¡Con mis cupos no te metas!

Debido a un reportaje de El Nacional realizado por la comunicadora social Ysayen Herrera el día domingo 31 de mayo sobre la masificación del ingreso a la educación universitaria y el riesgo de tener un bajo rendimiento la población estudiantil asignada por un mecanismo ejecutado por la OPSU (http://www.el-nacional.com/sociedad/nivel-bachilleratodesertan-universitarios_0_637136445.html), es necesario hacer unos comentarios sobre el contenido del mismo. Esto con el objetivo de complementar el análisis para aquellos interesados de “buena fe” que tienen serias dudas sobre tal ingreso.

Es importante señalar que los comentarios son hechos, no como experto en “masificación y prosecución del estudiantado” pero si como profesor universitario desde hace 25 años en una de las Facultades más pobladas y con muy altas exigencias en la UCV, la Facultad de Medicina, específicamente en la carrera de medicina. Este año 2015 tengo en mi curso, 220 estudiantes del 2do año en Fisiología, materia altamente exigente por su complejidad y denso contenido.

Para esto, cada párrafo textual del reportaje es incluido en forma cursiva y el comentario personal se colocará en negrillas y en color azul para poder discriminar uno del otro.

Comienza el reportaje con el siguiente párrafo:

1. “El primero de la lista de asignados por la OPSU a la carrera de Derecho en la Universidad Central de Venezuela para la cohorte 2015-2016 se graduó de bachiller en 1989. En el año 2002, el CNU le dio un cupo en el Colegio Universitario Francisco de Miranda, pero no culminó. En 2012 obtuvo otra plaza por la misma vía en Administración en la UCV y fue suspendido académicamente por bajo rendimiento, pero ahora tiene una nueva oportunidad de estudiar otra carrera”.

Respuesta. No es por azar que se comienza con un dato muy puntual para sugerir, inducir o dar la imagen al lector que todos o las mayorías de los 414 mil estudiantes que van a ser asignados por el sistema nacional de ingreso (SIN) este año van a tener este mismo “record académico”. Este bachiller tuvo la “suerte” que fue designado dos veces durante los años 1989 y 2002, donde el “CNU le dio el cupo”. Error, el CNU NO da cupo, sino por un mecanismo implementado en esos años por la OPSU, cuyo parámetro principal es el académico. Es decir, parece ser que esta persona que debe tener actualmente un promedio de edad de 45 años, suponiendo que tenía 18 años en el 89, tuvo en su bachillerato una buenas notas para poder quedar en esas dos oportunidades, ya que sus condiciones socio-económicas y región en que vive NO influyeron para su designación en esos momentos. Ingresaba por la prueba académica. A pesar de ello, el “afortunado” no pudo culminar las carreras que escogió, a pesar de su supuesto buen índice académico. En esta oportunidad, 2015, le es asignado un cupo, ya que el SIN no incluye variables tales como carreras previamente cursadas, logros o no de las mismas, ni la edad.

Por otra parte, si un estudiante que fue asignado con anterioridad vuelve a participar y obtener otra plaza de estudios en este proceso es porque no existe ninguna disposición legal emanada del propio CNU o de otra instancia con jurisdicción en la materia que limite esta posibilidad. Por otro lado, ¿Si un estudiante es asignado por Prueba Diagnóstica (UCV) a una carrera, no puede volver a presentarla en años siguientes? En Farmacia todos los años tenemos un contingente importante de estudiantes que vuelven a presentar  prueba interna consecutivamente hasta que son asignados en Medicina u Odontología o se van. Ellos si pueden seguir optando hasta que se cansen. Mientras, salen mal y salen mal porque están estudiando algo que no les gusta. Esto también es deserción...

2. Las autoridades universitarias advierten que la masificación del ingreso a la universidad, que ha usado el gobierno como argumento para asignar entre 70% y 100% de los cupos de las casas de estudio a través del Sistema Nacional de Ingreso, no garantiza la prosecución de los estudios. De hecho, señalan que el sistema multivariable ideado por el CNU, que disminuye el peso del mérito académico y favorece otros criterios, complica el desempeño de los aspirantes menos preparados en sus carreras universitarias. 

