Columna de Juan Martorano Edición 285

¿Aumentará el Presidente Maduro el Salario en el 2025?

Después de unos buenos días de receso, en el que no solo se disfruta de las festividades navideñas sino de la vida, de los afectos y la familia, habíamos pensado escribir algunas reflexiones en este último día del año 2024 más relajadas. Pero bueno, la misma gente plantea temas, y uno los toma para estas ediciones de las columnas que sin duda desarrollaremos este 2025.

La idea era la del normal deseo del feliz año y toda la lista de buenos propósitos para el año que inicia un día como mañana. Pero todas las expectativas que hay en el caso venezolano, nos obliga a veces a cambiar un poco nuestro curso de acción.

Me refiero ante las perspectivas de lo que pudiera ocurrir el viernes 10 de enero de 2025 en Venezuela, que de acuerdo al artículo 231 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, debe juramentarse por el nuevo período de seis años para el que fue reelecto el actual Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

Pero no es sobre eso a lo que queremos referirnos en la presente edición de nuestra columna sino a algo que nos hizo saber una buena amiga, y por eso decidimos tomar esa idea como tema de nuestra última edición del año 2024.

El planteamiento de la amiga tiene que ver que en las cuentas de la Plataforma Patria, tanto de Telegram como de Whatsapp, en este fin de año están realizando una encuesta que pasamos de seguidas a transcribir textualmente:

¿Usted cree que el presidente Nicolás Maduro al iniciar el nuevo período de gobierno en enero de 2025 decrete un aumento del Salario Mínimo Indexado los primeros meses?

Obviamente entre las opciones, casi un 60% respondía que sí y que sería para este mismo mes de enero.

Pero a veces, a los analistas nos corresponde espichar esas ilusiones que si bien representan un legítimo anhelo no están basadas en datos confiables, y es por ello que con mucha modestia, asumimos el deber de que en la medida de lo posible contribuir a la mesura para no crear falsas expectativas en la población, porque de ahí es de donde vienen las frustraciones y otros elementos que pueden ser utilizados para alterar el orden público y atentar contra la paz y estabilidad de la República.

Lo primero que debemos tener claro es que la República Bolivariana de Venezuela, formalmente desde el 9 de marzo de 2015 vive una guerra multidimensional y multiforme con la imposición de Medidas Extorsivas y Unilaterales por parte de EEUU que ha trastocado totalmente su economía. Venezuela vive una economía de guerra, y pese a las mejoras y al crecimiento que ha tenido, no podemos olvidar que a partir del próximo 20 de enero de 2025, Donald Trump regresa nuevamente como el titular de la Casa Blanca.

Fue durante el gobierno de Donald Trump que se impusieron la mayor cantidad de medidas al país y las que ocasionaron las heridas más graves y profundas porque iban dirigidas al corazón del financiamiento y la economía venezolana. Y más allá de la retórica de Trump para este segundo mandato y del deseo de algunos analistas, cuando evalúas los nominados por éste a integrar su tren ejecutivo a partir del 20 de enero de 2025, en más de un 90% se trata de halcones y guerreristas, por lo que el panorama no luce muy alentador.

Muchos señalan que durante el primer gobierno de Trump no hubo guerras en el mundo por lo menos desde el punto de vista convencional, pero como que se les olvidó que Trump con un dron asesinó al general Qasem Soleimani con un dron explosivo en el aeropuerto internacional de Bagdad, en Iraq y que en el caso venezolano, en ese mismo año apoyó la invasión paramilitar conocida como “Operación Gedeón” el 3 de mayo del mismo año. Además de que indicó que le faltó muy poco para “tomar” que en el contexto podemos decir que pretendía robar el petróleo venezolano, así que pienso tal y como lo expresó el “Ché” Guevara, que con el imperialismo “ni tantico así, nada” y menos con Trump.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, en la pregunta de Patria hay elementos que es importante depurar para poder tener claro a lo que nos enfrentamos y saber a qué atenernos.

El artículo 104 de la Ley Orgánica del Trabajo para los Trabajadores y las Trabajadoras define el salario como toda remuneración, provecho o ventaja, cualquiera fuera su denominación y método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en moneda de curso legal, que corresponda al trabajador o trabajadora por la prestación de su servicio y, entre otros, comprende las comisiones, primas, gratificaciones, participación en los beneficios o utilidades, sobresueldos, bono vacacional, así como los recargos por días feriados, horas extraordinarias, trabajo nocturno, alimentación y vivienda.

También los subsidios o facilidades que el patrono o patrona otorgue al trabajador o trabajadora, con el propósito de que éste o ésta obtengan bienes y servicios que le permitan mejorar su calidad de vida y la de su familia tienen carácter salarial.

Pero también el mencionado artículo nos indica que el salario normal es aquella remuneración devengada por el trabajador o trabajadora en forma regular y permanente por la prestación de su servicio. Quedan por tanto excluidos del mismo las percepciones de carácter accidental, las derivadas de las prestaciones sociales y las que la propia Ley considere que no tienen carácter salarial.

Expresado esto, es muy importante porque debemos tener claro que las Medidas Extorsivas que desde EEUU se han impuesto sobre el país y sobre el corazón económico y financiero se ha traducido en la precarización de las condiciones d vida de los que laboramos en el sector público y del Estado en general, lo cual se agrava cuando vamos al tema de las prestaciones porque el Estado no tiene la capacidad económica para honrar como debería esos pasivos o conceptos laborales. Eso fue licuado, pulverizado y mermado de manera importante. En el caso del sector privado, si bien a sus trabajadores y trabajadoras les pagan mejor y más que el sector público, no obstante los explotan mucho más y eso incide también en la calidad de vida pero eso es ya otro tema que pudiera ser desarrollado en otra edición de nuestras columnas.

