Hola independentistas bolivarianos y bolivarianas:
Por tener mi portátil dañado y carecer de ese medio y de la oportunidad, no me alcancé a referir al pseudoanálisis del taumaturgo y caballo de Troya fallido, conocido como Heiz Dieterich (http://www.aporrea.org/ideologia/a156316.html), alguien que ha contado con la indulgencia de Aporrea. Sin embargo, las respuestas leídas en APORREA frente a su nueva sonda divisionista me llevan más bien a comentar a nivel de correo personal y no con fines de publicación, unas pocas anotaciones sobre este señor que aparece como marxista e izquierdista, pero que en realidad según amigos de la academia respetables como Raúl Isman, de la Universidad de Buenos Aíres y otros amigos izquierdistas de tiempo completo y sin pretensiones de pitonisos de la izquierda,quienes lo señalan como un renegado tapado, un ser arrogante y ególatra, cuya tesis principal oculta parece ser: "quien no piense ni haga las cosas como lo digo yo, está equivocado".
Ciertamente el señor Dieterich a quien una vez le escribí una nota bien fuerte en su mismo blog titulada: "¿Dieterich: no será el bonapartismo de Chávez parte de tu egolatría racialista?" (http://co.globedia.com/personaje/Hugo_Chavez/fernandez/cnn), es uno de esos renegados de la izquierda que no ha sido capaz de salirse del closet, de hacer como Debray, Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff o Plinio Apuleyo Mendoza, esto es, toda una camada de personas que usufructuaron dinero, prestigio y comida monda y lironda en nombre del marxismo en la época del apogeo soviético, pero que una vez cayó el muro de Berlín, se cayó su marxismo y entraron a rendirle culto: unos a Fukuyama con el cuento del fin de la historia y el estalinismo devastador (Plinio Apuleyo) y otros a ese "ungüento" hermenéutico llamado "tercera ola/centro/tercera vía", que incluyó dentro de sus filas a grandes fascistas y genocidas como Tony "el carnicero" Blair" y al señorito converso del neoliberalismo Felipe González, fue esa la época en que se comenzó a llamar izquierdistas a cualquiera que se opusiera a Pinochet o a la junta militar argentina, pero en la época de su desgaste, porque en su época de gloria, muchos como Ricardo Lagos o Carlos Menem, que se comenzaron a nombrar como "centro izquierda", no sólo pasaron de agache sino que hasta se hicieron a fama y fortuna por el papel obsecuente de avivatos y poca lucha.
En Colombia por ejemplo, personajes que se opusieron a la mafia de los emergentes, pero no a la mafia del cartel de la DEA, como Luís Carlos Galán o César Gaviria fueron centrados por algunos, como "personas con tendencia de izquierda" o "progresistas". De todo ese mundo de confusiones alentadas desde una academia de ultraderecha disfrazada de adalides de los derechos humanos, como Daniel Bell por ejemplo, es el señor Dieterich, un personaje que siguió conservando la etiqueta de marxista, para no soltar la rama que le daba la comida, pero como todos, cada vez que una persona como Gadafi o Hussein, entran en la lista de "genocidios humanitarios", los vas a tener escribiendo unas cuartillas hediondas a genocidio hitleriano. Esos señores son peligrosos, porque actúan como agentes dobles imperiales, como Felipe Gonzáles, Ricardo Lagos y otros izquierdistas de ocasión, que cual prostitutas se venden al mejor postor por un cargo o por el mantenimiento de la fama y la fortuna.
En el caso concreto del artículo de Dieterich, se lee una mezcla nauseabunda de rumorología y macartismo (Diosdado el "diablo del chavismo") con chisme, "está desobedeciendo a Chávez para ganar tiempo e imponer su agenda". Me imagino que Isaías Rodríguez también es otro "diablo desobediente del chavismo" y todo el equipo de analistas de situaciones de emergencia de paso. Pero cuando uno contrasta las palabras de Chávez con las de Dieterich, las cosas se aclaran: Chávez no renunció al poder presidencial justamente ganado en elecciones libres, Chávez lo que dijo es que sí la enfermedad se imponía y el veía que no podía asumir el poder, Nicolás Maduro era el encargado y le tocaba asumir el mando vicepresidencial que tiene constitucionalmente, algo que no depende en sí de Chávez sino de los electores del PSUV, pues reúne las condiciones para poder enfrentar con su ejemplo de vida y tacto político y sobre todo aceptación electoral ente el pueblo venezolano y sus mayorías, ejerciendo el cargo de líder electoral, condiciones sin las cuales, no podría haber revolución bolivariana ni nada.
