En las elecciones parlamentarias del 2015 el proceso se está jugando a Rosalinda, ya que si las pierde la oposición convocará un referéndum, bien para cambiar la constitución y relegitimar los poderes públicos, bien para modificar el período presidencial y convocar nuevas elecciones presidenciales.
Para ese evento la situación actual no podía presentarse peor para las fuerzas revolucionarias, con una opinión negativa del gobierno en la población de cerca del 80%, producto, fundamentalmente de tres factores determinantes: la inflación, la escasez y la delincuencia.
En este artículo tocaré el tema de la inflación.
COMO SE DETERMINAN LOS PRECIOS
El precio de los bienes y servicios refleja el punto de equilibrio en un momento determinado entre la oferta y la demanda. La primera expresada en la cantidad de bienes y servicios que se ofrecen en el mercado y la segunda por el volumen monetario disponible por los consumidores en sus distintas variantes para adquirirlos.
Es decir, a cada volumen de ambos factores, corresponde una determinada escala de precios, por lo que, si la cantidad de alguno de esos factores varía, el precio final de los productos o servicios cambia.
Por el lado de la oferta, si hay más cantidad de bienes y servicios que las que el mercado puede absorber, el precio tenderá a caer. Si por el contrario la oferta disminuye el precio aumentaría.
Por el lado de la demanda, es decir, del dinero en poder de los consumidores, si esta disminuye el precio tiende a bajar y si aumenta los precios tienden a subir.
LA TORMENTA PERFECTA
Actualmente en Venezuela estamos viviendo en esa materia una verdadera “tormenta perfecta”, ya que, por un lado, la oferta de los bienes ha disminuido sensiblemente, presionando hacia al alza a los precios, abriendo de par en par las compuertas de la especulación, y por el otro lado, el aumento de la liquidez en poder de
los consumidores se ha exponenciado gracias a que, al no ofrecerse en el mercado los bienes que históricamente se han consumido hay un sobrante de liquidez que presiona sobre los bienes que si hay.
Esta situación de desequilibrio es ayudada fuertemente por tres elementos externos al mercado en sí: a) la no existencia de intereses positivos en el sistema financiero nacional que incentive la captación de la liquidez sobrante, b) una importante y descontrolada oferta de productos básicos regulados que aumentan el exceso de liquidez en los sectores medios altos y en los sectores altos y c) un mercado de divisas controlado que no permite la libre convertibilidad de esa liquidez en divisas extranjeras.
A ello hay que agregarle ahora la actual baja descomunal en los precios petroleros, impulsada por los ánimos guerreristas de Estados Unidos y Arabia Saudita.
LA ESCASEZ TIENE DOS PADRES.
El primero es el sector opositor.
Ciertamente este proceso descontrolado de inflación se inicia a los pocos meses del triunfo presidencial de Maduro en el 2013 con una virtual huelga de importadores opositores que provocó un gran desabastecimiento de bienes con miras a, primero, crear un descontento popular que influenciar en las elecciones municipales de ese año y que la dirigencia opositora planteaba como un plebiscito, y segundo, si ese plan fracasaba, utilizar esa escasez como soporte de una insurrección popular, como pretendieron que ocurriera con el famoso movimiento bautizado como “La Salida”.
El segundo padre es el propio gobierno, que de una manera inexplicable y después que derrotó la insurrección fascista, implementó una política de disminución de la importaciones de productos esenciales, dizque y que, basándose en las tesis estalinistas, permitiese luchar en contra del “malévolo consumismo capitalista” y que lo que ha causado realmente es un gran malestar en la población.
Lo cierto es que si el gobierno no detiene la inflación, la vida que le resta al proceso de Chávez es muy corta.
MEDIDAS LOGICAS
Realmente no es tan difícil controlar la inflación. Mucha tinta se ha utilizado en muchas latitudes para tratar el tema, siendo las medidas impositivas y el PVP las principales armas recomendadas.
Pero lo que sí ha permitido esta crisis es contribuir a generar la conciencia de que, si se quiere blindar el proceso, la economía no puede seguir dependiendo únicamente del petróleo, debemos pasar a ser una nación productiva.
Pero no como lo sostienen los neoliberales y los estalinistas, basada en una cultura exportadora que se afinque en la agricultura, en determinadas industrias y en el turismo, porque lo que realmente buscan con esas propuestas es que no desarrollemos una industria local que satisfaga la demanda del mercado nacional, para que el mismo siga siendo controlado por las grandes transnacionales imperiales, que es realmente la actual realidad del país.
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