LUZ vive una hora difícil, triste. Una esperanza, un estudiante, Eleazar Hernández fue asesinado cruelmente por adversarios políticos. Es una tragedia humana este crimen, como injustificable es, que nuestras autoridades intenten evadir su responsabilidad en la retórica impúdica de una supuesta "intervención "o "allanamiento de la autonomía" por parte del Gobierno que es responsable histórico de elevar a rango constitucional el sagrado concepto que nos distingue.
Se equivocan y mienten. No ocurrirá tal "allanamiento". No podrán ocultar la verdad. Es LUZ en la que por más de una década se sembraron graves desviaciones éticas-morales de sus dirigentes estudiantiles, muchos de los cuales advinieron en cobra vacunas de contratistas y de pequeños emprendedores (cafetines, buhonería), negociantes de beneficios estudiantiles (comedor, tickets de transporte), mafiosos organizados, incorporados a las nóminas como "empleados", dueños de camionetas lujosas, protegidos por "guardaespaldas" como cualquier burócrata, de pésimos rendimiento académico, con 15 y 20 años de permanencia, "cuarentones" que impusieron un tiempo degradante.
LUZ no fue siempre así. Forme parte del liderazgo estudiantil de los ochenta donde ser de izquierda, demócrata cristiano o socialdemócrata era la diferencia pero ser buen estudiante era lo común, tiempos de RECTORES MAGNANIMOS y maestros de juventud como José Manuel Delgado Ocando, Regulo Pachano, Humberto la Roche, Imelda Rincón, Ángel Lombardi, José Ferrer.
El clientelismo y pragmatismo del conservadurismo que se instaló en LUZ para "ganar" cargos de dirección es el principal responsable de semejante daño al liderazgo estudiantil. Lamentablemente la izquierda, y lo digo autocríticamente, respondió burocratizando en la nómina estatal a la vanguardia que ha debido enfrentar en las aulas las mafias que nacían.
Es LUZ que está cerrada, vulnerando el derecho humano de los jóvenes a iniciar, proseguir y culminar sus carreras profesionales. Cerrada con el aforismo de "no reinicio de actividades", bochorno que no permite dar clases a los que queremos darlas, y que somos la mayoría, a pesar de un aumento salarial superior al 100%, con pago de retroactivo y del salario de los meses no trabajados. Esta LUZ no es la que la sociedad quiere o necesita.
Cerrada como la tienen por planes políticos o por desacuerdo con el monto del incremento salarial golpea a la sociedad a la que está obligada a servir, a la ciencia y a la técnica. ¿Tiene sentido para los que hoy conducen LUZ cerrarla al bullicio y la alegría de la esperanza estudiantil? ¿Han cuantificado el daño psicológico, material y espiritual que ocasionan a los jóvenes y a sus familias? ¿Los profesores jubilados que dirigen los gremios respetan el derecho de nuestros estudiantes?
Esta LUZ que en 2014 administró un solo semestre, que en 2013 no dio clases en enero, julio, septiembre y diciembre, que ha reducido su matrícula sustancialmente en casi todas sus escuelas, sobrecargada burocráticamente, sin incidencia en la historia que ocurre a sus narices, no le interesa al país.
Esta LUZ cuyos dirigentes se escudan en la farsa de "la persecución política" o del inminente "allanamiento" para intentar ocultar la sangre derramada y el cuerpo brutalmente asesinado de Eleazar, el chamo de 21 años, causa indignación. Conservadurismos o derechas existen de más calidad humana.
Dijo el Rector Jesús Enrique Lossada, octubre de 1947, que "nuestra universidad debe ser medularmente revolucionaria" y tenía razón, no para ser "roja rojita" como algunos pretenden asustar, sí para cumplir su principal quehacer de labrar el conocimiento como bien público, adquiriendo valores, destrezas y habilidades, reconociendo en el respeto y cultivo de la crítica fundada en la razón y la diversidad de pensamiento los valores más cardinales en relación al conocimiento. Es LUZ que volverá a adherirse a la búsqueda de la verdad que nos iguala, garantía de libertad y autonomía de los que integramos su comunidad. Es nuestra esperanza.