Lo que se temía es hoy ya un hecho, la administración Trump ha decidido reimponer las sanciones petroleras en contra Venezuela, efectivo a partir de primero de Marzo 2025. Con ello, el principal motor que ha permitido acelerar la producción Venezolana desde que en Noviembre'2022 le fuese otorgada la licencia OFAC por la administración Biden; la transnacional Chevron, verá reducida sustancialmente sus operaciones en el pais, afectando un volumen total de crudo que ha promediado durante los últimos meses unos 270.000 BPD.
Del promedio reciente producido por Chevron, unos 75.000 BPD son inherentes a diluyentes incorporados, dejando un neto producido del orden de los 195.000 BPD. Hemos advertido que la exposición en producción a consecuencia de dichas sanciones, podría rondar 150.000 BPD a lo largo de un periodo de 6 a 12 meses de desaceleración sostenida, considerando el nivel base previo a Noviembre'2022 de unos 45.000 BPD.
La situación se podría complicar aún más para PDVSA cuando se incluye en la ecuación los cuellos de botella que aparecerán en cuanto al necesario acceso a crudos diluyentes y productos terminados, ambos vitales para sus operaciones aguas abajo y aguas arriba.
A pesar de que el volumen de condensados, livianos y medianos producidos desde los activos convencionales de Oriente y Occidente ha mejorado, no resulta suficiente para satisfacer la demanda desde los segmentos de procesos aguas abajo y aguas arriba en su conjunto, sin sacrificar producción. Al nivel de cierre de Enero'2025 según cifras directa OPEP, PDVSA produce unos 425.000 BPD de condensados, livianos y medianos, pero requiere de cerca de 195.000 BPD de dilución para poder producir/transportar los crudos de la FPO, mientras que otros 270.000 BPD de dieta para refinación y procesos. Considerando las mermas y el consumo interno de combustible en operaciones propias, el déficit en diluyentes actualmente debe rondar los 140.000 BPD.
Venezuela contaba con Irán para suplir parte o el total de sus requerimientos de dilución y derivados en el pasado. Pero dicho suministro ha venido sufriendo un importante descenso desde que en 2022 alcanzara la cifra de 73.000 BPD, para ceder hasta el entorno de los 15.000 BPD durante 2024; en promedio. Hacia adelante la situación luce complicada habida cuenta que la nación persa tal y como Venezuela, enfrenta también posibles sanciones desde EEUU, aparte de que nuestro país mantiene un saldo en rojo importante con sus "aliados".
En cuanto al resto de las operadoras foráneas, ponemos en duda un efecto inmediato de las sanciones sobre las operadoras europeas Repsol, Eni y Maurel & Prom, debido al impasse en progreso entre los EEUU y la EU, producto de eventual alza de las tarifas y ademas del diferendo Ucrania-Rusia.
Finanzas
El barril fiscal es particularmente importante para Venezuela por ser una economía que llegó a depender en más del 90% del ingreso petrolero. Aunque hoy el componente de dicho ingreso en el presupuesto nacional se ubica en teoría en cerca del 45%, pensamos que en realidad la dependencia del ingreso petrolero es muy superior.
Para 2025 el presupuesto de nuestra nación asciende a unos $22.661 millones con un aporte de cerca de $10.144 millones provenientes de la renta petrolera [PDVSA]. El barril fiscal para Venezuela; es decir el precio de nuestra canasta petrolera necesario para balancear el presupuesto nacional y por debajo del cual existe déficit, varía de acuerdo a varios factores; entropía política y económica interna, volatilidad geopolítica y el balance inherente a los mercados.
Para 2018, en medio de la crisis severa derivada de las sanciones y la pandemia, el barril fiscal de nuestro país superó los $200, mientras que para 2020 el mismo se ubicó en unos $105 por barril [pb]. El resultado; la hiperinflación y la escasez.
Según nuestros cálculos, el barril fiscal 2025 para Venezuela supera con creces el nivel de precio actual del barril, para ubicarse en el entorno de los $78 pb a $80 pb; es decir, un déficit de $8 a $10 pb al nivel de precios vigente.
La coyuntura del mercado petrolero actual refleja una alineación creciente de intereses entre el polo Rusia - Golfo Pérsico y los EEUU, razón por la cual el barril ha venido consistentemente debilitándose hasta morder el techo de los $60 [WTI] el día de ayer.
Con las sanciones, PDVSA volverá a verse obligada a ofrecer descuentos que podrían fluctuar entre los $12 pb hasta los $20+ pb. La brecha o diferencial producto de la prima por percepción de riesgo con respecto a los marcadores que durante Junio’2022 superó los $22 pb, volverá a expandirse desde su nivel actual de unos $9 pb, originando perdidas severas.
Al barril actual y considerando los costos de producción, no es mucha la autonomía que tiene PDVSA para maniobrar en los mercados actuales. Por cada dólar de descuento y expansión de la brecha del diferencial que PDVSA otorgue/pierda al nivel de producción actual, Venezuela y PDVSA dejaran de percibir unos $376.000.000 anuales. Las consecuencias puertas adentro se perfilan como de pronóstico reservado en cuanto al déficit presupuestario, acceso limitado a divisas petroleras, hiperinflación y costos. Tiempos muy duros hacia adelante para el pobre y necesitado.