¿Toda ideología es falsa conciencia? ¿Es contradictorio hablar de ideología revolucionaria?

¿Cómo funciona la sociedad desde La ideología Alemana?

Hasta ahora, los hombres se han formado siempre ideas falsas de sí mismos, acerca de lo que son o deberían ser (…) Los frutos de su cabeza han acabado por imponerse a su cabeza. Ellos los creadores, se han rendido ante sus criaturas.

Carlos Marx y Federico Engels[1]

 

Pocos recuerdan que el texto de mayor desarrollo del término ideología en Marx y Engels, es precisamente La Ideología Alemana (IA), escrito donde ambos hacen una crítica sangrienta a los neohegelianos (grupo en el cual Marx participó en su juventud) mofándose de las “ideas” del pensamiento puro y contrastándolo con la putrefacción del Espíritu Absoluto. La IA es un trabajo hecho en dos años y terminado en 1846, posterior a los Manuscritos Económicos-Filosóficos  y a La Sagrada Familia, en lo que Althusser podría llamar la juventud  de Marx. En este brevísimo textucito[2], trataremos de contestar desde la IA, algunas de las interrogantes provocativamente planteadas.

¿Un Marx joven, o la pretendida fisura epistemológica del estructuralismo?

Para 1845, el joven Marx y el joven Engels (éste último más adelantado en economía política que su eterno compañero) no manejaban los conceptos fundamentales de la economía marxista que desarrollarían[3] en sus obras maduras -El Capital, los Grundrisse- unos diez o doce años después. De hecho es notorio, que en obras tempranas de Marx como Trabajo Asalariado y Capital[4], Marx no conocía la diferencia entre trabajo y fuerza de trabajo -FT-, vital para entender que el trabajo en sí, no es lo que se vende; lo que se enajena es la capacidad para realizar una labor (FT). En estas obras iniciales incluida la IA, términos como: plusvalía[5], trabajo abstracto o doble carácter del trabajo; no aparecen en ninguna parte. Todos ellos son frutos de una profunda investigación de esta pareja que revolucionó el mundo. Sin embargo, en la IA, la feroz crítica antimetafísica, antirreligiosa y la justificación del surgimiento de la ideología pertenecen ya al plano de la economía política; no de la filosofía. En el texto se muestran los avances críticos de Marx, acerca de sus primeros aproximaciones a la economía política inglesa (Petty, Smith, Ricardo) llamada de ahí en adelante, como clásica.

Por ello, se considera que la IA es una continuación científica de las Tesis de Feuerbach que mediante la explicación material del mundo muestran la inexorabilidad del cambio del sistema que organiza el trabajo social -el modo de producción capitalista-. En este texto la alienación toma su carácter plenamente socioeconómico y se divorcia de rastros existencialistas. Incluso, el economista marxista Samir Amín ha llegado a comentar que en la IA hay ciertas pinceladas de una teoría del subdesarrollo. ¡Increíble¡ Allí Marx roza aspectos como el saqueo monumental de oro y metales de precioso de nuestra América, por parte de la caterva elistesca de delincuentes europeos, que con su cristianismo y “civilización” se han valido para realizar los crímenes más lucrativos de la historia de la humanidad. Por supuesto, luego del saqueo, colocan muros para evitar que sus víctimas vean a donde derrocharon el botín…

Base y edificio, estructura y superestructura social. ¿Cómo se organiza la sociedad?

Para el socialismo científico las relaciones sociales de producción son las que dominan y determinan todo el aspecto ideológico de la sociedad, lo que comprende entre otras cosas la formación político-jurídica, el estado y las diversas creencias sociales. Esta base llamada “económica” constituye lo que fondea al edificio o levantamiento supraestructural de ideas rectoras en la sociedad. Marx también solía llamarle “conciencia social” o espacio ideológico a lo que comúnmente se titula como superestructura. Claro, los marxistas ajenos a los dogmatismos y a la mecánica aplicada a estas instancias, hacemos esfuerzos por sacudirnos el mote de deterministas y planteamos relaciones dialécticas entre la base y el edificio (superestructura) y admitimos que hay planteamientos que tratan de romper con las amarras ideológicas del edificio, que precisamente surgen a lo interior del mismo.

