Sin ningún animo de querer filosofar, solo me puedo presentar como un humilde profesional de la ingeniería, que ha contribuido a la fabricación de un poco más de doscientos equipos petroleros y desarrollos de proyectos de ingeniería en el área petrolera y petroquímica, con el mayor interés en colaborar con la reactivación del desarrollo tecnológico del país, me atreví a tomar de las enseñanzas dejadas por el Cdte. Chávez, cuando explicaba la verdadera crisis orgánica que ocurre en el país. Decía, recordando a Antonio Gramsci: Una verdadera crisis histórica ocurre cuando hay algo que está muriendo, pero no termina de morir. Y al mismo tiempo hay algo que está naciendo, pero tampoco termina de nacer. Y esto está ocurriendo con el aparato burocrático del estado. Veamos:
Es común en los discursos del Presidente Maduro, definir al país con la afirmación de que Venezuela será un país potencia. También de manera reiterativa, extiende invitación a los organismos públicos y privados a fortalecer y acelerar los procesos de industrialización, única fórmula para impulsar el desarrollo tecnológico y el crecimiento económico nacional. Ahora bien, si nos alineamos a la doctrina invocada por el diputado Jesús Farías, en cuanto a que no se puede aumentar el salario mínimo porque ‘’No se puede repartir riqueza que no se ha generado’’, podemos concluir que cualquier importación de productos, equipos o mercancías que se fabriquen o se puedan fabricar en el territorio nacional, es contraria a los intereses de la clase obrera y le da la espalda al proceso de recuperación industrial del país.
Lo que probablemente no sepa Jesús Farías (Quizás sí) y contrario a lo que viene predicando el Pdte. Maduro, es que cuando él apunta hacia la izquierda, la incompetencia de la maquinaria burocrática de estado, se encarga de disparar a la derecha. Me explico, con un caso reciente de compras nacionales, que desnuda lo que sucede día a día, con los pocos recursos económicos que pueden reanimar el aparato productivo nacional:
Se anunció como un gran logro, con bombos y platillos, la adquisición en la República de China de 500 Cisternas de Gasolina con sus respectivos Chutos, que vienen a superar la crisis de distribución de combustible, que para cualquier sociedad moderna es de vital importancia. Y de eso no tengo la menor duda. Pero me pregunto, si fue ésta condición crítica la que se impuso, para dejar de lado la producción nacional?.
La importación de los chutos, sin duda puede ser de procedencia China. La fabricación de los tanques cisternas, No. Son equipos de baja intensidad tecnológica que se fabrican en talleres nacionales y con mano de obra e ingeniería venezolana. Resulta penoso pasearse por los talleres metalmecánicos, a lo largo y ancho del país. Están la mayoría totalmente desolados, otros con trabajadores calificados, sin actividad alguna. Pasando días aburridos, ocupados en cualquier pasatiempo para cumplir la jornada de trabajo y tolerando salarios muy menguados.
De haber contado con una planificación real, las crisis no arrastrarían al estado a tomar decisiones contrarias al interés nacional. Una Planificación estratégica que pueda reducir al mínimo las improvisaciones y prevea condiciones adversas para poder amortiguar, revertir y anular el efecto perverso de una forma de dominación definida por Gramsci y popularizada por Chávez del ‘’Sentido común’’. No se pueden tolerar que problemas totalmente previsivos, lleguen a convertirse en situaciones de emergencia, a veces inducidos para activar procesos de compras y contrataciones, con el privilegio del uso a discreción de fondos y presupuestos extraordinarios que terminan torpedeando el proceso de recuperación económica. Todas esto contrario a la visión del Cdte. Chávez y las prédicas del Pdte. Maduro.
La producción planificada de estos equipos en Venezuela, puede revertir una situación, que también es de emergencia, impulsar el incremento del salario real de la clase obrera venezolana. Pero desafortunadamente, la doctrina Farías se está cumpliendo, pero para beneficio de la población trabajadora en China. Este caso también se repite con la importación de compactadoras de basura por parte de algunas Alcaldías y Gobernaciones. Y espero no se repita, por la necesaria sustitución de los tanques cisternas para el transporte y distribución de GLP. Estoy obligado a hacer un llamado al Frente Bolivariano de Trabajadores y otras organizaciones de trabajadores, para que se pongan al frente de una lucha por revertir y confrontar estas perversiones.
Este caso, sería interesante tomarlo como punto de partida para el debate público y lograr desnudar el neocolonialismo a que estamos sometidos y la incapacidad de la burocracia de estado para superarla. Se debe promover, impulsar y alcanzar un desarrollo tecnológico que en palabras del presidente Maduro, es lograr ser una Venezuela potencia.