Respuesta. No existe mecanismo alguno de selección que garantice a un Estado que la prosecución de los estudios universitarios sea 100% exitosa. Este SIN lo que garantiza es una mayor inclusión de los jóvenes a cursar estudios universitarios, cuya composición social de la población estudiantil en las casas de estudios sean fiel reflejo de la composición social que hay en el país. No es lógico, ni justo, ni ético, que en una universidad pública, con recursos del Estado, tenga un 97% de sus estudiantes que provienen de clases media altas y altas (clase A y B), cuyas familias de esos estudiantes tienen altas posibilidades de pagarles sus estudios en universidades privadas; mientras que un 3% de sus estudiantes provengan de clases sociales menos pudientes. Eso es una realidad que se puede medir muy bien en algunas universidades llamadas tradicionales. Con el nuevo SIN, se está corrigiendo esa iniquidad pero, repito, no garantiza la prosecución de los asignados. Eso es una responsabilidad del estudiante, de sus profesores y de la Universidad en sí, para que el mismo tenga un desarrollo óptimo en su aprendizaje y formación. El estado garantiza según la CRBV es que tenga las mejores condiciones para su derecho al estudio.

3. Este año la OPSU dio 50% del puntaje para ingresar a las universidades públicas al promedio académico del bachillerato, 30% al nivel socioeconómico, 15% a la territorialidad y 5% la acción social, para crear un algoritmo que indique el índice académico de cada estudiante. Los méritos académicos dejaron de ser un mecanismo para llegar a educación superior en 2008, cuando el Consejo Nacional de Universidades decidió eliminar la Prueba de Aptitud Académica, que medía las competencias de un estudiante para optar a un cupo universitario. Esta evaluación tenía un peso de 40% en la asignación de los cupos y el promedio en bachillerato aportaba el 60% restante.

Respuesta. La observación dada en el punto n° 2 cabe para esta afirmación. Pero debo agregar datos muy interesantes sobre este tema que  es vital para las políticas de Estado en materia de educación Universitaria. El Estado mediante el MPPECTI lo que busca es una mayor democratización del ingreso a la población venezolana, tomando en cuenta diversas variables reales que influyen sobre las oportunidades de estudio para el aspirante, tales como el rendimiento académico, situación socio económica, la territorialización y la participación extracurricular durante sus estudios secundarios, no colocando la posición ideológica del individuo como un factor a considerar (http://www.press-report.co.ve/clanek-38260648-nuevo-sistema-de-ingreso-a-universidades-resta-importancia-a-promedio-de-notas-y-se-enfoca-en-condiciones-socioeconomicas). La política del Estado ha sido clara en estos 15 años de revolución, incrementando el número de instituciones universitarias, planta profesoral y matricula estudiantil, reconocido incluso por la UNESCO por los logros obtenidos en esta materia (http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/venezuela-ocupa-segundo-lugar-mayor-matricula-estudiantil-universitaria-latinoamerica/).

4. Según el Boletín Estadístico UCV, en la cohorte 2008 –cuando el CNU elimina la prueba- entraron a la UCV 8.512 estudiantes, de los cuales 1.803 fueron asignados por el CNU. Cinco años después lograron el título 108 estudiantes (5%), el resto tardó más años en graduarse o desertaron. Ese mismo año se graduaron 152 estudiantes de los 4.202 que ingresaron en 2008. De los 1.514 graduandos en 2013, había alumnos que tardaron entre 6 y 20 años en completar sus carreras.

Respuesta. Es interesante observar que el análisis de los números pareciera que se refieren a los 1.803 asignados por el CNU, de los cuales el 5% se gradúan 5 años después (108 estudiantes), cifra realmente baja. Sin embargo, mencionan que 152 estudiantes se gradúan en el mismo año de un universo de 4.202 que ingresaron en el año 2008, es decir, el 3%. Presumimos que son la población estudiantil que no entró por el CNU sino mediante las pruebas internas, ya que por la vía del CNU solamente entraron 1.803 estudiantes, tal como lo mencionan. Si es así, esto indica claramente que ni las vías propias de la universidad garantiza la prosecución de aquellos que ingresan de este modo. Finalmente, no está claro cuando mencionan que de los 1.514 graduandos en el 2013, habían alumnos que tardaron 6-20 años pero sin indicar sin son provenientes del CNU o de las pruebas internas.

Es importante indicar que la baja proporción de graduados en la UCV  y el largo tiempo de permanencia de los estudiantes en las carreras es un comportamiento histórico. Uno de los elementos que ha ayudado a eso tiene que ver con unas normas de permanencia muy laxas y a veces NO APLICADAS, como hemos vivido en los últimos períodos debido a la situación política que las mismas autoridades han propiciado con su flexibilidad académica.

5. En opinión de Mario Bonucci, rector de la Universidad de los Andes y vicepresidente de la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios, a un universitario le toma en promedio seis años completar sus estudios, principalmente por las paralizaciones y los problemas presupuestarios. Reconoce que los estudiantes tienen deficiencias en la preparación de bachillerato, pero asegura que esto se puede superar con los métodos de preparación de los estudiantes en propedéuticos para que aprueben las pruebas internas.

