Abril11 de 2016.- Un estilo autoritario y antidemocrático, hostigamiento para obligar a trabajadoras y trabajadores a renunciar, y despidos injustificados en violación de la inamovilidad laboral, han caracterizado la gestión de Rosángela Suárez Finol desde que fue designada, en octubre de 2015, como Presidenta Encargada del Banco de Desarrollo de la Mujer (Banmujer).
Así lo denunciaron la Red Popular de Usuarias de Banmujer y funcionarios de ese ente; además del desmantelamiento progresivo de las políticas de apoyo económico a mujeres en condición de vulnerabilidad que habían caracterizado la gestión de Banmujer desde su fundación por iniciativa del presidente Hugo Chávez.
Graves violaciones de derechos laborales han venido ocurriendo en el Banco de Desarrollo de la Mujer (BanMujer) a lo largo de los últimos meses, desde que Rosángela Suárez Finol fue designada como Presidenta Encargada de esa institución en octubre de 2015. Según un documento difundido esta semana por la Red Popular de Usuarias de Banmujer, y de acuerdo con diversas denuncias hechas por trabajadoras y trabajadores de ese ente, la gestión de la Presidenta encargada se ha caracterizado por un estilo autoritario y antidemocrático, con varios casos de hostigamiento e intimidación para obligar a trabajadoras y trabajadores a renunciar a sus cargos, y destituciones y despidos injustificados en violación de la inamovilidad laboral.
Asimismo, se ha puesto de manifiesto el desmantelamiento progresivo de las políticas de apoyo económico a mujeres en condición de vulnerabilidad que habían caracterizado la gestión de BanMujer desde su fundación por iniciativa del Presidente Hugo Chávez. Debe recordarse que en 2014, el Presidente Nicolás Maduro anunció que BanMujer iba a ser fusionado con el Banco Bicentenario, pero preservando las políticas sociales y de apoyo a pequeños emprendimientos productivos que ha mantenido BanMujer a lo largo de su historia. Sin embargo, con la enfermedad y muerte de Nora Castañeda, Presidenta fundadora de BanMujer, el proyecto de fusión se detuvo y todavía no se ha concretado.
Desde la designación de Rosángela Suárez como Presidenta Encargada, según las denuncias presentadas en estos días, lejos de avanzar hacia la fusión con Banco Bicentenario como estaba previsto, la nueva administración ha venido reemplazando y hasta ampliando el personal de la institución por procedimientos violatorios de los derechos laborales de quienes han laborado allí por diez y más años. Ante los atropellos a los trabajadores y el desmantelamiento progresivo de las políticas de BanMujer, un grupo de trabajadoras del ente, liderado por Lídice Navas, Gerente General del Banco, tomó desde principios de 2016 la iniciativa de hacer contacto con Gladys Requena, Ministra del Poder Popular para la Equidad de Género y la Mujer, para procurar una rectificación, gestión que hasta ahora no ha logrado éxito.
Debido a ello, las acciones de protesta se han incrementado en los últimos días, y la Red Popular de Usuarias de BanMujer ha solicitado formalmente la intervención de la Ministra Requena y de Aristóbulo Istúriz, Vicepresidente Ejecutivo de la República, a fin de detener el proceso de deterioro en las condiciones laborales y el abandono de la misión fundacional del Banco.
Paralelamente, y en medio de este clima de tensión y conflictividad, durante una reciente asamblea que tuvo lugar el día 29 de marzo, el Partido Comunista de Venezuela, por medio de Douglas Gómez, su Secretario Nacional de Masas, hizo manifestación de su apoyo a esta iniciativa, como lo ha hecho siempre en defensa de los derechos laborales y de organización de las y los trabajadores.