I.
Al chavismo le llegó la hora de seleccionar las candidaturas para la elección de diputados y diputadas a la Asamblea Nacional 2015-2020.
La Asamblea Nacional tiene un gran poder. Una mayoria revolucionaria en el parlamento sirve para la construcción de una sociedad justa y amante de la paz. Una mayoria contra-revolucionaria siempre se presta para esclavizar al país a los intereses del capitalismo, tal como ocurrió en la IV República (lo mas patético cuando en los '90 el Congreso Nacional privatizó (en remate) a las 100 empresas mas importantes de Venezuela, reformó la Ley del Trabajo para legalizar los despidos masivos y la tercerización, legalizando mil fechorias mas).
Hay que considerar como actuan los parlamentos contra-revolucionarios cuando el gobierno es revolucionario. Víctimas de golpes parlamentarios tenemos: Allende en Chile (1973), Chávez en Venezuela (2002), Zelaya en Honduras (2009), Lugo en Paraguay (2012), Gerrit Schottle en Curazao (2012), Abdiweli Sheikh Ahmed en Somalia (2014) y Víktor Yanukóvich en Ucrania (2014).
También hay que tomar en cuenta lo que dice la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Rubén Pérez Silva, uno de sus dirigentes acaba de amenzar: “aquí hay que acabar con el concepto de la Habilitante, no señor, el presidente tiene un rol que jugar y el parlamento tiene otro que jugar, no solo hace las leyes sino que ejerce control sobre la administración del poder. (...) en la AN se puede tomar un voto de censura contra un ministro, por su mala gestión, que los hay, yo veo muy difícil que se salve uno, ese voto de censura puede implicar la destitución de ministros y hasta destituir al vicepresidente de la República”.
Esto pudiera convertirse en una batalla campal porque el Presidente de la República tiene el derecho constitucional de disolver la Asamblea Nacional.
De tal manera, que el Chavismo está obligado a tener mayoria aplastante, a ganar 112 curules para garantizar la institucionalidad democrática y la permanencia del Presidente Nicolás Maduro
II.
Ganar no se logra con meras declaraciones, hay que comprometerse, organizarse y movilizarse para ello. Solo la unidad del Chavismo puede garantizar la victoria en la magnitud que se requiere.
La matemática electoral dice que es posible la mayoria aplastante si derrotamos el triunfalismo y el sectarismo en las filas del Chavismo.
El PSUV que es el mayor componente dentro del Gran Polo Patriotico Simón Bolívar (GPPSB) y cuya tarjeta direcciona la votación del Chavismo, según el Artículo 6 de su reglamento, escogerá 98 candidatos y candidatas de los 113 curules que se eligen nominalmente, dejando para designar: 15 cupos nominales y los 51 para elección por lista. Es decir, quedan 66 cupos para candidatos y candidatas de otros partidos del GPPSB.
Se entiende que como en una eventual unidad de la oposición, los partidos de cuadros del GPPSB dispersos no tendrian vida, se busca entonces que el caudal de votos-listas del PSUV garantice el triunfo de candidatos y candidatas que militan en otros partidos chavistas. Por otra parte, ante la paridad electoral entre el PSUV y una oposición unida, tanto los votos del resto de los partidos chavistas como los que pudieran captar personajes revolucionarios unitarios que gozan de prestigio en las bases del chavismo, son los que van a decidir la victoria de la revolución.
Lo ideal es una plancha única con los duros del Chavismo.
III.
Con esas premisas, una fórmula que busca la mayoria aplastante en la Asamblea Nacional debería reflejase así en la tarjeta del PSUV:
a) Primero en Voto Lista: Candidata o candidato de partidos de cuadros y personajes unitarios.
b) Segundo en Voto Lista: Candidata o candidato del PSUV.
c) En las circuscripciones nominales: 98 candidatas y candidatos electos en la internas del PSUV y 15 candidatas o candidatos designados, considerando las posiciones alcanzadas por los partidos de cuadros en los últimos eventos electorales y la matriz de opinión sobre personajes revolucionarios unitarios.
No importa la cantidad de tarjetas, lo esencial es una sola fórmula.