Son tanto los fantasmas del pasado que recorren los espacios del debate entre el mismo gremio, que a una simple reunión de discusión de agenda común, algunos llaman mesa de articulación, negando de entrada que sea posible la unidad de las fuerzas gremiales. Entiendo, no suscribo, que la actitud responde a una vieja practica de las caimaneras sindicales que se esta acostumbrado históricamente a vivir en el Magisterio Venezolano.
En los actuales momentos se esta viviendo una interesante historia poco planteada en otras ocasiones en el Magisterio; hablar de la unidad en lo programático con los gremios docentes y los movimientos sociales es en primer lugar un reto que implica trascender la cultura sindicalera que nos ha signado por muchas décadas.
Hay dos procesos que aunque incipientes aún en el abordaje de la metodología para la consulta y la construcción colectiva, nos han metido en el berenjenal de la nueva gestión educativa; uno es la discusión de Reglamento Provisorio de Ingreso y Ascenso a la Carrera Docente y el otro la preparación de la agenda y programación del Congreso Educativo que solicito el Presidente Maduro al Magisterio Venezolano.
Promover el desarrollo de una gestión educativa escolar con pertinencia sociocultural, tomando en cuenta el contexto, las necesidades de la escuela, el aula, la comunidad, las familias, sus características geohistóricas propias, la participación y protagonismo colectivo de los autores y actores del proceso educativo en la construcción de los proyectos educativos y en la toma de decisiones legitimas y pertinentes relacionadas con los procesos administrativos, gerenciales, pedagógicos, formativos y comunitarios de una manera integral; implica reconocimiento de parte y parte. Por un lado reconocer al estado y al gobierno como rectores del proceso educativo, desde donde se imparten las directrices de la política del Sistema Educativo, pero por otra parte asumir que este es un gobierno que ejercita los postulados teóricos y filosóficos que están en nuestra Constitución y el conjunto de instrumentos jurídicos y legales aprobados en este proceso revolucionario.
Vendrán debates, discursos, disgustos y hasta desencuentros, así es la dialéctica y la democracia; pero estamos seguros que habrá grandes aportes tanto para la aprobación del Reglamento, como para la realización del Congreso educativo. Difícil serán los acuerdos, más aún cuando la vieja conseja del sindicalerismo reivindicativista y sectario, prevalece en posturas esbozadas en algunas reuniones que se han dado. La lista de mercado, de cuanto me toca, mi cuota debe ser tal, que si el carro, la casa y que se yo cuantas necesidades insatisfechas, siguen aflorando como temas centrales en los discursos y propuestas; eso no se elimina tan fácilmente. Aún así habrá oportunidad de debatir, así ha dado muestras el Ministerio del Poder Popular para la Educación de tener disposición política y espacial para la construcción colectiva del conocimiento y de la política educativa. La consulta por la calidad educativa es el reflejo más reciente de esa apertura al protagonismo y la participación
Desde nuestra militancia en el Movimiento Pedagógico Revolucionario Comunitario, haremos las contribuciones necesarias por una parte para la aprobación de un reglamento que responda a las exigencias del momento y por la otra para que el congreso sea un hecho trascendental que presente propuestas contundentes para la transformación revolucionaria del nuevo Magisterio Venezolano; de igual manera para la puesta en práctica de una gestión democrática, participativa y protagónica a través de nuestros aportes colectivos y organizacionales, desde los diferentes espacios donde nos encontremos.
Se nos impone a todos los sectores comprometidos con este proceso revolucionario, elevar el nivel ideológico para contrarrestar la campaña mediática que se avecina de cara a las elecciones parlamentarias; campaña que tocara lo educativo, cultural, económico, social; buscando abultar realidades por una parte y por la otra negar las bondades y avances de la revolución en cualquiera de sus manifestaciones
Por ello, las expresiones orgánicas que nos hemos venido dando, los consejos en cualquiera de sus formas, comunales, de planificación, de obreros, de estudiantes, gremios y movimientos sociales de cuadra o vereda, etc., deben ser las vanguardias políticas que tomen decisiones en asambleas de ciudadanos para desenmascarar las mentiras y prepara a nuestra comunidades en la defensa y profundización de la revolución bolivariana; de ésta manera acompañaremos las acciones de gobierno que se tomen en función de la aplicación del PLAN DE LA PATRIA; atendiendo a una máxima que contempla que pueblo informado tiene elementos para derrotar cualquier infundio que se avecine en su contra.
Para los movimientos sociales, las organizaciones gremiales y el gobierno, el Congreso Educativo es la oportunidad de marchar juntos hacia la construcción de un proyecto educativo que responda a la demandas transformadoras de la sociedad, eso está planteado así, pero amerita tener suficiente claridad en lo que significa para las fuerzas que apoyan la revolución esta tarea en este nuevo contexto; si no se está a la altura de la exigencia, las trampas del grupismo y las apetencias de dirección figuristas, estarían buscando reeditar las viejas costumbres que han acompañado antiguos intentos y la oportunidad se desvanecería. Queremos hacer otra historia diferente a la contada por Frei betto en la conferencia que dio en Cuba en el marco de Pedagogía 2015, ". Los movimientos, grupos y partidos de izquierda, cuando existen, parecen perplejos en lo que toca al futuro. Muchos ceden a la fuerza cooptadora del neoliberalismo y cambian el proyecto de liberación social". Es la hora de demostrar que nuestros esfuerzos unitarios tienen asidero en las prácticas concretas que permitan la construcción de una gran fuerza magisterial para los tiempos y luchas venideras.
