Después de la desastrosa gestión de Rafael Ramírez, PDVSA no ha podido levantar cabeza. Su infraestructura quedó en un estado de deterioro avergonzante. Se repara un oleoducto por aquí y se rompen dos por allá o aparecen tres nuevas roturas más adelante.
Lo peor es que desde hace mucho tiempo, el alto gobierno ha sido bombardeado con mentiras sobre la realidad de la empresa y pareciera desconocer lo que verdaderamente ocurre
La verdad incuestionable es que PDVSA sufre una caída pavorosa en su producción y refinación, sin que ni un sólo día en los últimos 13 años, se haya producido un incremento que hubiese durado al menos una semana.
Desde nuestro humilde punto de vista, esta dura realidad obedece básicamente a la falta de inversión. Ramírez convirtió a PDVSA en la financiadora de todos los planes del gobierno, sin prever ni reservar recursos para la necesidades internas. En otras palabras, mató la gallinita de los huevos de oro con el objetivo de adquirir más respaldo del presidente Chávez e incrementar su poder personal.
Hoy los bajos niveles de producción ocasionados por la ya descrito, se han agravado debido a lo que consideramos siete (7) causas principales:
1. Deterioro alarmante de toda la infraestructura. Partiendo de las máquinas fotocopiadoras, pasando por vehículos, lanchas y oleoductos, hasta llegar a sistemas complejos de refinación.
2. Abandono de los programas de mantenimiento de presiones en yacimientos
3. Falta de servicio a más de 5000 pozos
4. Una organización de perforación sin recursos, acompañada de una indolencia, incompetencia e ineficiencia de las peores del planeta.
5. Falta de formación técnica (desconocimiento) en niveles medios y altos donde deben tomarse y respaldarse las decisiones clave.
6. Abandono de las áreas tradicionales de producción de crudo liviano y mediano para favorecer la producción de un crudo mucho más costoso y difícil de extraer y transportar como lo es el de la Faja Petrolífera del Orinoco.
7. Perdida de talento y experiencia como consecuencia de los miserables salarios que se pagan y las condiciones riesgosas en las que se opera
Ahora, resolver el problema no es sencillo, pero tampoco imposible.
No pretendemos, con esta nota, presumir de poseer la verdad. Sólo intentamos alertar sobre el problema, las causas y en última instancia emitir algunas recomendaciones, basadas en nuestra perspectiva y experiencia.
He aquí pues, las mismas
A.- El deterioro de la infraestructura se resuelve con dinero y un buen plan de repotenciación. El dinero puede obtenerse con inversionistas a los cuales se les asignaría una serie de actividades destinadas a reacondicionar infraestructura, incrementar la producción y a operar la misma. Igual aplica a la repotenciación de refinerías.
Esa inversión debe aportar un flujo incremental de barriles de crudo o productos que podrían compartirse con el inversionista hasta que a éste se le pague la inversión, su ganancia y los gastos administrativos.
Con esta estrategia, PDVSA recupera la producción sin invertir, acondiciona su infraestructura y en dos o tres años se queda con unas instalaciones renovadas y con la producción total incrementada.
Además, genera un movimiento económico importante en las zonas petroleras y en el país.
B.- En el punto anterior, y bajo el mismo esquema, debe incluirse el servicio a los pozos que están pendientes por servicios. Adicionalmente, con el flujo de dinero a ingresar por producción adicional deben retomarse los proyectos de mantenimiento de presiones y estudios de yacimiento.
C.- PDVSA no está en capacidad de manejar (a corto ni mediano plazo) una organización de perforación eficiente y capaz de construir pozos rentables.
Hay que dejar de lado, por un tiempo, la actividad de perforación y orientar los recursos a recuperar una producción de crudo que ya cuenta con pozos e infraestructura (producción diferida).
En el ínterin se debe preparar un plan para perforar pozos con empresas especialistas e inversión privada, pagando dicha inversión con la producción generada (proyecto llave en mano)
D.- Revisar la estructura organizacional de la empresa. Existen empleados que llegaron a gerentes en 8 o 10 años y jamás estuvieron en un puesto más de un año, antes de ser ascendido a otro. Así es imposible madurar conocimientos y adquirir experiencia verdadera. Los currículos son fabricados y están llenos de nombres de cargos, pero su cerebro no tiene la información que proporciona una buena formación.
A los niveles altos (junta directiva y directores ejecutivos) la situación no es mejor. Baste con decir que en una empresa petrolera con severos problemas de producción no cuenta, en su junta directiva con un ingeniero de petróleo y, como si fuera poco, el 90% de quienes la integran no tiene más de 6 años en la industria petrolera.
Se hace necesario buscar en el mercado nacional e internacional gerentes con experiencia y conocimiento. Muchas empresas en el mundo definen, por ejemplo, el perfil de un CEO y salen a buscarlo en el mercado internacional ¿Por qué PDVSA no?
E.- Diseñar un plan de formación "amarrado" a un plan de retención de talento. El personal formado y entrenado puede ser retenido mediante la entrega de viviendas y vehículos.
Se pueden construir urbanizaciones (bajo el sistema de circuito cerrado) para los trabajadores petroleros y entregarlas en conjunto con un vehículo. Estas propiedades pueden ser pagadas con años de servicio.
Si adicional a esto, se le paga al trabajador la comida diaria que hoy se le suministra, al mismo precio que se le paga al contratista (3 millones por cada comida) muy difícilmente alguien renunciaría a la empresa como ocurre hoy.
Se nos acabó el tiempo y el espacio. Habrá una segunda entrega