Una de las consecuencias de pensar las situaciones, política, económicas, en términos tradicionales, tal como se hace en las ciencias económicas, es ver los elementos que las componen simplemente como excluyentes uno del otro. Esto sucede frecuentemente en el tratamiento de lo social cuando es analizado por economistas o científicos sociales. Sin embargo desde un punto de vista más dinámico se debe comprender la sociedad como una composición de factores políticos, económicos y sociales, fuerzas opuestas que se tensionan y transforman mutua y permanentemente. Eso es lo que se denomina un Sistema.
Esta parrafada es motivada por la aprobación del Presupuesto Nacional en su versión 2025, donde se indica que el 77.6 % se dirige hacia la solución de los problemas sociales.
En esa dialéctica tripartita mencionada arriba, lo económico juega un papel preponderante, tal como lo señala Marx diciendo que sobre el descansa toda la estructura política, jurídica y social del estado. Creo por ello que en estos momentos de acoso implacable hacia nuestras actividades económicas es preponderante la atención a los elementos estructurales de lo económico para fortalecerlo en su funcionamiento, producción y distribución.
El gobierno nacional ha hecho amplios esfuerzos para que estas tres fuerzas arriba señaladas funcionen lo más armoniosamente posible, pero es sabido que el país también es víctima de los factores externos que buscan incrementar la conflictividad a lo interno del país, a lo cual se han sumado con no pocas fuerzas los propios actores económicos, causando un gran debilitamiento y apocamiento en las capacidades productivas del país, en algunos casos su desaparición. Es necesario que el factor político realice el esfuerzo vigorizador sobre nuestra estructura económica, la cual tiene un efecto multiplicador de bienestar en lo político, social, comunitario y personal. Una infraestructura económica potenciada es esencial y sobre ella se organiza la sociedad.
Entender cabalmente cual es la potencia que es necesaria imprimir en estos momentos al factor económico es la clave, desde mi visión personal, para que surja una nueva integración de los componentes sociales, el principio de una sociedad transformada y generando los cambios hacia el socialismo en las estructuras sociales y económicas.
Considerar a lo social, lo politico y lo económico como opuestos dinámicos nos permite comprender mejor las fuentes del cambio y transformación en la sociedad, eso sin caer en una visión simplista.
Se quiere indudablemente, esa es la intención del Ejecutivo Nacional, mejorar las condiciones y la calidad de vida de la población vista desde lo social, pero no se debe olvidar lo dicho anteriormente que ella funciona en unidad no solo con lo politico, sino básicamente, estructuralmente, con lo económico, a la que necesita para existir y desarrollarse. Las posibilidades de desarrollo social dependen de las posibilidades de desarrollo económico. Las actividades económicas moldean las relaciones sociales, y a su vez, las estructuras sociales influyen y moldean las actividades económicas. Si no se entiende esto así no se puede construir el socialismo. Sin embargo lo económico determina lo social en su forma, contenido y funcionamiento, así una estructura económica capitalista tendrá una estructura social capitalista y no puede ser de otra manera.
Lo económico y lo social son inseparables y los cambios en uno afectan inevitablemente al otro, por lo que priorizar lo social sobre lo económico en un presupuesto implica que se está afectando lo económico o no se le está dando el esfuerzo estratégico que hoy necesita. Se corre el riesgo de reducir drásticamente los recursos destinados a inversión productiva, el crecimiento económico puede verse afectado en el corto plazo, y el cambio cualitativo en lo social también se afectará pues no tendrá base de sustentación.
Y si se descuidan sectores estratégicos de la economía, se puede disminuir la intensidad de la recuperación, del sector productivo, se desaprovechan oportunidades de inversión en sectores económicos donde la participación del Estado es vital como orientador de ella. Este papel director de estado es válido en todos los sistemas aunque que se acentúa en los procesos socialistas.
Por todo lo dicho es necesario entender que una cosa es el equilibrio entre los factores sociales y otro entender que no siempre el papel rector lo tiene el componente politico, sino que el momento le corresponde al económico. Cada uno tiene su momento.
La planificación surge como el instrumento adecuado para terciar en esta situación, instrumento que no parece ser usado cabalmente, ya que se le da mucha cobertura al Presupuesto pero no así al Plan, del cual aquel es su expresión monetaria; mientras que en el Plan se expresa hacia dónde vamos, los objetivos, las estrategias que seguiremos en el periodo considerado. De ocurrir una variación en los ingresos se modifica el plan estratégico, y seguidamente los planes operativos y el presupuesto. No es al revés pues se pierde la visión de lo que queremos, adonde deseamos llegar.
Así se ve que al Presupuesto se le da mucha cobertura, cuanto vamos a gastar y al Plan que es quien dirige, no.
Alguien puede recordar al Plan de la Patria, que muestra una luz al final del túnel con sus grandes principios rectores, pero tenemos que atravesar el túnel en el día a día, que está muy oscuro.
Un sistema económico cada vez más fuerte generará más ingresos fiscales, capacidad de defensa, apertura de nuevas fuentes de trabajo, empleos, oportunidades para que las personas mejoren sus condiciones de vida, todo lo cual es parte de las políticas sociales socialistas centradas en el beneficio del pueblo que todos queremos.