Respuesta. En esta oportunidad se le puede preguntar al rector Bonucci, quien reconoce que los estudiantes vienen con deficiencias del bachillerato, sean por pruebas internas o CNU, tendrán problemas en su prosecución pero solucionan parte del problema con la preparación de los mismos mediante cursos propedéuticos ¿Por qué entonces, no ayudan a los estudiantes que ya ingresaron por la vía del CNU en nivelarlos para poder enfrentar los estudios universitarios? ¿Por qué preparan solamente para aquellos que presentan las pruebas internas? Además, eso indica claramente que la universidad tiene herramientas para poder nivelar a los muchachos, no es misión imposible en ponerlos al nivel necesario.

Adicionalmente, los propedéuticos y preparaciones para las pruebas Internas, en la mayoría de los casos ni siquiera son dictados por la misma institución.  Son profesores universitarios que subliminalmente se identifican con la universidad, pero no son institucionales y están restringidos a quien los pueda pagar. No son baratos, este año un cursito para el área de ciencias de la salud costaba Bs. 24.000. Por ejemplo, ver eluniversitario.net). No representan un mecanismo justo ni equitativo para los aspirantes.

6. Tulio Ramírez, gerente de Desarrollo Docente y Estudiantil del Vicerrectorado Académico de la UCV, aseguró que la deserción universitaria ronda entre 40% y 60%.  “Al no tomarse como principal indicador al mejor productor del rendimiento académico, como es el promedio de notas, sino que el peso de las otras variables es lo decisivo, el pronóstico es que el rendimiento es totalmente incierto”, explica Ramírez.

Respuesta. Estos datos arrojan escenarios más interesantes sobre la problemática. El profesor Ramírez reconoce unas cifras altas de deserción universitaria que ronda entre el 40% al 60%. Cifras de cohortes estudiantiles que provienen tanto de las pruebas internas como del CNU. Nuevamente, esto indica que independientemente de la vía que ingresó el estudiante a la UCV, la deserción es alta. Por otra parte, el profesor reconoce que no se puede saber a ciencia cierta el futuro de estos muchachos asignados por el CNU cuando expresa que el pronóstico es que el rendimiento es totalmente incierto. En esto estoy totalmente de acuerdo, es cierto, no hay manera de saber con total seguridad la prosecución de los estudios universitarios al conocer su índice académico, promedio de notas o de cualquier otro factor, esto es debido a que la prosecución sea buena o no, depende de múltiples variables.

Materias exoneradas

7. Margarita Lascalea, coordinadora del programa Samuel Robinson, indicó que las razones por las que los estudiantes no rinden en la universidad, tardan más en graduarse o desertan es por las debilidades que traen del bachillerato, además de las materias exoneradas por falta de profesores. En las boletas se maquilla con una nota promediada las asignaturas no cursadas para no dejar el espacio en blanco.

Respuesta. En esto estamos de acuerdo con la profesora Lacalea, me da fortaleza a la tesis anteriormente planteada. La prosecución implica muchas variables, a veces con parámetros no controlados por el mismo estudiante. Además, si estos bachilleres vienen con materias exoneradas, que incluyen tanto en colegios públicos como privados, su rendimiento será afectado por ausencia de conocimientos básicos. Pero he aquí la responsabilidad de la universidad  y del estudiante, reconocer el problema y encontrar la solución al mismo, donde el estudiante apoyado por orientaciones pedagógicas y sistemáticas, puede superar estos escollos, con más dificultad pero no imposibles.

Hay un dato sumamente interesante para el análisis, las pruebas de diagnósticos que se dan en la UCV desde hace años NO toma en cuenta el promedio de notas del estudiante, solamente el valor numérico en que sacó el bachiller en esta prueba es el factor que le da la oportunidad o no de ingresar a la institución, por lo que podemos llegar a la conclusión que  la universidad tampoco le da importancia a esa nota promedio, pero si exige que el Estado seleccione a los estudiantes con tal parámatro (¿?).

8. En la Universidad Simón Bolívar funciona desde 1999 el Programa Igualdad de Oportunidades desde 1999 para nivelar a los liceístas y garantizar su ingreso a la casa de estudios. Trabajan con 149 instituciones públicas, privadas y subsidiadas de Higuerote, La Guaira, Distrito Capital, Baruta, Altos Mirandinos, Valles del Tuy y Guarenas-Guatire.

