Durante los 90 se comienza a sentir el efecto del paquetazo del FMI, cuyo autor principal fue un economista apodado Miguel "paquetico" Rodríguez. A pesar de que el mismo [ Miguel "Paquetico" Rodríguez recordó los detalles de su paso por el BCV en el gobierno de CAP (mundour.com) ] niega tal consecuencia, no cabe duda de la nefasta conducción de nuestra economía durante el periodo de CAP II, donde dicho economista fue pieza clave. Un periodo turbulento, de creciente entropía política, social y financiera, corridas bancarias, inflación parabólica y aumento exponencial de la pobreza y el desempleo hacia cifras sin precedentes.
Todo ese descalabro ocurre en medio de la "mayor producción petrolera" de nuestra nación, luego de aparecida PDVSA y tiene su inicio; no con el viernes negro sucedido durante H. Campins como sugiere "paquetico y otros", sino a partir de 1976 con la nacionalización de la industria petrolera. Es a partir de entonces cuando el PIB nación inicia un imparable y pronunciado deterioro, que culmina una serie de revueltas populares y el ascenso del Chavismo al poder en 1998.
Los 90 fue también la década de la apertura e internacionalización de PDVSA, de la fuga masiva de divisas desde el "entorno empresarial y bancario", de la centrifugación masiva de nuestras riquezas hacia economías entonces recesivas de Europa y hacia la compra de refinerías chatarra en países dentro de la órbita del OECD.
No nos cabe duda de que, desde las alturas del poder la negociación con el FMI tuvo la imposición de una condición no negociable; el incluir dentro de su recetario la disipación de las riquezas provenientes de PDVSA hacia sus reinos.
Los 90 fue además la época en la que se violaban consistentemente los acuerdos de la OPEP y la época en la que nuestra industria percibía la menor relación de ingreso neto a bruto como consecuencia de la apertura, la internacionalización y la mera traición a la patria de parte de algunos representantes de ese extinto liderazgo petrolero de entonces, que se autodenominó meritocracia y que nosotros preferimos tildar de "mitocracia".
Para entonces, la relación ingreso neto a bruto de PDVSA se desplomaba desde un 17% a 18% previo al cierre de los 80 hacia un 2.2% en 1998. La extinta "mitocracia entreguista" había conducido a nuestro país hacia el menor nivel de ingreso neto en la historia de PDVSA, registrando en 1998 un neto de $663 millones de manos del hoy caído en desgracia, Luis Giusti [ Patética actuación de Luis Giusti en Curazao. La penosa huella del jefe de la mitocracia - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org) ].
Ese ciclo fue precisamente en el año en el que Venezuela mostraba la mayor producción registrada desde 1976 de 3.449.000 BPD y coincide con el año en el que los mercados experimentaron precios del barril de hasta un solo digito (<$10 pb), a consecuencia directa de una sobreproducción, donde las cabezas de petróleos de Venezuela tendrían un protagonismo clave; no solo en la violación consistente de los acuerdos de la OPEP, sino en la facilitación del llenado de los inventarios estratégicos de crudo norteamericano a partir de 1986, con un petróleo subsidiado con la descapitalización de nuestro país, el hambre y empobrecimiento del Venezolano.
Las exigencias del Fondo Monetario Internacional y las inconvenientes decisiones de las directivas de PDVSA, llevaron a Venezuela hacia un abismo comparable con lo ocurrido luego de 2008 y más adelante desde 2017 con la llegada de lo más granado de la corrupción político-militar a la industria petrolera del post chavismo-madurismo.
Muchos de esos capitales que entraban producto de la renta petrolera, eran centrifugados por las mismas transnacionales de la apertura de vuelta al exterior, mientras los costos de producción se triplicaban y el país iba direccionado hacia el abismo financiero, político y social.
Algunos intentan señalar la acción gubernamental como única responsable de la pobreza y desplome de nuestra economía, sin embargo la industria petrolera siempre había sido protagonista fundamental en la motorización esa misma economía. El estado contaba con PDVSA y su actividad asociada para proveer sobre 75% de los ingresos netos en divisas de la nación en ese entonces. Por ende al fallar PDVSA, falla en consecuencia el estado.
En el entorno de 1997 y 1998 es nombrado Luis Giusti; no por casualidad, por dos años consecutivos como "ejecutivo del año. Nombraban ejecutivo del año a quien había llevado a PDVSA a experimentar el menor nivel de ingreso neto en su historia, a quien había triplicado los costos de producción y a quien había contribuido al derrumbe de los mercados energéticos globales. El interés particular era que su operador se mantuviera al frente de nuestra industria, pero H. Chávez no titubea en defenestrarlo. En 1999 Giusti se refugia en el CSIS y además es nombrado como director externo de Shell. El CSIS es uno de los "think tank" de DC dedicados a "inteligencia energética" y desde donde nacen muchas; sino todas las acciones dirigidas en contra de países productores no alineados con los intereses norteamericanos.
El sabotaje terrorista de 2002, el asalto a Monómeros, las sanciones que inician durante 2017, además de los recientes casos de malversación, robo y la muy posible pérdida de Citgo de manos de los mitocratas, no ocurren por casualidad, sino como una acción coordinada desde allí. No por casualidad los artífices del sabotaje terrorista hayan demostrado con hechos que apenas pusieron mano en nuestras corporaciones en suelo extranjero, saquearon monómeros [ El Asalto a Monómeros y Citgo - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org) ] y activamente malversan y se aprovechan de los dineros provenientes de Citgo [ Malversación, corrupción y rumba desde la junta directiva de PDVSA ad hoc - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org) ] .
La traición a la patria y ahora, la corrupción, parecen estar en los genes de los artífices del sabotaje terrorista de 2002 y no solo de los responsables del saqueo de PDVSA post 2008.
Algunos podrán ya comprender por qué Giusti cedió a SAIC-Intesa el control de todos los servicios enteros de computación y sistemas de nuestra industria petrolera, incluido el control telemétrico de procesos, al igual que hoy lo hiciera el "novato" y antigua vedette del madurismo, Pedro Tellechea, hoy caído en desgracia acusado de ladrón y traidor [ Bochornosa caída de Pedro Tellechea. De vedette a acusado de traidor y corrupto - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org) ]
Dicho lo anterior, sostenemos y defendemos la importancia y necesidad que tenía y tiene para Venezuela el mantener relaciones comerciales saludables con cualquier país, independientemente de la orientación, asimetrías o diferencias políticas y/o geopolíticas. Máxime con un país que como Estados Unidos cumplía con sus obligaciones de pago responsablemente y representaba y aun representa una fuente segura y confiable de ingresos al corto y largo plazo para nuestra nación. No es culpa de EEUU, de China, ni de Rusia, que en Venezuela no sepan negociar, o que no sean celosos con su patrimonio. Tampoco es culpa de ellos si los negociadores son individuos traidores, corruptos o incapaces. La culpa la tienen nuestros políticos, gobiernos e instituciones.
Insistimos; nadie que haya atentado en contra de un bien de la nación para lucrarse y/o conseguir un fin político; venga de donde venga, puede dirigir al país, ninguna de sus corporaciones medulares, ni tener cabida en el futuro manejo de nuestros recursos, incluidos quienes participaron en el sabotaje petrolero terrorista de 2002.