Con aprecio a: Miguel Jaimes
Coordinador del Diplomado en Geopolítica Petrolera
Ya lo sé: hay que reconocer y felicitar al Presidente Maduro, por su acertado periplo y gestiones con los países OPEP y no OPEP. Y, como consecuencia, el probable aumento del precio del petróleo a nivel mundial para lograr un "precio justo". Creo que ni la oposición rebate o cuestiona esta verdad de perogrullo.
Conscientes de esta verdad, debemos además reconocer que, ese hecho, no es el más significativo que debemos resaltar ¿Entonces qué es lo más importante? A riesgo de no poderme explicar, con amplitud y profundidad, voy a tratar de resumir algunos logros, de más relevancia, que el aumento del precio del petróleo:
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Estamos ayudando a conservar reservas petroleras, nacionales y mundiales, para su uso potencial por parte de las generaciones futuras y evitar la sobreexplotación de un recurso energético no renovable, producto de un modelo de crecimiento y desarrollo anti-ecológico y depredador. Es decir, con la decisión de los países OPEP y no OPEP, estimulados por la iniciativa del Presidente Nicolás Maduro ¡Ganó la naturaleza y el medio ambiente!, como también ganaron las generaciones futuras. ¿Se imaginan ustedes que estuviéramos en la dirección y la posibilidad real de alcanzar la meta establecida en el Plan "Siembra Petrolera" de producir 6 millones de barriles de petróleo por día y, adicionalmente, se estuvieran cumpliendo los planes de expansión de otros países de la OPEP y no OPEP? Sólo la impredecible gestión de Donald Trump ha amenazado con incrementar la producción petrolera. De modo que no siempre es "malo" incumplir un plan, previamente diseñado, a veces, parece una paradoja: el mejor plan es el que no se cumple o logra metas imprevistas y, a la vez, satisfactorias: ¡Serendipity!. Bien, porque la realidad nos obliga a reajustarlo o, porque, muchas veces, pasa lo que tenía que pasar o, quizás porque: "lo mejor es lo que pasa". Inspirados en Jonh Lennon, podríamos decir, complementariamente: "La vida es lo que nos ocurre, cuando habíamos hecho otros planes". De modo que, no es de extrañar que el futuro de Venezuela no esté reflejado en sus planes.
Por cierto: ¿Podemos hoy, en Venezuela, producir más de tres millones de barriles por día? Parece ser que aunque tengamos la voluntad de hacerlo, por diversas razones, que no vienen al caso enunciar, sospecho que aunque queramos, no es posible lograrlo. Sería bueno que el Presidente Maduro, si es que no lo sabe, investigara porque he sabido, a través de fuentes confiables de alto nivel, que sería muy difícil conseguirlo a corto plazo, salvo grandes inversiones y ayuda extranjera, como de ajustes radicales en PDVSA. De ser cierto, no sólo hemos contribuido, a nivel mundial, a reducir la producción y garantizar probablemente "precios justos", sino que tenemos ahora como justificar nuestras limitaciones para lograr las metas del incumplido Plan "Siembra Petrolera", que nos habíamos propuesto. De modo que esta decisión de los países OPEP y no OPEP, nos ha servido, además, para ocultar nuestra imposibilidad de producir, en breve plazo, más de 3 millones de b/d. Esta circunstancia, es una buena oportunidad para dar el ejemplo en el mundo y comenzar a reducir, voluntaria y decididamente, la producción petrolera mundial y hacer mayores esfuerzos –científicos, técnicos, tecnológicos, comunicacionales, económicos, políticos y sociales– para reducir, a la brevedad, el hiperconsumo energético, a la vez que promovemos e impulsamos –con más fuerza y voluntad política– y hacemos mayor uso de fuentes "limpias" de energía, tales como: la energía eólica y la energía solar, entre otras. Así podríamos intervenir con donaire moral y ético, en eventos mundiales, sobre temas ambientales y podríamos además, con nuestro ejemplo, contribuir verdaderamente, al objetivo estratégico del Plan de la Patria referido a la salvación de la vida en el Planeta Tierra. De lo contrario: una cosa es lo que pregonamos en los eventos internacionales y otra la que hacemos en la vida cotidiana del país.