Evelyn Abdala, coordinadora del PIO, expuso que de los 943 alumnos que ingresaron en 2014 al proyecto de formación propedéutica, 28% no había visto Matemática de cuarto año, 20% no tuvo profesor de Castellano y Literatura en cuarto año y 25% no vio Inglés. Hay alumnos que no tuvieron docente en Matemática durante todo el bachillerato. Lo mismo se repite en Física y Química.

Acotó que en una prueba diagnóstica realizada a alumnos de 28 escuelas del litoral central, entre públicas y privadas, los jóvenes tenían un promedio de notas de 19,25 puntos durante el bachillerato, pero en el examen que aplicó PIO el promedio en Matemática fue de 4,7 puntos y en Habilidad Verbal de 9,3 puntos. “Lo peor que le puede pasar a una sociedad es que la educación sea un fraude, porque cuando no se es capaz de hacer un racionamiento matemático o verbal es porque el Estado le hizo fraude”, expresó Abdala.

Respuesta. A pesar que la respuesta para estos planteamientos es similar a la dada en el punto n° 7, se requiere de una adicional explicación. Al plantearse que las notas son “maquilladas”, generalizando así la situación, entonces el índice académico que tanto defiende para entrar los estudiantes a estas casas de estudios no es real, por lo que derrumba su propia tesis. En la Escuela de Medicina José M. Vargas, de donde soy docente, en la cátedra de Bioquímica, asignatura que se da en el 1er año, los profesores realizan una prueba diagnóstica de conocimientos básicos de química y otras áreas a la cohorte nueva proveniente de todas las vías de ingreso predominando el 70% por la UCV. Los resultados son desastrosos. Sin embargo, durante todo el año, el personal docente realiza esfuerzos sobrehumanos para lograr que una parte importante logre aprobar la materia al final del año, pero siempre queda un porcentaje significativo repitiendo.

 

OPSU dio cupos en la UCV a personas que dejaron la universidad 4 veces

9. El Vicerrectorado Académico de la UCV denunció, después de un análisis de la data de los 6.748 estudiantes asignados por la OPSU para cursar carreras en esta casa de estudios este año, que “se subordina la excelencia académica a variables ilustrativas, no académicas, que no deben funcionar como criterio”.

El informe resalta que en numerosos casos se privilegia la asignación de quienes poseen promedios de notas que están muy por debajo de aquellos que ocupan puestos más lejanos o no fueron asignados. Los profesores Tulio Ramírez, gerente de Desarrollo Docente y estudiantil del Vicerrectorado Académico de la UCV, y Jesús González, coordinador de la Unidad de Investigación de la Secretaria General de la UCV, analizaron las carreras a las que fue asignada la mayor cantidad de estudiantes por área de conocimiento: Derecho, Medicina, Computación e Ingeniería Agronómica.

Respuesta. No sé a qué se refiere el vicerrector académico cuando expresa a “variables ilustrativas”. Pareciera que estuviese refiriéndose a esas variables de forma despectiva. Es importante hacerle conocer al académico que en los países europeos, tales como Alemania, su sistema de ingreso permite que el bachiller puede acudir a la universidad de su elección y matricularse sin problemas. Cuando las carreras tienen altas demandas, una institución central (Zentralstelle für die Vergabe von Studienplätzen - ZVS, con sede en Dortmund), adjudica el cupo tomando en cuenta fundamentalmente tres criterios: la nota media, el tiempo que un aspirante lleva esperando a una plaza, así como criterios sociales (http://www.academia-europea.org/pdf/sistemas_universitarios_en_europa_eeuu.pdf). En el caso de Francia, el sistema de acceso a la universidad se rige por una fuerte impronta igualitaria que excluye expresis verbis «todo tipo de selección» a la hora de determinar el número de alumnos a acoger en una Universidad. Si hay más demanda que oferta, los criterios para establecer la lista definitiva de alumnos admitidos se guían por aspectos como «el domicilio, la situación de la familia del candidato y de las preferencias expresadas por el mismo» (Artículo L.612-3 de la Ley del 26 de enero de 1984). Como se observa en este último caso, no se toma en cuenta ningún parámetro académico del estudiante, y estamos hablando de un país del “primer mundo” como muchos le gusta decir. Esto no es nada nuevo para el caso propuesto por Estado venezolano. Se reconoce que existen diversos factores, aparte del rendimiento académico, que van a influir sobre el logro o no del estudiante en sus estudios universitarios.

 

10. En Medicina el primer asignado posee un índice académico en bachillerato de 18,4 puntos, mientras que el aspirante que se asignó en el puesto 130, de 215 cupos, poseía un promedio de 19,8. En Derecho el primer puesto lo ocupa alguien que posee un promedio de 18,16 puntos, mientras que el bachiller con mayor índice tiene una calificación de 20 y quedó en el puesto 237.

