Una mancha para la UCV

En días pasados, la opinión pública se hizo eco de un comunicado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela, en donde tratan de alertar sobre la "estafa académica" que constituye el uso de servicios de elaboración de tesis de grado. Al respecto, señalan ""que acudir a un tercero o una compañía que realice los trabajos de investigación a cambio de dinero constituye una estafa académica"; asimismo, refiriéndose a estos, consideran que "…emplean sin autorización los símbolos de la UCV para la promoción de servicios de elaboración de investigación, Trabajos de Grado de Especialización, y Tesis de Maestría y Doctorales, constituyendo una actividad violatoria de la normativa universitaria y de la legislación sobre la Propiedad Intelectual". Ante estos conceptos emitidos, instan a las compañías a no utilizar los símbolos de la UCV, "pues esto constituye una mancha para nuestra honorable institución".

Respecto a esta preocupación, razonable, vale la pena recordar en mí paso por dicha casa de estudios, las veces que me correspondió presenciar la cantidad de ofertas de este tipo de servicios al estudiantado. Pues, es sabido que el requisito parcial para optar al grado universitario, tesis de grado, forma parte de la mayoría de los pensum de cualquier carrera en la UCV. Por lo tanto, allí había y hay un potencial cliente para estas compañías.

En otras palabras, se puede decir, que a principio de los años 70, ya la elaboración de tesis de grado era ofrecida a través de medios, paredes y radio bemba; para entonces, las redes no existían. Bastaba con leer los avisos, en diarios como El universal y Últimas noticias, donde ofrecían hacer tesis de grado a los estudiantes que culminaban todas las materias y solo les quedaba la tesis de grado, la cual se convirtió en lo que se conoció como síndrome TMT (Todo menos tesis). Esto representó una posibilidad de trabajo para terceros y compañías que ofrecían el servicio.

Asimismo, en las paredes de la propia universidad, facultad o escuela se observaban notas de personas ofreciendo sus servicios para elaborar y transcribir tesis, monografías, tareas, ensayos, etc. Del mismo modo, no faltaba quien sirviendo de radio bemba, recomendaba a sus conocidos o amistades que acudieran a personas o empresas que se dedicaban a esa labor; desde todo punto de vista un fraude, una estafa académica. No es lo mismo que te orienten y asesoren para elaborar una tesis, que hacerte la tesis. Realmente, pensar en hacer una tesis de grado para poder recibir el título universitario, es estresante; pero, había y hay que pasar por ese trámite necesario.

Realmente, creo que ese comunicado, está fuera de tiempo, parece innecesario en momentos en que hacer tesis de grado se ha convertido en un gran negocio con ramificaciones poderosas dentro de las universidades. A lo mejor, si alguien decide hacer su trabajo por su propia cuenta, no sería extraño que dentro del plantel de tutores o asesores de tesis de alguna universidad, traten de minimizar la investigación del valiente tesista, hasta conducirlo de manera interesada a las compañías en donde ellos son accionistas.

En todo caso, si algo debe hacerse desde la facultad y el consejo universitario, es buscar otra forma de evidenciar el conocimiento del estudiante a través de otra metodología u otra actividad en el aula, durante un semestre, y dejar de seguir llenando de tesis fraudulentas, con estadísticas manipuladas, las bibliotecas y otros espacios que pueden ser aprovechados para otras actividades.

De todos modos, si no se corrige esta situación, que importaría una mancha mas para la UCV.



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Jesús Rafael Barreto


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