Hace dos años, un grupo de compañeros (as), camaradas y militantes por la superación y perfeccionamiento de la universidad que tenemos, planteamos la tesis que la municipalización tal y como esta concebida, cumplió su objetivo y ahora debe pasar a otra etapa. Sin perder su esencia, ahora debe orientarse hacia la COMUNA y, no porque lo diga Chávez, sino, que hay condiciones propicias para hacerlo. Claro está, no como espacio exógeno, sino, como núcleo central, capaz de generar interacciones socioeducativas y socio-pedagógicas que conduzcan al cambio radical de la sociedad venezolana. Es allí donde debe nacer la formación, el nuevo profesional que responda a las necesidades específicas de su comunidad. El viejo lema “la universidad debe ir al pueblo” será reemplazado por “la Universidad nace y se hace con la comunidad”, por su puesto, aquí no hay servicio comunitario y funcionariado de cumplir horas, más bien, programas de formación cuyo objetivo es potenciar y desarrollar seres humanos para suplir necesidades y resolver problemas.
Si bien la municipalización de la educación universitaria con la Misión sucre a la cabeza significó un adelanto y avance desde el año 2003 para la revolución bolivariana en pro de erradicar la exclusión y crear un modelo alternativo al sistema universitario tradicional imperante y enajenador, hace rato debimos enderezar y rediseñar esta propuesta de política universitaria hacia la expansión del estado comunal. No solo, en lo territorial y expansión de sus profesiones, red y sinergia institucional, sino, como núcleo central para promover la organización de la comunidad y fomentar sus proyectos de bienestar, es decir, la nueva praxis universitaria en pro de construir las nuevas relaciones socialistas que tanto aclama nuestro pueblo y exhorta el Comandante Hugo Chávez.
Los proyectos de la Misión sucre, UBV, UNEFA, ELAM, entre otros, hace rato debieron ser los pioneros en esto, con un metodología acertada para organizar y dirigir procesos socio-académicos y socio-pedagógicos dentro de la comunidades, pero, la falta de visión y consonancia con las exigencias de la revolución bolivariana es perenne. Hay intentos, pero, el carácter sedentaritas y aldeistas perturban, distorsionan y convierten estos procesos en una “isla rodeada de agua”. La propuesta en este sentido, subyace en la unificación de la metodología de Proyecto, cuya esencia radica en la nueva forma de enseñar y aprender. Esta ultimo tema condensa el cómo hacer posible dicha propuesta (aspecto que tocaré en otra oportunidad, dada la experiencia vivida y sentida con la gente).
Hasta ahora, y sin ánimo de caer en un sabelotodo, creo que hay falta de visión en la materia tratada “el deber ser” y “ser” de la educación se pone de manifiesto. Los argumentos tecnocráticos, psicologismo, mercantilismo y demás tendencias, han hecho estragos de quienes tiene la responsabilidad de dirigir y hacer la política educativa. No tengo la menor duda que intenciones hay, pero, el largoplacismo, tareísmo, papelísmo, estrategismo, reunitis, temor, impiden avanzar y dar al traste de lo que significa la educación para la revolución. Los resultados están a la vista de todos (as).
Hay cierta carencia y falta de osadía para ser de la educación un instrumento verdadero de la revolución. Abrir el debate sobre el tema es una necesidad y donde lo táctico y estratégico no debe superar lo inevitable “la critica y la autocritica”, para avanzar. Hay que escuchar a la gente, los Consejos educativos apenas es un eslabón de lo inmensa tarea a realizar.
Pareciera que los procesos administrativos agobian cualquier discusión académica y a toda costa hay que evitar que se toque el tema educativo universitario, porque a según son temas muy sensibles para el gobierno nacional y la gente no esta preparada, formada y cualquiera puede desvirtuar las conversas. Algo así como las posturas academicistas del año 2003 sobre el qué, para qué y cómo darle educación al pueblo y donde nuestro Comandante Hugo Chávez se arrechó y concretó las acciones a seguir “Educación en todas partes y en todos momentos, universidad para todos (as) ¡carajo!
En el fondo, persiste, la subestimación al pueblo, -no todos merecen ser educados, no hay espacios para dar empleo, además de ser “tapamarilla”- aspectos implícitos en los discursos cuando se toca el tema. Además de no reconocer lo que se ha implementado, un resquemor de no haber sido coparticipe de aquellos momentos, sobretodo por quienes fueron los osados de hacer cumplir un derecho humano: la educación.
Basta con observar, las posiciones asumidas en las distintas oportunidades cuando refieren el tema de los nuevos profesionales de la revolución bolivariana, específicamente los que han egresado de los proyectos educativos en marcha, Robinson, Ribas, Sucre, Vuelvan Caras, catalogados como carentes, deficientes, mal preparados y su no corresponsabilidad ideológica y, por tanto no merecen empleo en el aparato estatal. El vejamen, desprecio, ignorancia, rabia, desprestigio y mirar de lejitos a quienes hoy lograron cumplir su sueño de estudio universitario y concretar un titulo para ejercerlo, gracias a la revolución, es notable por quienes están dirigiendo las instancias burocráticas del estado en materia de la educación. Posición justificable y visto desde los modelos de gestión que se tienen en marcha en las instituciones del estado. Es una lucha que le toca encarar a los EGRESADOS (as) de nuestras Misiones educativas contra el estado que no termina de morir.
La propuesta es simple y en pro de cumplir con nuestro objetivo nacional y estratégico, consiste en reconceptualizar y otorgarle un giro al modelo de educación universitaria, comunarla en vez de insistir en municipalizarla, es decir, darle sentido en correspondencia a la concepción de vida y sociedad socialista, consustancial y al ritmo del pueblo organizado, decidiendo su propio destino, sino, hay Comuna, toca fecundarla. Las distintas comunidades con sus consejos y comunas, deben ser los escenarios y centro del debate para crear los nuevos PFG y donde se produzca la praxis pedagógica en los próximos años. El mayor tiempo, dedicación, estudio e investigación, debe ser en estos espacios, más que en aula y/o ambienten de aprendizaje de una Aldea o Sede universitaria.
Para transitar este camino es evidente y necesaria la unificación de quienes estamos participando y protagonizando los procesos de cambio en el sector universitario. Actuar sobre la base de guerrillas pedagógicas es una vía y cuyos resultados son efectivos, hacer colectivos de discusión, círculos de estudio, enlaces y eventos de reflexión es una vía para la toma de conciencia del planteamiento. Articular con amigos y compatriotas que estén en los altos niveles del gobierno nacional y que compartan esta idea, es un tarea. Educar al pueblo de lo que significará esta nueva etapa para la educación universitaria, es un fin. Orientar organizadamente la lucha que siente nuestros (as) egresados (as) por un empleo digno, merecido y corresponsable con la promesa de nuestro Comandante Hugo Chávez y exhortación que realizó en su campaña presidencial “Propuesta de gestión, 2013-2019”; inserción laboral y creación de los Proyectos socio-productivos, es otra acción que se conjuga con el planteamiento de inicio: acomunar la educación universitaria.
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