Hoy,
nuevamente, los cizañeros de siempre se lanzan contra el camarada Samán
con una sarta de acusaciones absurdas y estúpidas que pretenden tildarlo,
esta vez, de "divisionista y resentido". Ellos olvidan que
Samán no está sólo; que lo acompañamos muchos militantes de la revolución;
cuadros políticos e intelectuales quienes, junto a él, no podemos
explicarnos los errores que se siguen repitiendo, y que atentan contra
la revolución misma y el liderazgo del Comandante Chávez. Aquellos
quienes se confabularon en el pasado contra Samán con el conocido apoyo
de la burguesía parásita "venezolana", creen poder incidir
nuevamente para descalificar sus ideas y aportes. Pero se estrellan
contra el muro de su moral y verdades.
Hoy,
los reformistas y los derivados en burócratas acomodados; los endiosados
por el poder y los privilegios del Estado burgués no pueden advertir
lo gran equivocado que están en sus posiciones prepotentes y sectarias.
De hecho, una corriente radical dentro de la revolución siempre ha
existido. Es una realidad que nunca han querido ver. Dentro del partido
militamos un importante número de revolucionarios que siempre hemos
sido críticos pero profundamente respetuosos del liderazgo del Comandante.
La propuesta de Eduardo Samán no es caída del cielo. No es nueva. Ni
mucho menos es apología al divisionismo. La entendemos como un llamado
a todas esas corrientes críticas que hacen vida dentro del partido
de la revolución (PSUV) para organizarnos y así podamos levantar con
fuerza nuestras propuestas e ideas en respaldo del Comandante Chávez
y en pro de la profundización de la Revolución Bolivariana.
Es inevitable el deslinde entre los reformistas, oportunistas y los revolucionarios. Como también es inevitable la rectificación en la revolución. Capitalizar el descontento hacia adentro -y no hacia la derecha-; generar ideas que contribuyan a resolver nuestros problemas es único y verdadero objetivo que persigue la propuesta del camarada Eduardo Samán.
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