Los materialistas dialécticos –reitero- nos alejamos de corrientes fatalistas y mal llamadas economicistas. Nosotros planteamos lo que Marx esboza sobre lo que es el hombre y la forma de investigarlo: “Tal y como los individuos manifiestan su vida, así son. Lo que son coincide, por consiguiente, con su producción, tanto con lo que producen como con el modo cómo producen. Lo que los individuos son depende, por tanto, de las condiciones materiales de su producción.”[6]

¿Es la ideología falsa conciencia? ¿Es contradictorio hablar de ideología revolucionaria?

El primer grupo “formal” de intelectuales que acuñaron de manera ostensible el término ideología, fue un hatajo de franceses que se hacían llamar así mismos ideólogos y que vieron en Napoleón el restaurador de los ideales revolucionarios perdidos. Cuando Napoleón demostró lo contrario, tuvieron algunas escaramuzas, en las que el emperador les soltó esta perla: “La ideología, esa tenebrosa metafísica”[7] Los ideólogos creían haber desarrollado una “ciencia” de ideas, las cuales se caracterizaron por su carácter ahistórico y su divorcio con la realidad material en la que se hallaban.

Los textos donde Marx y Engels desarrollan ideas relacionadas a la ideología no fueron leídos por Lenin y por la corriente de marxismo de inicios del siglo XX; debido a que escritos como Ideología Alemana, Manuscritos Económicos y Filosóficos de París y los Grundrisse fueron editados en la década del 30 del siglo pasado. Así, muchas de las interpretaciones marxistas, adolecen la imposibilidad de lectura de esos textos. Justamente, el término ideología se ha impuesto en la generalidad como un concepto benigno que explica Theotonio Dos Santos: “Ideología es en un primer momento de análisis, la expresión consciente de intereses reales de clase y su operacionalización en formas de acción concreta para lograra esos intereses. […] solo hay ideologías cuando hay representación verdadera de los intereses.”[8] Aunque nuestro amigo del Brasil, habla de ideología del proletariado  en sentido plenamente positivo, luego en algunas páginas cambia y nos dice: “La ideología solo será proletaria si se apoya en una visión científica (no ideológica) de la realidad”[9].

¿Es o no es? En opinión de otra corriente marxista de pensamiento -a la que me adhiero- la ideología se constituye como falsa conciencia, un conocer intuitivo e inexacto de la realidad que busca ensombrecerla, en aras de ejercer una cierta manipulación política. La clase obrera hace ciencia, busca la verdad -la esencia- las causas explicativas que muestren el real funcionamiento del sistema. La ideología obrera, solo puede ser una deformación de la verdad objetiva y cambiante, a la cual nos vamos acercando con la evolución dialéctica del conocimiento científico. La ideología obrera (como cualquier otra ideología) no puede sino desfigurar las leyes generales del desarrollo social si esta es separada de un análisis científico concreto. Un ejemplo de esto puede ser la socialdemocracia y su gradualidad inútil y fementida que construirá el socialismo sin revolución y en conjunto con los enemigos del pueblo (los burgueses). Por tanto, a nuestro entender, la ciencia dialéctica y materialista es la que permite comprender con mayor sentido de la aproximación, los fenómenos que se nos presentan en modos aparenciales. Dicha ciencia, rigurosa y desinteresada, debe proveerse de todo el conocimiento útil -es decir, como capacidad explicativa- y debe tratar de esbozar con claridad las formas del comportamiento humano y su desarrollo social. De esta forma, el proletariado científico se contrapone al ideólogo, que con planteamientos empíricos o provenientes del sentido común (ideología burguesa, en la actualidad) pretende explicar lo que desconoce. 

