Hablar de educación de los pobres, supone que es aquella que reciben los grupos con falta de recursos económicos y un sin número de carencias. El filósofo Antonio Pérez Esclarin, viene hablando de la necesidad de "sacar de la pobreza a la educación y a los educadores". Nuestro sistema educativo no podrá enseñar plenamente el respeto, la honestidad, la solidaridad, la convivencia y el trabajo. Esto se debe en parte, a la grave crisis moral que vive el país, lamentablemente ha logrado corromper la conducción del sistema educativo. Si no predominara la ambición, la deshonestidad y la inmoralidad, la educación sería otra. Nos hemos convertido en un país sin principios, ni leyes que se cumplan. Una desgracia en la que impera el vivismo, el engaño, el maltrato, la manipulación, la deshonestidad y la violencia.
El estilo proselitista de gestión educativa tiene mucho de Maquiavelo, quizás se resume en aquella frase: "El fin justifica los medios". Para Pérez Esclarín: "Resulta de un gran cinismo pedir a los educadores que eduquen en unos valores que son pisoteados abiertamente. ¿Cómo es posible que algunos gobernantes o connotados políticos que deberían dar ejemplo de respeto y honestidad, traicionan sus principios por dinero, llevan una vida de opulencia frente a la miseria de las mayorías, ofenden, mienten descaradamente, amenazan a cada rato y no pase nada? Para ello, es urgente que la política se cimente sobre la ética, y que los políticos sean, parezcan y actúen como ciudadanos ejemplares, y que la educación recupere su importancia y vuelva a ser una verdadera prioridad nacional, lo que va a exigir tratar a los educadores de acuerdo a la trascendencia de su misión".
La Educación de los pobres debe ser de Calidad
La Educación Pública del país sobrevive a pesar de que el sistema conspira en contra de los educadores. Resulta muy incoherente alabar en teoría la labor de los maestros y maltratarlos en la práctica. Penosamente los educadores que quedan subvencionan a la educación mientras un sistema conspira abiertamente en contra de aquellos que asumen con resiliencia y apasionadamente su labor, o como lo describe Fernando Savater, con "Coraje" y "Valentía de Corazón". El sistema es una especie de enemigo de esos dignos maestros que dan lo mejor de sí, día a día, por y para sus educando. Hoy poco importa la altísima calidad humana de los docentes, el profesionalismo, su excelente desempeño, esfuerzo y sacrificio, su mística y vocación de servicio.
Para la UNESCO la educación de calidad, es un derecho humano fundamental que permite sacar a los hombres y las mujeres de la pobreza, superar las desigualdades y garantizar un desarrollo sostenible. La clave de la Calidad Educativa, reside en hacer atractiva la profesión docente para que los mejores opten a ser futuros docentes. Esto implica rigurosos mecanismos de selección para estudios universitarios. Como también la adecuación de la formación inicial, auténtica meritocracia en el sistema de carrera docente, salarios dignos, seguridad social y posibilidades de mejoramiento profesional. Paralelamente, despolitizar el sistema educativo y cambiar el currículo en todos los niveles, sin copiar modelos fracasados e improvisados. No se debe ignorar que más de un millón de estudiantes no acuden a las escuelas y los que acuden no están aprendiendo lo esencial. Tampoco se debe ignorar las deficiencias de un sin número de bachilleres que no pueden resolver los problemas más simples de las matemáticas, que no entienden un texto sencillo, que son incapaces de expresarse en forma oral o por escrito con claridad.
¿Cualquiera puede ser educador?
Indudablemente que se equivocan los que piensan que los educadores que se necesitan pueden ser sustituidos por unos jóvenes sin formación, ni vocación. Los supuestos cursitos apresurados, acompañados con la designación a dedo de cargos de docentes, resultaría una práctica que no se corresponderá con los preceptos constitucionales y legales establecidos para el magisterio. Esa disposición significaría promulgar indirectamente una resolución que decrete una pobre educación para los pobres y a su vez para que reproduzca más pobreza. Ante esa terrible situación, surge la errónea idea de que cualquiera puede ser educador, lo cual contribuirá a mantener o incluso aumentar la pobreza y las desigualdades existentes.