimos que la devaluación es un mecanismo para arrojar a los trabajadores los costes de preservación de las ganancias y del estancamiento de la producción, ante las dificultades de importación por las sanciones y la escasez de divisas.
Del mismo modo, mientras el dólar sube permanentemente, el salario mínimo legal se encuentra contenido por decisión del Gobierno Nacional, reducido a tímidas subidas programadas (que por la vía del hecho son ajustes), lo que en la asesoría de los neoliberales contribuye a crear confianza con los monopolios privados y por ende a "ralentizar la inflación".
Este azote que nos imponen los capitales monopólicos transnacionales en el país, sólo será superado en tanto "las condiciones de vida diaria, laboriosa y activa representen para la sociedad relaciones claras entre sí y respecto a la naturaleza, es decir cuando el proceso de producción sea obra de hombres y mujeres librementes socializados y puesta bajo su mando consciente" K.Marx, El Capital I.
¿Estamos realmente ganados a las tareas de la liberación nacional, la reorganización de las fuerzas productivas internas, liberar del control de los monopolios transnacionales los principales medios de producción y productos fundamentales que tanto necesita el pueblo trabajador? Controlar la producción interna, y organizarla en función de las potencias contenidas en el trabajo y las principales necesidades sociales, es el control que realmente necesitamos para ejercer una consecuente defensa antiimperialista.