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Estamos tomando conciencia de que, a pesar de que estamos, muchas veces, enfrentados a los monopolios u oligopolios, y le echamos pestes al concepto de mercado – que se escuda en la oferta y la demanda, o en la exclusividad, para fijar el precio de un producto de consumo – los mismos son una realidad que podemos enfrentar y tratar de evitar, a la vez, debemos considerar, como ahora, en el largo proceso de transición hacia una verdadera sociedad socialista, como en la construcción de un "mercado justo" o, si lo deseamos calificar así: hacia la edificación un "mercado socialista". Más que un mercado entre iguales, posiblemente propenderemos, en el futuro, hacia un mercado y una sociedad que será: Proporcionalista, Integralista y Situacional. De modo que el mercado, nos guste o no, es una realidad y no la podemos eludir y menos ocultar. El mercado existe, con independencia de nuestros deseos. No hay dudas: también a nosotros, a veces, nos toca participar en el "juego del mercado" y en los procesos de acumulación de capital mundial; incluso, comportándonos como si fuéramos unos furibundos "capitalistas" ¿O acaso no estamos forzando a elevar los precios del petróleo bajando la producción y jugando con la oferta y la demanda? ¿No es parecido a lo que hacen, aunque "de manera criminal", quienes acaparan y reducen la oferta en el mercado y monopolizan los productos alimenticios, farmacéuticos o automotores; para lograr un mejor precio por sus productos? Nos hemos preguntado: ¿Quiénes o qué países, de escaso desarrollo y de grandes limitaciones, se perjudicarán al tener menos acceso al petróleo, al incrementarse su precio y al tener ellos que comprarlo más caro? ¿Cómo pensamos colaborar con estos países afectados? ¿Acaso vamos a practicar un Capitalismo salvaje para afuera (resto del mundo) y un supuesto Socialismo, solidario y cooperativo, para adentro (nacional)? ¿Será que vamos a imitar al otrora llamado "Social Imperialismo" de la Unión Soviética o al sistema chino o ruso, o al neo-nacionalismo de Trump? ¿Doble moral? Reflexionar y tener una posición clara sobre el tema, sin temores de que nos tilden de capitalistas trasnochados, para mi gusto, es más importante que el sólo aumento del precio petrolero. Otra cosa es que lo justifiquemos como mecanismo de sobrevivencia política. Ni modo, pues.
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Demostrar que la cooperación, la solidaridad y la unidad, como lo han hecho los países OPEP y no OPEP, son valores de vital importancia para lograr –en colectivo– nuestros objetivos; en este caso: bajar la producción y forzar el establecimiento de un "precio justo". A la vez que demostramos, una vez más, que una acertada acción política –conjunta y solidaria– como esta, tiene un efecto "económico" relevante. De modo que si, por ejemplo, en Venezuela la oposición quisiera en realidad ayudar a resolver los problemas "económicos", que hoy vivimos en el país, en lugar de promover la violencia, el saboteo y contribuir con la llamada "guerra económica", debería es colaborar, aunque sea, llamando a una "tregua política" o participando en un diálogo, franco y abierto, con firme voluntad y habilidad, para granjearse el aprecio nacional y trascender más allá de una coyuntura electorera ¿No les parece? Por cierto, el problema "económico", Señor, Chuo Torrealba y demás dirigentes de la oposición, no se resuelve, única y exclusivamente, con medidas o soluciones "políticas", irresponsables e irracionales, como esa de querer sacar al Presidente Maduro y cambiarlo por otro Presidente, antes de que termine su mandato, argumentando que hay "vacío de poder". El triunfo electoral, obtenido por ustedes, el 6D de 2015, se los demuestra: "Una solución política, no necesariamente resuelve un problema económico". El verdadero y sincero diálogo, como medida política aunado a la cooperación, aunque sea circunstancial o coyuntural; la amplia y decidida participación de la población; el