En Ingeniería Agronómica el primer cupo lo obtuvo alguien con promedio de 17 puntos, que debió estar ocupando el puesto 59 por orden de mayor a menor en calificaciones, y quien tiene el mayor índice con 19 puntos fue asignado en el puesto 142. En Computación el primer ingreso tenía 19 puntos, pero lo superaba un estudiante con 19,6 puntos que quedó en el puesto 96.

Según el método multivariable, un estudiante con promedio en bachillerato 20 puntos pero perteneciente al estrato social A tiene un índice para ingresar de 76 puntos, mientras que uno de promedio de 11 puntos,  pero en el estrato social E, posee el mismo índice solo por tener pocos recursos económicos. “Es un procedimiento socialmente discriminatorio que devalúa el mérito académico”, concluye el informe.

Respuesta. Al colocar estos ejemplos puntuales que estoy seguro habrían más, no descalifica al SIN, más bien, confirma la teoría, al ser multifactorial el mecanismo matemático y no dependiente de una nota solamente produce toda esta variabilidad en el ingreso. Nada nuevo. El problema de toda esta situación es que no habrá nunca jamás un sistema de ingreso incluyente 100% mientras haya más demanda que ofertas de cupos universitarios, tal como ocurre en nuestro país. En este caso, se excluye estos casos, que son triste, porqué no decirlo, pero estamos hablando de poblaciones estudiantiles cuyos resultados indican claramente que ha aumentado la inclusión de aquellas clases sociales que toda la vida habían sido excluidos.

11. Otra irregularidad es que 216 estudiantes ya han sido asignados hasta en 4 oportunidades a cupos por vía de CNU, no han culminado sus carreras dentro de la casa de estudio y permanecen inscritos. Además, 50 personas fueron asignadas a la carrera de Catastro, que no se dicta en esa universidad.

Respuesta. Sobre esto último, es totalmente injusto que hayan personas que ya estén cursando una carrera o programa y se le sea asignado otro cupo, que repito, el SIN no tiene forma de identificar estos casos previamente. Pero además, es sumamente extraño que el vicerrector académico exprese que la carrera de Catastro no se dicte en la UCV, ya que fue la institución que dio las ofertas de carreras y de cupos a la OPSU previamente cuando por oficio el ministro Manuel Fernández solicitó la información para acondicionar el SIN.

12. Los investigadores plantearon que “en un alto porcentaje de bachilleres se detectó que el peso dado a la variable promedio de notas del bachillerato no alcanzó 50%, tal como fue acordado en el CNU del 16 de diciembre de 2014”. Denunciaron que el método del SIN "es inauditable" porque no se ha hecho pública la metodología empleada para hacer la asignación. 

Respuesta. Sobre estas denuncias, en la sesión del CNU del martes 26 de mayo pasado el mismo ministro Manuel Fernández propuso a todos los rectores de todas las universidades del país en realizar una auditoría al SIN y fueron los rectores de las universidades tradicionales que salvaron el voto, es una gran contradicción. Además, el 15 de mayo en cadena nacional, el ministro le entregó a la fiscal general los CD conteniendo los resultados, el sistema para que fuese el Ministerio público que realizar la auditoria de los mismos. El SIN es confiable, transparente y pulcro.

Para finalizar no puedo dejar de mencionar como conclusión que nuevamente estas 11 universidades que cubren menos del 22% de la matricula nacional, quieren sus autoridades establecer las pautas nacionales en materia universitaria, desafiando al gobierno y desconociendo los derechos de los ciudadanos que le consagra la constitución y las leyes del país. Su conducta pública es una clara demostración de la soberbia que les embarga a estas autoridades, tal como lo expresa la rectora García Arocha en una afirmación digna de Ripley: “No basta con ingresar a una universidad, hay que ser exitoso en el ingreso” y eso lo determina unas pruebas que le dan derecho en algunas escuelas de la UCV para 50 cupos, cuya demanda sobre pasa a las 10.000 personas, ejecutándose así un fraude. Los intereses mezquinos de estas autoridades, quieren que sean aceptados por las mayorías de la población venezolana.  La revolución, basada en el derecho y en la justicia social, no aceptará esta nueva violación, será otro capítulo más de esta guerra, no solo económica, sino en otros frentes, ante esta burguesía llena de ignorancia y falta de  escrúpulos.

miguelacho1998@hotmail.com

PROFESOR TITULAR UCV



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