12 de diciembre del 2008.-Cuando la voluntad de los trabajadores es quebrantada, es la tenacidad, es las ganas de enviar una señal al mundo que son necesarios e imprescindibles para construir el socialismo, se manifiesta y muestra por la vía del hecho el porqué y el cómo la clase obrera es capaz de vencer el constante saboteo que hace la derecha internacional privatizadora.
En el segundo semestre del 2005, se dio inició a la construcción del buque tanquero tipo panamax (se llaman así porque tienen el ancho máximo para atravesar el canal de Panamá), el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías, ya lo había anunciado meses antes, que se llamaría “Eva Perón”, en homenaje a la insigne dama líder de los descamisados, los desposeídos y los excluidos, que falleció a temprana edad víctima de un cáncer.
De ese entonces a la fecha, los trabajadores del Astillero Río Santiago venciendo obstáculos de todo tipo de los mas altos niveles económicos de la derecha recalcitrante argentina que pretendía, que este buque fuese “construido” legalmente por astilleros privatizados cuando gobernaba la Argentina Carlos Menen (el privatizador cipayo), lograron que su construcción fuese realmente en los Astilleros Río Santiago, tanto legal, jurídica y legítimamente, en homenaje quizá a los mas de 70 desaparecidos y en especial a los hijos de los desaparecidos, en las décadas anteriores cuando lucharon contra la dictadura, y contra la privatización.
Ayer, 11 de diciembre, el lateral de babor del buque, entonces hasta ahora el Eva Perón” ya tiene Fondo, tiene lateral de estribor, lateral de babor y tiene cubierta, y con todo esto ya se hace visible el futuro tanquero venezolano. Es como una gigantesca rodaje de acero como de 880 toneladas de peso, montada en la grada, y es para los “laburantes” de Río Santiago es de máximo orgullo y alegría, porque hace ya mucho tiempo que vienen peleando por esto, porque no es mas allá de que se llama “Eva Perón” este tanquero para la República Bolivariana de Venezuela.
Hasta ahora, el solo hecho de haber llegado a esta etapa de construcción, es una victoria de la clase obrera latinoamericana.