Y tanto Diosdado Cabello, como Elías Jaua, han demostrado por ejemplo, luego de dos derrotas en Miranda, que no tienen el combustible de aceptación electoral ante un entramado nacional, quedan entonces las reservas morales a toda prueba que no pudieron ser ensuciadas por errores propios o por el lastre mediático de propaganda macartizadora: José Vicente Rangel, Aristóbulo Istauriz, Roy Chaderton Mattos y Nicolás Maduro - por recordar algunos nombres no son todos- que son capaces de generar consensos. Nicolás desde mi punto de vista e incluso de analistas enemigos del proceso revolucionario como los de Revista Semana, tiene el reconocimiento de haber hecho triunfar una agenda independentista con eco internacional y global, como la venezolana responsable entre otras cosas de procesos como ALBA, MERCOSUR, UNASUR y el golazo en favor de Palestina, en una época difícil en que USA contaba con Uribe en su época de apogeo mediático y adoración política en la región, nefasto personaje que cada día luce más opacos por el entorno mafioso, paramilitar y de malhechores vencidos en juicio como Mauricio Santoyo, el general paramilitar y narcotraficante de Uribe, apoyado con su prestigio para llegar al más alto grado militar en Colombia, pese a sanciones disciplinares de la procuraduría, levantadas por un Concejo de Estado dominado por el Santismo/Uribismo de la U.
En ese ambiente hostil global Mattos y Maduro, hicieron prevalecer las tesis integracionista de la región, logrando mover a opositores declarados y reformistas como Calderón en México o Leonel Fernández, que en la cita del grupo de Río tuvieron que seguir la tendencia mayoritaria del poderoso bloque de UNASUR, logrando aislar a todos los golpistas surgidos como globos de ensayo desde el USA Departamento de Estado como Honduras, Ecuador y ahora Paraguay, caso en el cual las calumnias de CNN fracasaron rotúndamente y terminaron ahogando a Uribe, a quien lo mató su general mimado recientemente declarado culpable en una corte de sus patrones imperiales. Sí Dieterich fuera serio, no se perdería en lo supuestamente "evidente" y no se hubiera puesto a ponderar chismes y rumores, como lo hacen muchos indecentes chismosos profesionales, sino que hubiese hecho un análisis más reposados sobre el porque de Maduro y no de Diosdado Cabello, que no estuvo realmente en los cálculos con más posibilidades para empuñar el cargo de figura timonel, ante lo cual se deben barajar varias variables, algunas de ellas no todas, como: presencia mediática, logros, aceptación electoral, imagen pública dentro y fuera del partido. Ese análisis por ejemplo, lo hizo revista SEMANA de Colombia que es enemiga declarada del proceso revolucionario bolivariano.
Dieterich, se arriesga a decir que el PCUV, en otro petardo divisionista pudo sacar airoso a sus pupilos, caso en el cual, personas del PCUV, a las cuales desde mi punto de vista no se les puede macartizar por haber hecho apuestas políticas, apoyaron 17 aspirantes a gobernadores y en otros lanzaron los propios o se fueron en alianzas opositoras, siendo la de Florencio Porras depronto la más polémica, pero en las demás el PCUV apoyó a los candidatos del Gran Polo Patriótico, que es otra de las claves que no tiene en cuenta el señor arrogancia Dieterich, porque su propósito no es académico, es divisionista y ya esa carta la ha jugado en el pasado con Baduel y con Bladimir Villegas. Al primero lo ponderó como el más indicado para asumir las banderas "intelectuales" del chavismo, cuando Baduel, se ha distinguido más por tropero y sus malos modales ante la prensa opositora (recordar el eructo antes del golpe de estado en una rueda de prensa), pero no por se un gran pensador, algo que sí por ejemplo tenía un Muller Rojas sin hacer tanta bulla. De Bladimir Villegas dijo que iba a ser el próximo presidente, esperando que el PSUV y Chávez le hicieran caso.
En todos estos escenarios, los hechos desmienten a Dieterich, alguien al que hay que confrontar sin miramientos, sobre todo evidenciar en forma concreta sus escritos divisionistas o difamadores, como aquel en que dijo que Fidel era racional y kantiano, pero Chávez era bonapartista y emocional. Sí Dieterich fuera marxista, en este y otros escritos, analizara por ejemplo, el papel de las masas, de la opinión, tuviera en cuenta las variables cuantitativas electorales, las cuales para nada cuentan en sus escritos en los cuales lo que se mira es especulación, rumor y chisme, una fórmula harto conocida en los taumaturgos o en los académicos al servicio de la CIA, a todos los cuales les cala como hecho a medida el ropaje de farsantes y traidores.
Entonces, no es Diosdado Cabello el Capriles Radonsky del proceso bolivariano, tal vez sea un político dentro del PSUV que no tiene chance presidencial por sus desaciertos y la macartización, lo que sí es cierto es que Heiz Dieterich no sólo es el caballo de Troya académico de la revolución, sino el Stauffenberg de una nueva forma de nazismo revuelto con hegelianismo, que se sueña no sólo dueña del "noumeno" o "numen" de la política, la sabiduría suprema que según Hegel le fue dada a pueblos escogidos, entre ellas el pueblo alemán. Dieterich piensa que estamos todavía en la época de espejitos y abalorios cambiados por narigueras de oro. Pobre Dieterich: no se ha dado cuenta que este mundo cambió y que los falsos dueños del númeno, tienen por ejemplo a una Ángela Merkel, una renegada de la antigua RDA sumiendo a Europa en la miseria y el hambre a través de un euro ligado al FMI, pero subordinado al dólar de papel, una Europa tan pobrecita políticamente que en Grecia y Portugal, corrió a votar por sus verdugos que prefieren premiar con dinero público a la banca tahúr perdedora, pero castiga con hambre, desempleo y expropiación (desahucio le llaman en la monarquía española).
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