-Acerca de una universidad distinta, según la Dra. Keta Stephany-
El Instituto Pedagógico de Barquisimeto Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, núcleo regional de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, en sus dos campus: las conocidas sedes del Este de la redoma de la Av. Dr. José María Vargas y del Oeste, Av. Los Horcones entre las avenidas Corpaguaico y La Salle, tienen larga historia.
Historia Siempre vinculada a la dinámica social e institucional del país en general, de tal suerte que una realidad suele ser concomitante en la otra. Tal cual como El Libertador sostuvo, a saber, que la educación avanza o retrograda al mismo ritmo que le imprime en un memento dado la sociedad, por lo que los legisladores, gobernantes y demás líderes debían tenerse muy en cuenta ese dato, (Cfr. Simón Bolívar: Discurso de Angostura, 1819).
En concreto, esas sedes o campus de la UPEL-IPB que conociéramos en otras épocas (décadas de 1980, 1990 y la primera década del 2000, como admirados visitantes de ocasión, estudiantes y hasta como profesores contratados u ordinarios), con tanto dinamismo y colorido bullicio por la concentración de gran número de población estudiantil, personal docente, técnico administrativo y obrero, tipo clase media; población que se concentraba por ahí proveniente de estos y otros centros universitarios de su entorno que, por cierto, emergieron de la modernidad tardía venezolana y conducido por el proyecto democrático del llamado consenso de las élites (1958), tuvo sus encantos, decepciones y luchas.
Búsquese las estadísticas, hubo mayores oportunidades de formación universitaria en diversas áreas científicas y humanísticas, ciertamente comprado con los inicios del siglo XX o fines del XIX; cuando las universidades eran poquísimas. Aunque claro, desde mediados del siglo XX los cupos para acceder a la educación superior, así llamada entonces, había que lucharlos. Nada es fácil en esta vida, ni gratis, ciertamente, hagamos al menos esa concesión al expresidente chileno Piñera; todo tiene su precio y no necesariamente monetario. Hay que apreciar las cosas, porque como sostiene el refrán "Lo que nada cuesta, hagámoslo fiesta".
Hoy existen en la ciudad de Barquisimeto y en la región centro occidental de Venezuela cualquier tipo de universidades, conocí jóvenes que estudiaba en dos universidades de forma paralelo, pública y privada: UPEL-IPB-UFT; e inclusive en dos públicas, UPEL-IPB-UCLA; claro, ello fue antes de que la crisis económica se abatiera sobre todo el mapa de la república y cada cual agarró la de san Diego y se fueran demasiado del país; paradójicamente muchos tuvieron luego que regresar en los vuelos que organiza el gobierno de Maduro: el causante de los males que está sufriendo el pueblo, según algunos, pero nunca mencionan a ciertos líderes de la oposición, quienes en nombre de sus intereses crematísticos lograron que USA y la CEE impusieran cualquier tipo de sanciones al comercio con Venezuela y su ayuda humanitaria brilla por su ausencia.
En fin, lo que queremos decir es que resulta inimaginable contemplar hoy día cómo semejante panorama de universidades repletas de juventud que se labran su futuro en las aulas y laboratorios, se ha deshecho. El conflicto social y la pandemia esta espantosa que padecemos deshizo tal panorama, los imperativos coyunturales actuales. Hoy lucen como espacios abandonados a su suerte, ya ni los perros que en jauría pululaban y eran compañeros frecuentes de correrías, principalmente por los predios del comedor universitario, osan aventurarse por estos eriales. Los jardines de los campus los cubre el barbecho reseco, como esos huertos de familias que abandonan sus antiguos campos y labrantíos.
El circuito económico que generaba la interacción, comunicaba cierta dinámica, por efecto del transporte ce carros por puestos, las populares rutas, carros libres o taxis y familiares privados, ventas de alimentos como empanadas, arepas rellenas, almuerzos ejecutivos u otros negocios de servicios como fotocopiadoras, residencias estudiantiles, sitios de juegos de pool, bolas criollas, expendios de licores, hoteles, entre otros, todo ha desaparecido; en estos tiempos aciagos de pandemia, este y otros campus universitarios lucen íngrimos.
Agréguese que la crisis sociopolítica, sobre todo de 2014 a 2020, junto a la propaganda de que lo mejor era graduarse e irse a ejercer como profesores, ingenieros, médicos, etc., en otros países constituía la mejor opción; también la noción de cierto imaginario social en torno a que ya no vale la pena estudiar, que lo que importa es ejercer cualquier oficio que redondee la arepa, como se dice.
En reciente entrevista la conocida y muy apreciada Lic. Vanessa Deives entrevista a la Dra. Keta Stephany, Profesora Ordinaria en la categoría Asociada (¿o Titular?) a dedicación exclusiva de la UCV, muy distinguida gremialista de la FAPUV, sostuvo entre otras cosas que:
-Las universidades son distintas. No hay la universidad, hay distintos tipos de universidad. Ellas tienen que transformarse. Lo que ocurre ahora no es la muerte; es el cierre de la universidad sin decretarlo. Están cerrando las universidades sin decirlo. La propuesta de jerarquizar unas carreras es que solo vas a financiar unas carreras. Es una forma de encubrir una realidad. La realidad es que el Estado se retiró y no financia la educación. Se está cerrando en la práctica. ¿Por qué no se declara el cierre técnico? Para no entregarles la universidad, porque si declaras el cierre técnico, bajas la santamaías.
(En: www. Aporrea.org., 21 de febrero de 2021 …. https://contrapunto.com/especiales/entrevistas-ctp/keta-stephany-el-gobierno-esta-cerrando-las-universidades-sin-decirlo/)
Al respecto, el ministro César Trómpiz tienen la palabra porque inclusive quienes son miembros del claustro de no se sabe ya cuántas universidades han surgido hoy en Venezuela reunidas en ARBOL, requieren salarios adecuados y mayores reivindicaciones, así como la recuperación física de la infraestructura física de las casas de estudios, que incluye por su puesto los jardines …