Según la conseja gebeliana “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, difiero de la socorrida conseja. Una mentira repetida no mil sino un millón de veces es sólo eso: una mentira muchas veces repetida pero jamás una verdad. En todo caso se convierte en “verdad” para mentes crédulas e ingenuas. Ya lo decía Simón Bolívar en su manifiesto de despedida “… han abusado de vuestra credulidad…” El antídoto contra la mentira es la verdad y allí se debe poner el empeño para derrotarla. Según nuestros llaneros al silbón no se le corre se le enfrenta y se espanta.
Al culminar la II Guerra Mundial, el imperio emergente, con indudable ayuda de un socialismo que fracasaba hundido en sus propios errores, utilizó toda su poderosísima maquinaria manipuladora de conciencias para hacer del concepto COMUNISMO lo más despreciable y horroroso que nadie pueda imaginar. Nada de particular. Así lo han hecho todos los imperios a lo largo de la historia para reducir al desprecio del común a los enemigos de su hegemonía. Los cristianos eran caníbales, Francisco de Miranda un instrumento de Lucifer, Simón Bolívar un ególatra sanguinario y desde luego el comunismo es el reino del horror. Sin embargo, aún por encima del millón de mentiras, los cristianos subvirtieron el imperio romano, Miranda y Bolívar expulsaron al imperio de nuestra Venezuela y –no lo duden- el “reino de Dios en la tierra”, el “paraíso perdido” terminará imponiéndose sobre la mentira por más que la repitan un trillón de veces, esa es nuestra tarea.
Decíamos que la mentira se vence con la verdad, jamás jugueteando con ella o eludiendo la confrontación. Cada vez que el argumento para enfrentar las “gravísimas” acusaciones de que este “rrrégimen” es comunista es salir corriendo a demostrar que Cisneros o Mendoza ganan más dinero que nunca o que las “clases medias” viajan al exterior o tienen lujosos carros “como nunca” o que el capital financiero especulativo amasa dinero a manos llenas y que nadie los toca ni los tocará como una muestra palpable de que no somos “comunistas”, estamos miccionando fuera de la vasija. El socialismo se defiende con más socialismo. Cada vez que retrocedemos el capitalismo avanza. Demos la batalla con la verdad. Veamos:
El comunismo es derivación de comunión (el santo sacramento de los cristianos, por cierto) Es una sociedad humana basada en el amor al prójimo y al léjimo, en la comunidad de los medios de producción y la distribución de los bienes producidos entre los miembros de la comunidad. El comunismo implica la abolición de la injusta división del trabajo así como del dinero, del Estado y de toda fragmentación de lo humano. El comunismo es el retorno al extraviado “Paraíso” perdido a manos de la ambición, la avaricia, el egoísmo y la explotación del hermano. Que nadie se deje engañar con la mentira de que lo que fracasó en la URSS fue el comunismo, en la URSS fracasó el capitalismo. Aquel hermoso sueño devino en mero capitalismo de Estado y eso fue lo que fracasó.
Si deseamos ver una muestra real de comunismo primitivo fijémonos en esa Comuna que fundaron en Damasco aquellos discípulos del crucificado Jesús que huían del imperio romano y de las fuerzas conjuntas de sacerdotes, fariseos y saduceos. (Hc. 4, 32ss) Una comuna primitiva, ingenua, apenas instintiva pero radicalmente comunista “todos los admiraban… no había pobres entre ellos… nadie llamaba suyo a lo suyo porque todo era nuestro… daban a cada quien según sus necesidades… cada quien aportaba según tenía…” Extraña que los católicos se horroricen tanto de lo que es la esencia en la cual dicen creer ¿verdad?
De modo que el comunismo es la superación del horror instalado en las relaciones humanas cuando se impuso el señorío y la explotación de unos hombres por otros… ¿Por qué se ha de titubear con incomodidad cada vez que una mequetrefe como María Corina Machado agita el fantasma del comunismo? Es bueno recordar las palabras de Engels que Rosa Luxemburgo recoge en su Folleto de Junius: “la sociedad se halla ante un dilema: avance al socialismo o regresión a la barbarie” ¿Qué significa en este tiempo “regresión a la barbarie” o que los y las Marìas Corinas Machados se salgan con la suya? Significa muerte, significa guerra, significa hambre, significa destrozo hasta la extinción de la raza humana y del planeta. El que tenga ojos que vea. Sólo hay que mirar al mundo capitalista.
“NO PODEMOS OPTAR ENTRE VENCER O MORIR, NECESARIO ES VENCER”
¡¡¡VENCEREMOS!!! SIN MEDIAS TINTAS NI TITUBEOS ¡¡¡VENCEREMOS!!!
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