Ernesto
“Che” Guevara
Este
nuevo material que ha sido discutido con algunas y algunos educadores,
bajo el titulo de “debate interno para avanzar”, al igual que otros
que han precedido otras reuniones o conversatorios, forma parte de un
esfuerzo por poner las ideas de relieve más claras que las que se pueden
exponer de forma verbal; tienen ellos la intención de que al
ser debatidos, discutidos revisados, puedan salir con los suficientes
insumos propositivos y llegar a otros sujetos y espacios para aportar
ideas complementarias a las que se construyen desde otros colectivos,
que buscan corregir viejos vicios y esquemas todavía presentes en la
manera de hacer y llevar las políticas del Estado; a pesar de pronunciarse
discursos de cambio y transformación, y de citar memorísticamente
artículos, fragmentos y leyes hechas en el gobierno bolivariano.
El
mayor aporte que podemos hacerle a este proceso, es revisar a fondo
todo lo que hemos hecho, sus aciertos y sus fallas, para poder decir
con propiedad, cuanto de revolucionario tienen nuestros planes, proyectos
y programas; cuanto de transformación tiene nuestro esfuerzo y práctica
cotidiana.
Con
toda la inversión y esfuerzo del gobierno bolivariano, con todas las
políticas públicas de inclusión, con todos los operativos conjuntos,
para saldar la gran deuda social; desde el punto de vista de la estructura
del Estado, aún convivimos con instituciones basadas en prácticas
inservibles para nuestro proyecto. El burocratismo, la desconexión
social entre instituciones públicas, la indolencia, la lentitud en
las respuestas, el desmejoramiento de algunos servicios, la llamada
quinta columna, la falta de contenido político y pasticho ideológico
en las decisiones adoptadas, la ausencia de la dirección política
en el tren administrativo, etc., conducen a una gestión de muchas deficiencias,
desprestigiando nuestra acción de gobierno en todos sus niveles e incluso,
empañando el enorme avance social conquistado por nuestra revolución,
son estas algunas de las dolencias en que se resiente este proyecto
de país.
Para
el caso del sistema educativo, es urgente superar el deficiente acompañamiento
político de los docentes y las comunidades por parte de la gestión
educativa. Se debe reconocer que la trascendencia política de la conducta
del funcionariado público de alto y mediano rango y el personal subalterno
hacia el pueblo, es lejana de la consigna del fortalecimiento del poder
popular y más aún de las satisfacciones de los servicios demandados.
Esta coyuntura no puede quedarse en el mero análisis y la crítica,
debemos pasar de la reflexión a la acción.
Pasemos
entonces a proponer algunas consideraciones y que cada quien las asuma
desde su radio de operación, desde sus jerarquías administrativas
o desde su más humilde trinchera laboral u operacional.
Es impostergable la implementación de métodos de eficiencia institucional, control, evaluación permanente de la gestión, sanciones inmediatas, correctivos ejemplarizantes que dejen saldos educativos en la cultura publica, más dirección colectiva, más crítica, mucha ética revolucionaria, evaluación colectiva y sin complicidades de quienes ejercemos funciones en la administración pública.
La
revolución es de todos y para todos, por ello resolver los problemas
de salud, seguridad, educación, vivienda entre otros servicios de la
población es de vital importancia. A la larga como proceso histórico
y de aprendizaje que va dejando la construcción del poder popular,
el irredento pueblo no se va a dejar engañar por ninguna burocracia;
la conoce y reconoce como enemiga por más fotos que se tome al lado
altos funcionarios de nuestra administración pública. No
se trata de medirnos por la fuerza y esfuerzo que hagamos se trata
de medirnos por lo que logremos desplazar y avanzar. Tampoco se trata
de reproducir de la lógica electorera de hacer las cosas días antes
de las elecciones, para luego de los resultados aplicarnos las tres
erres nuevamente como ciclo interminable.
Finalmente, para ser reiterativo, más no redundante, en este material vamos a seguir insistiendo en las líneas que se esbozaron como propuesta en la parte I, de esta serie, y que pueden ser una guía para desarrollar una acción que hemos denominado “Operación Despliegue Pedagógico Revolucionario”, mediante la cual se puede avanzar para:
- Construir organizaciones de colectivos y redes de docentes investigadores que viabilicen en los ambientes de aprendizajes las innovaciones pedagógicas.
- Impulsar y desarrollar la producción colectiva del conocimiento, centrada en el dialogo de saberes, confrontado el monopolio y la jerarquía del saber, reivindicando la soberanía cognitiva.
- Desarrollar líneas y proyectos investigativos en el marco de la investigación aplicada y focalizada en problemas y necesidades concretas, que involucre el impulso del poder popular, con la participación plena de las organizaciones comunitarias.
- Contribuir a ir desburocratizando la estructura del sistema educativo, superando el clientelismo y el tráfico de cargos.
- Proponer una nueva cultura organizativa que permita verdaderamente la simplificación de trámites administrativos y el aplanamiento de las instancias organizativas.
- Impulsar la formación permanente del docente en ejercicio en la misma del proceso de transformación.
- Desarrollar con mucha fuerza y más conciencia, la evaluación cualitativa del proceso educativo, en la perspectiva de la negociación cultural, que supere el examen y las notas tradicionales. Igualmente la Supervisión asumirla como acompañamiento pedagógico y animación ocio-cultural.