Ya no es un caso o dos. Los resultados financieros y operacionales de la mayoría de las empresas del Estado son pésimos.
Muy peligroso para el pais es lo que ocurre en la CVG, Pequiven, Pdvsa, Cantv, Corpoelec, Movilnet y otras.
Los resultados negativos de esas instituciones tienen un factor común: la baja calidad de su gerencia y la falta de liderazgo. Basta con analizar un caso para poder estar muy cerca de una conclusión general.
Abordemos el tema desde lo que ocurre en Pdvsa, pues sin duda es el soporte económico de la nación. Comencemos por la elección de quienes tienen la responsabilidad de "comandar" la empresa.
A la hora de seleccionar un candidato para dirigir una gran empresa, lo lógico, lo normal, lo que la práctica recomienda es que se intente conseguir uno que tenga atributos de liderazgo y conocimientos profundos de los procesos medulares de la empresa. Sin embargo, hay quienes sostienen que esto no es estrictamente necesario y que para dirigir una empresa lo que se necesita es un gerente con experiencia probada, una persona con liderazgo, un motivador, un buen negociador y una persona con habilidades financieras.
Esta última afirmación la soportan muchos expertos, en el éxito de cientos de ejecutivos que proviniendo, por ejemplo, de una empresa de telecomunicaciones resultan exitosos en una empresa servicios petroleros.
En teoría eso suena bien, el problema es que los defensores de esta tesis obvian que esos ejecutivos son contratados para dirigir empresas organizadas, en marcha y con procesos que funcionan con la precisión de un reloj suizo.
Ese no es el caso de Pdvsa. Pdvsa no es una empresa en marcha (por lo menos en marcha hacia adelante). Alli se vive una profunda crisis que ha reducido su capacidad de producción en casi 70%, en comparación con su potencial y lo peor es que sigue cayendo. Después del deterioro de su infraestructura, el cual no puede calificarse sino de alarmante, la falta de conocimiento es el problemas mas grave que se vive puertas adentro.
Suficiente tiempo ha pasado desde aquel sabotaje criminal de 2002 y 2003 como para que Pdvsa se hubiese recuperado de la perdida de por lo menos 20 años de conocimiento y experiencia, que en ese evento se produjo. Sin embargo, esa situación se ha agravado y se sigue agravando día a día.
Todo comenzó con Rafael Ramírez. Él desmanteló la estructura organizativa de Pdvsa para abrirle paso a posiciones claves y estrategicas a amigos, familiares, jalabolas y socios.
Allí, Pdvsa comenzó a perder la poca fortaleza técnica que le restaba. No fueron pocos los gerentes y directivos que ascendieron vertiginosamente y que intentaron ocultar su incopetencia y falta de conocimientos haciendose inaccesibles y recurriendo a la amenaza, al atropello y a la sanción.
Miles de buenos técnicos (incluso cientos que fueron enviados a universidades en el exterior) buscaron muevos horizontes, decepcionados al ver como incopententes, pero bien conectados empleados, "les pasaban por encima".
Alarma que esta realidad siga sin ser tomada en cuenta y que la cacareada reestructuración sea más de lo mismo.
Sí, cierto es que Pdvsa requiere en su dirección hombres y mujeres con experiencia, con liderazgo, capaces de comprometer y motivar a unos empleados que hoy están molestos y dedorientados, negociadores y con habilidades financieras, pero lo que más necesita (y con urgencia) es gerentes que conozca la empresa y sus procesos. En pocas palabras: EXPERTOS.
La orientación de hoy es tan errada que siendo el principal problema de la empresa la baja produccion, no hay un solo ingeniero de petróleo o un experto en producción en la junta directiva.
Probablemente sea cierto que ya no queda gente de ese tipo para timonear, desde la junta directiva, la corporación. Habrá que buscarla afuera, habrá que desembolsar dinero, habrá que hacer un sacrificio; pero no podemos seguir pacientemente esperando a que todo implosione.