La revolución cubana es prueba irrebatible de la capacidad de resistencia de un verdadero sistema social justo y humanista, de un socialismo deslastrado de dogmas, en permanente construcción, frente a la despiadada agresión imperial. El socialismo cubano es sin duda una lección del que hacer, una experiencia adaptable a nuestras latitudes. Me atrevería a decir que cuba revolucionaria es más que eso, es la esperanza de la humanidad.
Con el advenimiento de la implosión soviética y de todo el campo socialista. La revolución cubana vio desaparecer de golpe lo que representaba, para entonces, el 85% de su comercio exterior. Para peor desgracia del pueblo cubano y su gobierno, el imperialismo norteamericano desarrolló una serie de medidas restrictivas que reforzaron el bloqueo que, desde 1961 luego del triunfo de la revolución y la declaración del carácter socialista de la misma, se implementase con la finalidad de doblegar a ese noble pueblo rebelde, destruyendo su economía dependiente, para ese entonces, del mercado norteamericano.
Así pues, nace la revolución cubana enfrentado al poder económico y militar más descomunal y bárbaro que se haya sucedido en la historia de la humanidad, el imperialismo yankee, en medio de la mal llamada “Guerra Fría”, hoy claramente definida y extendida por todo el mundo «la Guerra por la supervivencia del Capital».
Es cierto, Cuba revolucionaria contó desde el primer momento con un importante apoyo económico y militar del Estado soviético, más a decir del Comandante Che Guevara, nunca fue el esperado por la revolución. Las relaciones del tipo mercantilista se le imponía a la débil economía cubana desde el Estado y las empresas soviéticas, relaciones capitalistas entre Estados supuestamente socialistas, incluso se pretendió copiar en Cuba su propio modelo económico definido por los “especialistas” economistas soviéticos como el Calculo Económico, en donde la ley del valor del mercado hace de su alarde, el mismo que fuese objeto de fundamentadas criticas por parte de un inquieto pensador, estudioso y revolucionario integral, quien dijo: «Es imposible construir el socialismo utilizando las herramientas melladas del capitalismo». Che Guevara.
Quien tuvo oportunidad de leer al Che y la capacidad de comprensión necesaria; de sus estudios de economía, -motivadas por sus ansias propias de aprender y convicción critica de la realidad y por las responsabilidades a él encomendadas por la revolución (Presidente del Banco Central y Ministro de Industria de Cuba)- de sus profundos análisis critico de la economía y las contradicciones por él vistas en los países del campo socialista a su paso por Praga; nunca fue sorprendido por la implosión de la URSS. Incluso el mismo Che llego a predecirlo en uno de sus escritos el año de 1964 y propuso para Cuba un nuevo sistema económico que llamó: Sistema de Financiamiento Presupuestario.
Cuba revolucionaria se nutrió de sus propias experiencias, tomó lo necesario y barrio con los viejos dogmas. De su aptitud crítica de la realidad y sobre todo de sus fuertes convicciones morales y éticas que inspiran su dirección revolucionaria, el Comandante Fidel y el Partido Comunista (su vanguardia), de su estudio comprenderíamos el ¿Por qué? de su fortaleza.
Cuba revolucionaria nos ha regalado el ejemplo, el arma que demuestra la viabilidad del socialismo aun en las peores condiciones producto del criminal bloqueo económico y del terrorismo de Estado desatado por el imperialismo norteamericano quien vislumbra en su ejemplo un verdadero peligro. Apoyar revolución cubana es igual que apoyar y fortalecer nuestra revolución, es la misión de todo revolucionario.
La revolución bolivariana deberá entender la necesidad de trascender sus fronteras en la razón de que no existen salidas aisladas a los problemas que conciernen a la humanidad en este mundo globalizado, que las obra socialista requiere de la integración verdadera de nuestros pueblos. También deberá comprender el error garrafal que resultaría de utilizar, como diría del Che «Las herramientas melladas del capitalismo para construir el socialismo en nuestros pueblos». ¡No seamos sorprendidos! Ronda por estas latitudes el espectro de esas mismas deformaciones hoy trasmutada en su par contemporáneo, el “Calculo de las Equivalencias” y el apoyo al Capital Privado “Nacional”.
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