La tarde del 16 de abril, en el entierro de siete víctimas del ataque, en una céntrica calle de La Habana, Fidel Castro, entonces de 35 años, declaró por primera vez la ideología socialista de la revolución, tras negar por años que era comunista.
"Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que hayamos hecho una revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos", dijo Castro en su discurso.
Los combates de Bahía de Cochinos -que dejaron 156 muertos en las filas de Castro, 107 en los invasores y 1.189 prisioneros que fueron canjeados por 53 millones de dólares en medicinas y alimentos en 1962-, marcó de por vida la relación entre ambos países, más que cualquier otro choque de su larga enemistad.
La conmemoración llega entre renovadas tensiones: La Habana exige la liberación de cinco agentes cubanos presos en Estados Unidos, Washington la de un contratista norteamericano al que Cuba condenó acusándolo de apoyar a la oposición en una "nueva forma de invasión": la "ciberguerra".
Tras una corta tregua con el gobierno de Barack Obama, un deshielo de las relaciones -rotas en 1961- parece lejano. "Estamos listos (a dialogar), pero sin subordinación a nadie", dijo recientemente Raúl Castro al ex presidente Jimmy Carter, de visita en La Habana.
Hace 50 años Fidel dirigió las operaciones en Bahía de Cochinos desde el propio campo de batalla, Raúl debe ahora enfrentar "las nuevas maniobras" del "enemigo imperialista", pero también resistencias internas a la apertura económica, para evitar el naufragio de la revolución.
Ahora cuba atraviesa una serie de cambios importantes en el marco del congreso del partido comunista cubano, sus ideales y perseverancia en contra de la hegemonía mundial están intacta con una nuevo enfoque de apertura de acuerdo a su sistema socialista donde exista la misma igualdad entre los mismo. Hay que recordar que Cuba es un bastión de la dignidad, escúchese bien dignidad! no es un pueblo entregado a los intereses individuales de las grandes corporaciones mundiales, sino un país en busca nuevos horizontes comerciales que beneficie al pueblo en el ámbito regional y que esto de una u otra forma transforme de una vez por todas esa concepción mediática que nos han impuesto con ese bloqueo genocida que lo que hace en vez de apaciguados y neutralizarlo, convertirlos en seres más grande que su propia Patria.
Así mismo un 12 de abril (Una semana antes) Yuri Gagarin, un humilde metalúrgico que se metió a astronauta con 20 años, se montó en la pequeña nave rusa de forma esférica Vostok 3KA situada en la rampa de lanzamiento número uno de la base de Baikonur para dos horas después —en las que se llenaron los tanques de combustible y solucionaron problemas técnicos de última hora— emprender viaje hacia espacio. Tras la espera, que se dice el astronauta pasó cantando y contando chistes, a las 9:57 hora de Moscú los propulsores del cohete 8K72K se pusieron en funcionamiento. Acto seguido todo empezó a moverse violentamente y el cohete a elevarse, momento en el que Gagarin pronunció la palabra ¡Poyejali! (en español se traduce como ¡Vámonos!) que pasó automáticamente a forma parte de la historia espacial. Fue el primer ser humano que salió de la cuna terrestre. Fue el primero que vio al Sol “infinitamente brillante”, y al azul de nuestro planeta en marcado y maravilloso contraste “con la oscuridad del cosmos”. Al igual que el primer alunizaje del Apolo 11, a esta altura, quizá ya poco importen las circunstancias políticas, o las tensiones y competencias entre las dos superpotencias de aquellos tiempos. Lo que queda, lo que quedará, lo que importa, es que aquella hazaña nos hizo crecer como especie. Nos hizo ver y entender las cosas como son: desde la distancia, sólo se ve un mundo flotando en la inmensidad del universo. Ni más ni menos que eso. El vuelo de Yuri puso a la humanidad en su justo y preciso lugar.
Finalmente, después de 108 minutos de vuelo a 28.000 kilómetros por hora y sufrir una reentrada traumática (las llamaradas producidas por el roce entre la nave y la atmósfera se colaban en el interior del minúsculo habitáculo), Yuri Gagarin accionó el asiento eyectable sobre el que iba sentando y minutos después aterrizó en un inhóspito lugar de Kazajistán poniendo fin a unos de los viajes más importantes de todos los realizados por el hombre en su historia. Y así es, de forma muy resumida, como Yuri Gagarin y su mítico vuelo espacial iniciaron los vuelos espaciales tripulados por humanos. Sin duda una fecha digna de recordar y celebrar.
En el marco de estos
dos aniversarios aunque uno piense que no tiene nada que ver, pues si
por un lado Gagarin daba y miraba su mundo desde una perfectiva diferente
a lo que nos trataba de hacer ver el imperio durante mucho tiempo, por
el otro lado esta Cuba, Fidel, Raul, Camilo, El Che, dando ejemplo que
la lucha utópica es conquistable siempre y cuando se tengan valores
fundamentales y creencias populares que combatan la hegemonía. Ahora
y siempre tanto Yuri, Fidel, Camilo, Raul y El Che viven en nuestros
corazones por que no solamente son días de lucha para conquistar la
utopía, si no mas bien la permanencia en la lucha lo que nos hace cada
día más fuertes y enfrentar dignamente a el extraterrestre interno
que trata de acabar con nuestro propio mundo. Yuri, soñaba con volar.
Y un buen día, voló. La humanidad recordará por siempre el vuelo
de Yuri. Así como también recordara por siempre la Cuba liberada por
Fidel, Raul, Camilo y El Che ellos soñaron, y o hicieron.
(*) Dr.
alvaroduranr@gmail.com