Ya pasamos la mitad del año y en lo personal me encuentro dentro de la boca de un lobo que muchos admiran y algunos se enorgullecen en llamarle éxito. En lo que a mi respecta, este espacio donde los seres humanos se alienan cada día mas y van perdiendo su esencia humana, muchas veces con un gusto algo masoquista, se acerca más a un chiquero lleno de cerdos que disfrutan revolcándose y comiendo, con la salvedad de que los cerdos no amenazan con la destrucción del planeta.
Haces unos días reunido con algunos camaradas intentamos buscar herramientas que nos permitan entender un poco a esta sociedad tan contradictoria, y sobretodo encontrar algún camino que permita transformarlo.
En esta búsqueda tropezamos con la dialéctica, y aun seguimos estudiándola y aplicándola en nuestro día a día de militancia revolucionaria. A pesar de que aun es objeto de estudio por mi persona para entenderla a cabalidad, voy a arriesgarme a asegurar que la dialéctica es de gran utilidad en este camino revolucionario, que decidí andar hace años.
A través de la dialéctica, podremos llevar a cabo el análisis que nos impulse a eliminar tantas arbitrariedades de nuestra sociedad y construir un modelo donde la humanidad sea más humana.
Carlos Marx definió la dialéctica como: “la ciencia de las leyes generales del movimiento, tanto el del mundo exterior como el del pensamiento humano”. Teniendo como punto de partida esta definición, es necesario tener presente que toda lucha revolucionaria debe ir de la mano de la lectura, la escritura y sobretodo de la generación de ideas que vayan dirigidas a lograr como objetivo estratégico la derrota de sistema capitalista, para poder edificar una sociedad verdaderamente humana, y donde la alienación del trabajo sea totalmente erradicada de nuestras relaciones económicas.
En estos días de agosto de 2010, en los que estamos ante un posible ataque nuclear contra Irán, el cual ha sido denunciado con ahínco por Fidel Castro Ruz, debemos reflexionar sobre nuestro papel en la historia, y a su vez asumirlo con pasión, entendiendo que debemos buscar y comprender las herramientas que nos den la capacidad de enfrentar las causas que han destruido poco a poco la conciencia de la sociedad. Por otro lado estas mismas herramientas deben sernos útiles para profundizar la lucha que de una vez por todas nos libere del yugo del capitalismo que actualmente está en su fase superior, o mejor dicho está en su fase más putrefacta llamada imperialismo.
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(*) Militante PSUV