ataque frontal a la corrupción venga de donde venga; algunas importantes y contundentes medidas "económicas", como algunas de las que está tomando el Presidente Maduro y otras que ustedes deberían aportar en lugar de su obstinada incompetencia; eso sí podría revertir, en el corto plazo, el vector, la dirección, o el sentido, de la realidad "económica" nacional ¿Porque saben qué es difícil? Gobernar sin una racional, inteligente, creativa, nacionalista y consciente oposición. Y si ustedes no saben hacerlo bien, tengan la seguridad que por "ley del juego tríadico" social y de la vida, ella surgirá espontáneamente "desde dentro" de las filas del Chavismo, como en efecto ya se perciben atisbos y si yo fuera el Presidente Maduro, las estimularía y promovería, para dejar en el pasado, de una vez por todas, las rémoras ya fastidiosas de los partidos y organizaciones heredados de la IV República. Por eso, acallar la crítica y la autocrítica interna, no es un buen "negocio" para el propio proyecto revolucionario, "en pleno desarrollo", con el permiso de Walter Martínez, quien tiene registrada esta frase que, como la "siembra del petróleo", de Arturo Uslar Pietri, ha hecho historia patria y universal. Por cierto ¿Más que la "siembra petrolera", no deberíamos estar cosechándola y disfrutándola?
Lo indiscutible es que debemos hacer esfuerzos y demostraciones concretas y urgentes, en Venezuela y en el mundo, de sustituir los combustibles fósiles contaminantes por energías alternas y limpias, como la energía solar y eólica, para no continuar sobre explotando la Pacha Mama, que ya está dando muestras de su molestia a través del fenómeno del "Niño" y la "Niña", los tsunamis y terremotos, el cambio climático, la lluvia ácida y la generación de enfermedades incurables, entre otras formas de manifestar su incomodidad y molestia.
Por eso, concuerdo con el Papa Francisco cuando sentenció que ya esto no se aguanta más. Cuando dijo, sin ambages:
"Este sistema no lo aguanta el campesino,
no lo aguantan los trabajadores,
no lo aguanta la madre tierra"
Estamos en época de radicales y oportunas decisiones trascendentes para la sobrevivencia de la vida humana en el planeta Tierra. Por supuesto, esto no es algo nuevo, desde siglos pasados importantes pensadores, investigadores y científicos no los han venido alertando. Voy a recordar sólo a uno de ellos que he comenzado a releer en estos días y me motivó a escribir este artículo que ojalá sea de alguna utilidad. Me refiero al esclarecido científico, Dr. en Física, de la Universidad de Viena, Fritjof Capra, quien escribió un libro que removió las simientes de la Física Teórica y de la Ciencia: "El Tao de la Física", en el que nos mostró la confluencia de las teorías de la mecánica cuántica, la teoría de la relatividad y demás aportes de la Física Moderna, con los principios de la metafísica oriental. En su posterior libro: "El punto crucial", publicado en 1982, hace 35 años, nos alertó:
"La decadencia del patriarcado, el final de la era del combustible orgánico y los cambios de paradigma del ocaso de nuestra cultura contribuyen todos al mismo proceso global (de la crisis mundial). Por tanto, la crisis actual (anunciada en la década de los 80 y que ahora se ha agudizado) no sólo es una crisis de individuos, de gobiernos o de instituciones sociales sino también un período transitorio de dimensiones universales. Como individuos, como miembros de una civilización y como ecosistema planetario hemos llegado a un momento crucial, a un punto decisivo" (pág. 35)
