Primeramente escribir estas líneas no fue una tarea fácil seguramente por la dualidad entre mantener la prudencia tratando de seguir lavando los trapos sucios en casa y el prevenir una posible persecución por parte del grupo lumpen burgués que asume la crítica como su principal enemigo y no como una oportunidad de reflexionar y retomar la identificación con las banderas que alzaban ante de los altos cargos.
Dice Freire “Solo en la medida en que descubran que alojan al opresor podrá contribuir en la construcción de su pedagogía liberadora.” mientras la comunidad UNESR no entienda que hoy es más necesario asumir su rol protagónico y no esperar que rectores mesías resuelvan este arroz con mango, seguiremos dominados por la democracia burguesa de Rector@s cuyos proyectos pareciera rendir culto a la hegemonía del dominio y no una visión de transformación universitaria, hoy muchos trabajadores asumen que la universidad está mal porque no depositaron los aguinaldos o los uniformes, ¿pero quién se queja porque la UNESR carece de un plan y vive día a día de la improvisación? Sería importante preguntar si el NO cumplimiento del “Hacer de la Universidad Simón Rodríguez una institución global, de vocación integracionista y latinoamericana” como lo refiere la visión de esta casa de estudio es por desconocimiento o por conveniencia, creo que hoy no solo es necesario un proceso de eleccionario de autoridades en la UNESR sino una constituyente universitaria (acción promovida por el Comandante Chávez por si hay dudas ideológicas) que permita definir cuál y como debe ser el papel de la Universidad Simón Rodríguez ante la sociedad y su comunidad universitaria.
Una universidad revolucionaria no es la que hace más marchas o la que toca más pitos y grita más consignas, sino la que asume con gran madurez la aplicación de las tres R y hace la revolución construyendo un plan enmarcado en el proyecto país, si realmente se quiere profundizar en el legado del Comandante Chávez hay que revisar si verdaderamente se cumplió con él, no se trata de vestirse de rojo sino vestirse de pueblo, no se trata de hablar de las reivindicaciones revolucionarias a los estudiantes sin examinar realmente si están llegando, no se puede hablar de excelencia académica si los pensum están desfasados a la realidad social y mucho menos si no hay supervisión al personal docente y de investigación, no se puede hablar de nuevas carreras cuando el plan de formación de formadores es un elefante blanco y mucho menos cuando la oferta académica abunda de facilitadores sin el perfil académico para los cursos inmersos en ella, no se puede hablar de una universidad investigadora cuando en una sociedad estudiantil TMT (Todo Menos Tesis) no hay una cultura de investigación, no se puede hablar de una universidad Andragógica cuando la horizontalidad fue sustituida por centralizar los objetivos en la enseñanza y no en la construcción del aprendizaje, mucho menos participativa y defensora del libre pensamiento si los sindicatos de izquierda no son invitados a los consejos directivos y consejos de núcleo, no se puede hablar de flexibilidad si la planificación se enmarca en el docente y no en el participante, no se puede hablar de la universidad Socio productiva si no se sabe que produce la UNESR.
Quiero aclarar que estas líneas no son contra las autoridades los cuales ellos sabrán si pasara sin pena ni gloria al igual que otras autoridades pasadas, esta reflexión va dedicada a los trabajadores y participantes de la UNESR que se preguntan que pasa teniendo la respuesta, que demandan soluciones y cambios sin querer asumir que las transformaciones en una democracia participativa y protagónica deben venir desde los cimientos y no desde las alturas, hoy más que nunca es el momento de cerrar filas con la revolución haciendo la revolución o como lo diría el panita Alí haciendo la historia para que otros la escriban en un mundo mejor.