De este desarrollo marxiano devienen opiniones lapidarias de la ideología -que compartimos- como por ejemplo la de Ludovico:

“Un ideólogo es alguien que, con su criterio aldeano, se piensa que por no estar los cimientos del edificio a la vista, no existen; esto es, confunde a la sociedad con su fachada jurídico-política olvidando o negando -como avestruz intelectual- el fundamento económico real sobre el que descansa toda esa fachada.”[10]

De hecho, en otro texto, Ludovico opina que: “Para estos, [Marx y Engels] toda ideología es, en sentido estricto, engañosa y encubridora de la realidad, y nunca se les hubiera ocurrido decir (…) que el marxismo es la `ideología de la clase obrera´”[11] De hecho, el diccionario de filosofía soviético de Rosental y Yudin, caracteriza al marxismo-leninismo como la ideología de la clase obrera.[12]

El ideólogo, -conectando la frase con el anterior epígrafe- ve el mundo cabeza arriba y cree que la superestructura (o edificio) es el real sostén de los cimientos (base).  Efectivamente, cuando Marx nos habla del economista, como ideólogo del capital, lo que hace es contraponer la ciencia que él realiza, versus la deformación que los economistas -apologistas del capital- efectúan.

La ciencia, es la que permite estudiar las bases que sostienen el edificio (relaciones sociales de producción) y evitar encandilarse con las ventanas y puertas de su exterior (leyes, estado, religión etc.). Sin el desarrollo de esa elucidación, es imposible transformar una compleja e intricada realidad que nos aqueja (el capitalismo).

*Manuel Sutherland (Ccs. 19-05-2010)

Coordinador de Formación de la Asociación Latinoamericana de Economía Política Marxista (ALEM)



[1] La Ideología Alemana, Ed. Cit. Pág. 15.

[2] Es el nombre que le dá mi amigo Pablo Levin, a un pequeño escrito introductorio de formación política , donde se enuncia la Teoría de la Planificación Obrera (TPO). Un desarrollo importante de la Economía Política que permite entender el sistema y plantear estrategias para transformarlo, mediante la educación laboral y político-teórica de la clase obrera. Está disponible en ademys.org.ar/secret.pedag/tpo/Texto_teoria_plan_obr.DOC

[3] Usamos el plural para referirnos a obras realizadas por ambos, en las cuales Engels tuvo un papel decisivo como organizador del millones de fragmentos y notas sueltas de Marx (Tomo III del Capital)

[4] Breve ensayo, cuyo origen fueron las conferencias impartidas por Marx en 1847 en la Asociación Obrero Alemana de Bruselas. Marx explica sucintamente que las mercancías producidas por los obreros no les pertenecen a ellos, sino al capitalista que los ha acumulado, gracias al robo legalizado de la fuerza de trabajo de los asalariados, por medio de la extracción de trabajo suplementario.

[5] Según el monumental trabajo de investigación sobre Marx de M. Rubel, el término Plusvalía aparece en Marx por primera vez en la célebre Contribución a La Crítica de la Economía Política.

[6] La ideología Alemana. Ed. Cit. Pág. 29.

[7] Frase extraída del pero libro de Ludovico Silva: Contracultura, Ed. Fondo de Cultura Ipasme. Caracas (2006) Pág. 27.

[8] Theotonio Dos Santos, Concepto de Clases Sociales, Ed. El Perro y la Rana, Caracas, (2006), Pág. 23.

[9] Ibíd. Pág. 24. -lo que está dentro del paréntesis es de Theotonio-

[10] Ludovico Silva, La Alienación como Sistema. Alfadil Ediciones, S.A. Caracas, (1983), Pág. 286.

[11] Ludovico Silva, Teoría de la Ideología, Ed. Ateneo de Caracas, Caracas (1980). Pág. 13.

[12] M. Rosenthal y P. Yudin, Diccionario de Filosofía (compendio) Ed. Revolución Ecuatoriana. Ecuador, Quito, (2003) Pág. 109.

msutherland12@gmail.com



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Manuel Sutherland

Marxista. Investigador del Centro de Investigación y Formación Obrera de Venezuela (CIFO) y de la Asociación Latinoamericana de Economía Marxista (ALEM).

 manuel1871@gmail.com      @Marxiando

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