Más adelante, en el citado libro, nos advierte que debemos: "prepararnos para la gran transición inminente…rechazando los modelos conceptuales anticuados e inútiles y recuperando otros valores que fueron descartados en los períodos precedentes de nuestra historia cultural" Se necesita, nos señala el Dr. Capra: "una profunda modificación de la mayoría de las relaciones sociales, así como de las formas de organización social…será muy importante reducir al mínimo la dureza, la discordia y los trastornos que, inevitablemente, acompañan los períodos de grandes cambios sociales a fin de que la transición sea lo menos dolorosa posible…Tendremos que reconocer y proclamar el hecho de que los cambios sociales actuales son parte de una transformación cultural inevitable mucho más extensa…A mi juicio, siguiendo la filosofía del I Ching en vez de la visión marxista (que le da mucha importancia al conflicto y a la lucha de clases, en lugar de un contexto de cooperación más amplio), el conflicto ha de minimizarse en las épocas de transición social" (las negrillas son nuestras)
En el caso venezolano, pareciese que la oposición, en este sentido, es más "marxista" que el gobierno, pues les encanta atizar y promover la lucha de clases, a través de la generación de violencia y negando el diálogo y la cooperación, en esta etapa de transición de la sociedad venezolana que, para algunos es el proceso de construcción de un Socialismo del Siglo XXI o, quién sabe si de una sociedad, sencillamente, nueva, con otro calificativo, que esté en sintonía y sea adecuada a las necesidades de los tiempos que corren. Ojalá, pudiéramos construir una Sociedad: Integralista, Proporcionalista y Situacional, apoyada en la paz y el amor.
El Dr. F. Capra, nos aseguró que: "La explotación de la naturaleza se ha realizado paralelamente a la explotación de la mujer…la visión de una naturaleza salvaje y peligrosa dio origen a la idea de que ésta habría de ser controlada por el hombre…Hoy se ha vuelto evidente que el excesivo énfasis puesto en el método científico y en el pensamiento analítico y racional ha provocado una serie de actitudes profundamente anti ecológicas…El pensamiento racional es lineal, en tanto que la conciencia ecológica surge de la intuición…Nuestra ciencia y nuestra tecnología están basadas en un concepto del siglo XVII, según el cual la comprensión de la naturaleza implica la dominación de la misma por el <
Citando intencionalmente a Francis Bacón, el Dr. F. Capra, nos recuerda lo que aquel decía hace siglos: "En su opinión, la naturaleza tenía que ser <
Recomiendo, para no extenderme más, la lectura de estos dos libros, ya citados, y poco conocidos por las nuevas generaciones, en el que nos invita a pensar y actuar, a favor de la naturaleza, el papel de la mujer y en la construcción de una nueva civilización: transición a una nueva sociedad en el marco de la nueva Era Solar.
En resumen: Más importante que la, estimada, subida del precio del petróleo hacia un "precio justo" (que no de su valor, que siempre será el mismo por su contenido energético) es: 1. Preservar las reservas mundiales de petróleo para las generaciones futuras y ayudar a conservar la naturaleza, 2. Estar conscientes que el mercado y los monopolios u oligopolios, sean estos de la empresa privada, del Estado o de organizaciones mundiales, como la OPEP, pueden jugar, en un momento dado, un papel regulador y necesario en el proceso de transición hacia una sociedad integralista, proporcionalista y situacional o, si lo deseamos, hacia una verdadera sociedad socialista, 3. La cooperación, la solidaridad y la unidad, pueden servir de "catalizador" para acelerar cambios políticos que, a su vez, produzcan novedosos y significativos cambios en lo "económico" y en lo social.
Finalizo, estas breves reflexiones críticas, que elaboré en enero de 2017 y no había podido publicar, arrojando a la consciencia, de quienes las lean, esta pregunta: ¿Hasta cuándo nuestros gobiernos –sean capitalistas, socialistas o cooperativistas- seguirán contribuyendo a desangrar nuestra Madre Tierra dejando a las generaciones futuras sin petróleo y sin otros frutos y productos de la naturaleza, como el carbón, la flora y la fauna en extinción, o el pulmón del Amazonas?
Responder preguntas como estas y reflexionar sobre lo que acabamos de compartir con ustedes, para muchos seres y, para la naturaleza, de donde venimos y a donde vamos, ineludiblemente, es LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE.