Una maestra y un maestro siguen haciendo Patria

En nuestro pueblo se ha despertado una avidez colectiva por conocer, interpretar, opinar y exigir mayores cuotas de participación cada día. Esas actitudes son la base de la democracia radical y de la democracia cognitiva. Henry Tobías Inojosa Zerpa: Diagnostico para las revueltas.

Abrimos y cerramos el año 2017 en medio de las más cruentas batallas que haya librado este proceso revolucionario; de la cual nosotras y nosotros los docentes no hemos escapado; pero no nos han entrampado para que conspiremos contra el sagrado derecho a la educación que tienen nuestros niños, niñas y adolescentes; porque nuestros derechos laborales han sido garantizados por el gobierno revolucionario. Se concibe entonces que al magisterio venezolano lo acompaña una gran madurez que se ha curtido más en tiempos de revolución.

Nada fácil ha sido la pelea, ¿Quién dijo que era fácil, no nos enfrentamos a bisoños?, por el contrario nos hemos enfrentado a un enemigo que posee diferentes armas: ideológicas, mediáticas, militares, económicas, de destrucción masiva moral y cultural; que tiene su asiento en el Norte y respaldado por sus lacayos en Latinoamérica y el Caribe, que aprendió de sus errores y hoy se rearma para seguir intentando doblegarnos. Pero las fuerzas imbatibles de la esperanza revolucionaria los ha derrotado y los seguirá derrotando; perfilando cada día más las estrategias, en la búsqueda de un mundo mejor y un mejor vivir, que en Venezuela hemos llamado Socialismo Bolivariano o Socialismo del Siglo XXI.

Los ciudadanos y ciudadanas, todos, maestros y maestras, los que nos hemos asumido como forjadores de ciudadanía, ganamos las batallas electorales; en medio de una guerra económica que apunta selectivamente al imaginario colectivo pretendiendo convertirlo en un sujeto desesperanzado del nuevo proyecto de sociedad e intentando socavar las raíces de una gran parte del pueblo en su estructura ético- moral.

Maestra, Maestro somos garantía de paz y sabiduría; no lo digo para celebrar un día, lo digo para recordar y celebrar que somos portadores de los más modestos esfuerzos para el triunfo de las batallas que libró nuestro gobierno revolucionario contra las hordas fascistas.

Le ganamos a la guerra con una constituyente, dimos demostración de más democracia con dos elecciones para escoger gobiernos estadales y municipales. Colegas somos indestructible; aun así es el momento de permanecer alertas ante los enemigos; los de afuera y los de adentro. Es el momento de prepararnos sin escatimar esfuerzos en todos los terrenos; porque de lo contrario pueblo que no estudia y no se organiza, se duerme y lo somete el imperialismo, ya vivimos esa experiencia en otros momentos de la historia patria.

El 2018, se perfila en el horizonte como un año de batallas duras en todos los terrenos, muy a pesar de que el proyecto revolucionario viene desde siempre apostando por la paz, pese a las posturas radicales de los violentos partidos de la oposición, que no reconocen los logros y beneficios de los programas de la revolución bolivariana; aun así vienen tiempos de definiciones y duros combates. Año electoral.

En este marco histórico de tareas, logros revolucionarios y compromisos, se está celebrando el día del maestro y la maestra, el cual aspiramos tenga una orientación distinta, donde todas y todos podamos decir que toda la Patria es una escuela y no es sólo porque el profesor, la profesora, el maestro, maestra, enseñan; eso lo hacemos todos y todas. Ahora bien de lo que hagamos o dejemos de hacer, será la historia la que lo evaluará.

Por eso veámonos por dentro, si lo que hemos hecho, ha contribuido a engrandecer la Patria y a sus habitantes, cada quien que se evalué, al final todos seremos evaluados por otros.

Estoy seguro que muchos de nosotros, maestros y maestras hemos dedicado y dedicamos años de nuestra vida al servicio de la enseñanza y la educación, tal vez años de entrega, de lucha y esfuerzos por ayudar a los necesitados o a los que nos necesitaron; pero también pudieron haber sido años de dejar hacer o dejar pasar. El que esté libre de conciencia que no se preocupe, la historia, la patria y sus ciudadanos se los agradecerá. El que haya procedido contrario a la ética de buen educador, de maestro, de ciudadano, seguro lo devoraran las bestias de su propia conciencia.

Hoy desde aquí hay que seguirlo diciendo y decirlo con Chávez como guía y horizonte, "sin educación revolucionaria no habrá sociedad revolucionaria, sin participación colectiva en los asuntos públicos, no habrá educación para la sociedad comunal".


A los maestros y maestras, el clarín de la Patria, nos llama hoy con más fuerza y claridad a asumir un gran reto, nada sencillo, la conducción de la educación no es poca cosa, es la construcción y conducción de nuestro presente y futuro hacia la Patria Socialista, de la nueva sociedad que estamos forjando y que se perfila en el horizonte venidero; y no es posible cumplir tal exigencia, sin el esfuerzo de todos y de todas, nadie hace Patria sólo, nadie transforma sólo; es necesario la mayor unidad en la gestión educativa, unidad en los pequeños y grandes detalles que son al final los que nos mantienen como miembros de un magisterio. Derrotemos el pesimismo, sectarismo, yoismo, la competencia y las malas consejas para que de verdad podamos transformar la vieja cultura docente que no es otra cosa que la misma cultura política reproductora de la dominación capitalista.

Hoy más que nunca la defensa de nuestra soberanía y nuestras esperanzas están puestas en el desarrollo y profundización del proceso revolucionario bolivariano y más aún, en el proceso educativo como brújula fundamental para la transformación ciudadana y social; en aumentar aún más los existentes lazos de hermandad y organización que nos identifican como pueblo soberano e indeclinable.

Digámoslo más claro, hay una inmensa exigencia de esta revolución y de este proceso educativo a construir aceleradamente instancias organizativas; desde las más embrionarias e imperceptibles formas; de allí que este año debe ser el año de mayor impulso de la organización del MAGISTERIO; pongamos con mucha fuerza empeño en el aglutinamiento y solidificación de un Movimiento Pedagógico Magisterial que en su máxima expresión deba ser una organización socio-pedagógica-comunitaria que aglutine a las y los educadores de pensamiento progresista y revolucionario, constituyendo un espacio y tribuna para el debate y construcción de propuestas que se comprometa a profundizar en la calidad educativa y su transformación; además que surja producto de la unión de esfuerzos institucionales, individuales y colectivos en la perspectiva de convertirse en una instancia nacional que diagnostique y elabore propuestas que contribuyan a enfrentar problemas de índole estructural, educativo, formativo, organizacional y pedagógico en el ámbito nacional, regional, parroquial y micro territorial, tanto en lo urbano como en lo rural. Propondrá políticas educativas y desarrollará las iniciativas que se enmarquen en el Plan de la Patria 2018- 2025 y todos los instrumentos jurídicos producidos en este proceso revolucionario, así como los proyectos y programas que vayan en función de la formación y la reivindicación del Magisterio Venezolano.



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Bartolo Hernández


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