El tiempo pasa y hay canciones que cada vez se van poniendo más nuevas y hermosas. Es el caso de las creadas por el cantor venezolano Alí Primera, que hoy, a 73 años de su nacimiento y a 55 de haber compuesto Humanidad, su primera canción de combate por la paz con justicia y amor, se cantan y escuchan tan ardorosamente como cuando brotaron de su alma y corazón. Esto se debe a que el Panita Alí, no fue una simple figura de moda, ni su canto un mero producto comercial. Alí fue un revolucionario verdadero y su canto un delicioso y nutritivo manjar ofrecido en la mesa cultural de los pueblos de la tierra, para fortalecer la lucha por el buen vivir.
El canto de Alí, no surge así por así. Resulta que en esa época de la Cuarta República por la que transitó Venezuela, época de miseria y terror capitalista contra quienes osaban reclamar sus derechos, al pueblo no le quedó otro camino que el de la revolución, y como las revoluciones, así lo confirma la historia, todas vienen cantando y danzando al son de su propia canción, entonces, del corazón de las cantoras y cantores con dignidad, entre quienes se hallaba Alí, brotó esa canción, que no por simple capricho fue definida como Necesaria y Valiente: es que la necesidad obliga. Y claro, las persecuciones contra aquella joven cantoría no se hicieron esperar. Que el mismo Alí nos cuente cómo eran las cosas en esos tiempos: “Me acaban de volver a amenazar. No me perdonan que no me haya amedrentado y que mantenga una conducta cónsona con mi canción… Ahora llaman a mis vecinos para intimidarme. Siguen persiguiéndome y tratando de que tenga un accidente, hasta ese acto de cobardía han llegado… Yo sigo cumpliendo con mi deber, si el deber de mis enemigos y de los enemigos del pueblo es eliminarme, que lo cumplan. Ya no les queda chance de amedrentarme.”
Total es que al final el fusil no pudo. Definitivamente, es imposible matar una canción que en el mismo corazón del pueblo es donde florece. Podrán matar al cantor, como muy posiblemente sucedió con Alí, pero su canción no morirá jamás. En la Venezuela de hoy, esa canción, cada día se siente más viva y sigue siendo, en la voz del pueblo bolivariano y chavista, un arma imprescindible en la lucha contra el terror capitalista cuya pretensión es hacer girar hacia atrás la rueda de la historia.
Alí, siempre fue consciente del enorme poder del canto del pueblo en su estado natural: “La música, cando se pone a cabalgar en ella versos donde el protagonista es el hombre hecho combate, cuando el amor que se nombre ya no es el individual, el intimo, sino el amor solidario por todos los seres humanos, cuando el verso además de divertir proporcione elementos reflexivos y concientizadores, cuando la canción cumple estas características se convierte en un arma popular que defiende a su pueblo.”
Las cantoras y cantores de los pueblos del mundo tenemos en nuestro hermano Alí, un magnífico ejemplo a seguir. Que su verbo siga ardiendo para que nos ilumine y anime con su calor: “…somos de los cantores que no están interesados en llenar de audiencia a la canción, sino de llenar de conciencia a la canción. No interesan los que aplaudan simplemente. Son necesarios los que siguen el camino ofrecido por la canción… La canción es un hecho vital, un ejercicio vital, cuando se percibe como una aliada del hombre en seco, de su alegría, de sus derechos y de su dignidad.”
Cantar hasta la última gota de verso que nos quede, en aras de la liberación de los oprimidos, la salvación de la humanidad y nuestra madre tierra, como fue la enseñanza del siempre vivo profeta falconiano, es el compromiso de las y los cantores de los pueblo de Venezuela, Nuestra América y el mundo.
¡Viva la unidad de las cantoras y los cantores de dignidad!
¡Viva la unidad de las y los artistas amantes de la paz!
¡Alí Primera vive, su canto sigue!
¡AMANDO VENCEREMOS!