Una ciudadana o ciudadano común residenciado en las llamadas “ciudades dormitorio” que estudie y/o trabaje en Caracas, gasta 35% de un sueldo mínimo en pasajes, mensualmente. El primer transporte lo toma cerca de su vivienda para llegar al terminal, antes de bajarse de la unidad paga 7,50bs. Luego de una larga cola llega a la puerta del encava (autobús) y para subirse le cancela al colector 22bs.
Junto al sol, la ciudadana o el ciudadano en cuestión, llega a la ciudad capital, pero con la puesta del astro rey no concluye su condición de pasajera o pasajero. Si no tiene la dicha de estudiar o trabajar cerca de las vías de la ruta, debe tomar otro por puesto que lo dejará cerca de su destino, cancelando 7,50bs más.
Sin ponerse a inventar y agarrar para otro lado, el mismo recorrido de regreso le cuesta 37bs más. En total la ida y vuelta cuesta 74bs. Si este ida y vuelta lo sumamos de lunes a viernes, el costo semanal es de 370bs. Al multiplicarlo por las 4 semanas del mes, la suma asciende a 1.480bs.
Jesús Silva en su artículo Consulta para fijar precio de la gasolina tiene base constitucional, diserta en el último párrafo sobre el éxito en la defensa de los precios que ha tenido el Gobierno Bolivariano. El aumento de la gasolina no implica alza especulativa de los bienes y servicios, y como refiere el autor antes mencionado, el pueblo luce consciente…, sabe que el especulador seguiría robándolo solo si el gobierno lo permite
Si la decisión del Gobierno es traer a la realidad los precios de la gasolina, sería bueno recordar y aplicar, separando las distancias y agradeciendo a la tecnología, aquella campaña comunicacional que desarrollaron expertos nacionales e internacionales sobre nuestra PDVSA, barrio adentro, puerta a puerta, por la cual el soberano respaldó la decisión de Hugo Chávez de nacionalizar la Faja Petrolífera del Orinoco.
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