Producto de ello, Nicolás Maduro aplicando la máxima robinsoniana, por Simón Rodríguez, maestro de nuestro Libertador Simón Bolívar, tocó inventar y errar en el camino. Sabemos que en el debate político y económico estaba la propuesta de la indexación del salario, pero esta no es posible, por lo menos no por el momento, debido al nivel de ingreso que estaría manejando el Estado en estos momentos, y todo esto basado en la información disponible, ya que producto como hemos indicado de la guerra multidimensional y multiforme que hemos vivido durante los últimos diez años ya de la Orden Ejecutiva 13.692 popularmente conocido como el Decreto Obama, y de 979 medidas si las actualizamos con las recientemente impuestas por la Unión Europea y EEUU, en el marco de esta economía de guerra, nació una categoría que se ha denominado Ingreso Mínimo Integral Indexado.

Esto porque el Salario si bien legalmente es un ingreso pero no todo ingreso es salario y recordemos que producto de las distorsiones provocadas por las Medidas Extorsivas gringas y la economía de guerra, cada vez que se aumentaba el salario y, por ende, la liquidez monetaria, aumentaba la inflación hasta el punto que trabajadores y trabajadoras le mentaban la madre al Presidente por aumentar el salario, y a su vez se iban profundizando las heridas sociales al dificultar el acceso a alimentos y medicamentos, sobre todo a grupos como a niños y ancianos. Tratar  de matar a dos pájaros de una misma pedrada.

Hay que verle la cara de como pasamos de un ingreso de un poco más de 53 mil millones de dólares en el año 2013 solo por concepto de factura petrolera a 743 millones de dólares en el año 2020, y pese a la recuperación y crecimiento económico que hemos tenido durante los últimos años, aun no llegamos al 10% de las cifras de hace casi 12 años. Por lo que el restañar las heridas sociales, recuperar el nivel de ingreso de la familia venezolana para restituir el Estado de Bienestar que el modelo de la Revolución Bolivariana que con Chávez se inició y continuado por Nicolás Maduro, nos va a tomar un buen tiempo.

Pero cabe destacar que, el experimento del Ingreso Mínimo Integral Indexado hasta ahora ha resultado exitoso. Explicado de manera sencilla porque esto ha venido acompañado de otras medidas sociales que no se pueden obviar y que en otro momento explicaremos con mayor detalle, ha contribuido a ir rescatando en el caso de los que trabajamos en el sector público, paulatinamente nuestro nivel de ingreso para poder garantizar nuestra alimentación y salud en una primera etapa. Sin duda el trecho que hay recorrer es largo y aún falta, pero vamos por el camino correcto.

Sin duda que a la luz del Derecho Laboral, esto no está regulado y esto hace que algunos críticos de nuestro Gobierno, mirando con unos lentes como si la situación del país fuese ordinaria y no de una economía asediada y en guerra, hablan de “bonificación del salario”, pero están en un error. Se reconoce que el no aumento salarial desde marzo de 2022 aun incide en el pago de los aguinaldos, prestaciones sociales y otros conceptos dentro de los que laboramos en el sector público pero esto es debido a que el Estado en estos momentos no está en capacidad de honrar esos pasivos. Y para resolver el día a día, la cotidianidad como el pago de la camionetica, la alimentación, medicinas, el pago de los servicios, alquileres si está en capacidad y por eso existe este Ingreso Mínimo Integral Indexado.

Por ello, y todo esto en base a la información que se conoce más el contexto, es que pienso que aumento salarial como tal no creemos algunos que lo haya, por lo que acabamos de indicar en el párrafo precedente, aunque de un tiempo para acá Maduro como buen hijo de Chávez, y sobre todo apelando a aquella máxima de José Martí de que “hay cosas que en silencio han tenido que ser” pudiera acordar un aumento salarial, porque quien mejor que él que si tiene toda la información del status actual del ingreso nacional y el panorama claro. Pero más que por el mero deseo, por los elementos en contexto, la realidad y la experiencia de los últimos años creemos más, y sobre todo por el incremento en los últimos meses del tipo de cambio que pasó de 36 bolívares por dólar a 52 bolívares por dólar casi al 30 de diciembre de 2024, lo que representa una depreciación de nuestro signo monetario de 44,44%  de septiembre a diciembre de 2024, creemos más en un ajuste del Ingreso Mínimo Integral Indexado el próximo 10 de enero de 2025 en el marco de la juramentación del Presidente ratificado Nicolás Maduro por el sexenio 2025-2031.

Esperamos con ello contribuir en este fin de año y vísperas de Año Nuevo contribuir a la mesura y a tener expectativas pero basado en las realidades que vivimos en el país.

Feliz Año por si mañana amanecemos y no salimos con la edición 286 de esta columna, pero estamos activos, pendiente y vista.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1353 veces.



Juan Martorano

Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tutiteras Socialistas. Www.juanmartorano.blogspot.com , www.juanmartorano.wordpress.com , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.

 jmartoranoster@gmail.com      @juanmartorano

Visite el perfil de Juan Martorano para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: