Sumergidos en la narcosis electoral burguesa nuestra atención sólo esta centrada en frivolidades y pendejadas, como encuestas, competencias twiteras o los defectos personales del candidato de la oligarquía y el imperio. La amenaza de un terrible zarpazo está presente, y quizás más presente que nunca. El enemigo no es cualquier cosa, es el mismo que llevó a la cruz a Jesús y el mismo que persiguió hasta la terrible soledad de San Pedro Alejandrino al mágico adelantado Simón Bolívar. No es poca cosa y más que ingenuo, sería –es- suicida ignorar sus capacidades y malas mañas. Para muestra un botón a ver si despertamos.

No derrotaremos jamás al enemigo histórico con burlas, chistecitos o frivolidades. El enemigo sabe mucho más que nosotros de eso. Si hace unas pocas horas les hubiésemos dicho que en una vital Planta de PDVSA los trabajadores –sí, los mismos trabajadores que jamás estarían ahí si ellos estuvieran- votarían por los representantes de la “meritocracia” y el sindicalerismo apátrida de Carlos Ortega ustedes no nos creerían ¿cómo? ¿Cómo podrían los esclavos restaurar a sus verdugos? Pero lo acaban de hacer. En Planta 15 PDVSA del Vigía acaba de ganar la plancha de la derecha conspiradora, saboteadora y entreguista.

Estuvimos con estos trabajadores apenas un día antes. A pesar de que –según ellos mismos- algo hicimos para remendar el entuerto no fue suficiente. Aunque usted no lo crea, en un espacio importante de la nueva PDVSA nos ganaron los saboteadores de diciembre de 2002. ¿Culpables las y los trabajadores? ¡Definitivamente no!, culpables todos y cada uno de los cuadros de la Revolución ¡Algo se debe estar haciendo muy mal para que el histórico enemigo de la Patria y del pueblo derrote a la Revolución a pesar de tantos logros materiales alcanzados! Se entregaron al enemigo por diferencias pequeñas con la gerencia.

El enemigo –que jamás el adversario- usó todos sus consabidos trucos ¡Faltaría más! Fragmentar el espíritu de clase del trabajador; apelar a sus instintos individuales más primitivos; engañar; ofrecer… ¡todo lo que sabemos! Así lo han hecho por siglos y… tristemente, así han derrotado al proletariado a lo largo de esta dura y larga prehistoria.

Una lección que de una buena vez deberíamos aprender, no sea que nos pase como al conocido Rey Boabdil el Chico que “debió llorar como niñito lo que no supo defender como hombre” El enemigo es falaz y dispone de los recursos de unos reflejos condicionados por miles de años de cultura del egoismo. El llamado es a la vanguardia revolucionaria. Hay que dejar las camionetas y los aires acondicionados de las cómodas oficinas. Hay que ayudar al líder de la Revolución con trabajo y sacrificio. Hay que trabajar, con el alma puesta en ello,  en el seno de nuestro pueblo. Hay que aprender de una buena vez que en esta batalla nos va la vida a todas y todos, que le va la vida a la humanidad entera.

Creer que venceremos al demonio capitalista con encuestas o twiteando es suicida. Hay que ir a por cada una y cada unos de nuestros compatriotas. Hay que llevar la buena noticia del socialismo. Hay que hacerlo al modo que lo hizo Jesús quien envío a los apóstoles con estas palabras “No lleven nada para el camino, ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni plata, y tengan un solo vestido… cuando lo reciban en una casa quédense ahí…” (Lc. 9, 3-5)

Camaradas, llevemos la buena noticia del socialismo, la extraordinaria noticia de que somos hermanos, que como hermanos vivimos para entreayudarnos y no para entredestruirnos. ¡Vamos, que la razón ética es nuestra! ¡Vamos a librar la madre de las batallas: abrir las puertas del paraíso para una humanidad sufriente por milenios! ¡Vamos coño! Echemos a la espalda egoísmos oportunistas y libremos la batalla que espera la humanidad entera.

¡CHÁVEZ ES SOCIALISMO!

¡CON CHÁVEZ… RESTEAOS POR LA HUMANIDAD!

martinguedez@gmail.com