...así la piensan algunos en nuestras universidades

“Están llenando de mierda las universidades”

“Están llenando de mierda las universidades”, así exclamó un flamante ingeniero que trabaja como profesor en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales “Rómulo Gallegos”. “Pero no importa”, continúo el elemento, “me meten doscientos en Matemáticas I y con el primer examen me encargo de que se vaya la mayoría”. Al ver que nadie le cuestionaba su actitud, el sujeto siguió con su cháchara: “Yo si les aplico el ácido. A mi no me van a joder. Yo si raspo a todos esos zarrapastrosos. Que le den cupo a todos los que quieran. Yo me encargo de que se vayan pa’l mismísimo coño de donde salieron”. Me levanté y manifesté mi desacuerdo airadamente con la argumentación de este “académico”. Le dije que tal vez tenía problemas porque en lugar de ejercer la ingeniería se dedicaba a la docencia. Tal vez no debí decirle eso. Pero de la arrechera le dije más. Le recordé el dicho de Bernard Shaw, “El que sabe hace y el que no sabe enseña”. Aunque no estoy de acuerdo con esa opinión en general, pienso que se le aplica al sujeto de la anécdota. Este cuento no lo estoy inventando, es cierto.

Nuestros profesores universitarios parecieran sentirse orgullosos de las prácticas segregacionistas en el ingreso a las universidades y las prácticas antipedagógicas que llevan al fracaso académico a miles de estudiantes, en especial los provenientes de los sectores más pobres de nuestra población. Muchos de esos profesores una vez fueron militantes de izquierda, tal vez porque era una moda, y algunos hasta lucharon por una sociedad más justa. Hoy que son profesores se han convertido en agentes de exclusión, en aliados de la burguesía en contra de los pobres. Da vergüenza oír algunos de esos profesores, que antaño militaban en partidos que se llamaban de izquierda como el MAS o el MIR, defender las prácticas excluyentes instaladas en las universidades autónomas. Ellos al igual que el tipejo de arriba, el ingeniero en funciones de profesor, se han convertido en agentes de la exclusión, con licencia para matar académicamente a los hijos de los trabajadores.

“Están llenando de mierda las universidades”, realmente así piensan muchos profesores universitarios, lamentablemente demasiados. Si no fuera así, la mayoría se hubiera levantado a favor de la apertura de las universidades al pueblo, a favor de la admisión irrestricta. Y no sólo eso, sino se comprometieran a contribuir al desarrollo académico de todos. A convertirse en trampolines que impulsen el desarrollo de todos y no en filtros que dejen a la mayoría por fuera.

Un profesor universitario que no crea que todos pueden educarse, que todos pueden aprender debería retirarse de la educación. Un profesor que rechace a los pobres, a los hijos de los trabajadores y que sólo quiera en sus universidades a “los mejores”, es decir a los riquitos, no merece llamarse profesor.


julio_mosquera@hotmail.com


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Julio Mosquera


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