Edgar, pana mío desde antes de graduarnos de ingenieros por allá por 1994, él en mecánica y yo en electricidad, tengo una foto en donde lucimos frondosos bigotes y mucho pelo, casi siempre hace comentarios sobre lo que me da por escribir de vez en cuando. No me molesta, me agrada, pues escribo para eso, para ser leído y comentado. No es egocentrismo, es mi premio.
Le escuché una vez a García Márquez decir que él no leía lo que el mismo escribía, pues terminaba criticando al carajo que escribió esa vaina. Yo si me he puesto a leer lo que escribí luego de varios meses y hasta años y a veces me rio a carcajadas, pues de verdad me parece que ese carajo que escribió es un amarga vidas y jodedor.
Una premisa interesante para quien escribe artículos de opinión, es asumir que no debe responder a las críticas de sus lectores. El simple hecho de que nuestra opinión es personalísima y disfrutamos al compartirla, y cuanto más controversial sea mejor, implica que sabemos que los demás también la tienen y, por supuesto, intentamos orientar, persuadir, criticar y hasta seducir, pero jamás imponer, porque es imposible imponerse opinando.
También es un hecho que somos soñadores antes que escribidores. Podría decirse que compartimos los sueños por escrito, como para que conste en actas y no se diga luego que no lo dije. Posición hasta peligrosa, pues sin imponerse, pues no hay poder para hacerlo, puede costarnos la vida, física o moral. Algo así como el célebre I have a dream que le costó la vida a Martin Luther.
No soñamos porque sea gratis sino porque pensamos y razonamos en el subconsciente, Por eso, con la simbiosis soñar-escribir trascendemos al proponer como analizar, comprender, asimilar, actuar, hacer, crear, adaptarse y hasta modificar lo que a nuestro alcance sea modificable. El mundo es lo que hoy es, gracias a los soñadores y a los hacedores de sueños…y también es lo que es por los hacedores de pesadillas y los destructores de sueños.
Quienes han seguido mis escritos pueden constatar que evito referirme al período anterior a la Constitución de 1999 como la cuarta república, es más, creo que jamás me he referido al pasado como “la cuarta”. Me parece una forma muy simplista para dividir lo que no ha sido dividido, pues, a pesar de los cambios positivos y/o negativos hechos en revolución, los venezolanos seguimos comportándonos igual y si los republicanos no cambian la republica tampoco. Yo nací y me formé en este país, mi país, único e indivisible en tiempo y espacio, y sueño con modificar muchas cosas…demasiadas cosas. Pero creo que hacen falta más que soñadores y escribidores que seduzcan…Para mi hace falta algo de plan de machete.
Cuando escribí, o mejor dicho relaté lo ocurrido en la rueda de prensa ofrecida por el CDR el jueves 14 de abril, lo hice para encausar la opinión hacia el análisis del problema. No niego, que opiné y concluí en lo que a mí me parece. Quien lo desee puede releerlo y constatar que el relato de lo ocurrido fue objetivo. De manera pues que cualquiera puede borrar mi opinión y sobre el mismo relato establecer otras conclusiones.
En todo caso y por las dudas, ociosamente releí lo que escribí y titulé; “No le compro a malandros ni a precio today” y por ninguna parte mencioné algo de victoria o gesta. Tampoco califiqué a la compra de los cauchos como éxito o fracaso, ni siquiera mencioné si un grupo u otro fueron vencedores o perdedores. Mi opinión personalísima la subrayé, y concluí con una reflexión argumentada en el sobreprecio. Yo escribí y opine, y todos saben desde hace años cual es mi línea, así que no sé cuál es el asombro al que se refiere mi pana Edgar.
Mi pana Edgar tiene la esperanza que “el socialismo desaparezca”, y de verdad no sé cómo va a desaparecer algo que no se engendró, no se empreño al país. Hubo coqueteo, romance y hasta noviazgo, pero se hizo el amor con condón.
Chávez, en la introducción al plan de la patria escribió: “No nos llamemos a engaño: la formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista”. Es más, el mismo Nicolás Maduro dijo: “Nosotros intentamos un aplicar una gestión socialista en unas calles donde reina el más salvaje capitalismo neoliberal”
No estamos en socialismo, lamentablemente, estamos inmersos en un mercantilismo atroz e inmisericorde. Así que, mi pana, no vivimos esta tragedia gracias al socialismo sino por el temor al socialismo, temor infundado e inoculado. Vivimos la crisis de un capitalismo desenfrenado producto de una cultura rentista y a la venezolana. No hay producción nacional. Nunca la ha habido. Hemos vivido de la renta por 100 años, cual señor Barriga cobrando la renta a la vecindad del Chavo. Todo lo importamos para revenderlo adentro. Es más, han, los capitalistas, comprado dólares petroleros a granel y baratos para invertir solo una fracción, comprando mercancía en el exterior para revenderla lo más caro posible en bolívares, quedándose con el resto de los dólares. En otras palabras, han capitalizado, acumulado, en bolívares gracias a la reventa y al sobreprecio y han capitalizado en dólares, mintiendo sobre el uso que les han dado a los dólares otorgados. Nuestra tragedia es por no haber sabido o podido controlar a los capitalistas.
Volviendo a la dialéctica sobre la crítica de mi pana, Rechazo categóricamente al engaño. No creo haber engañado nunca a nadie, ni falseado la verdad. Tampoco reenvío propagandas o burlas, o chistes ofensivos, ni ofendo a los líderes de oposición por E-mail, Facebook o WhatsApp, ni me ocupo de hacer sentir mal a nadie…trato de dar información, me apoyo en la historia internacional para promover comparaciones y concluyo sobre la base de argumentos expuestos…y, de vez en cuando le inyecto algo de humor, atendiendo la canción de Merry Popins “un poquito de azúcar lo amargo quitará”
También tengo por consideración colocar el texto directo en el procesador palabras del E-mail, de tal manera que el lector pueda verlo sin descargar alguna aplicación y colocó el título en negritas y centrado, así quien vea que se trata de un artículo mío, puede de una vez eliminarlo, sin leerlo. Suponer basura antes de leer…es su derecho.
En el artículo comentado con asombro por mi pana, le achaco el problema a Dollar Today, si es cierto, pero también escribí sobre la falla del gobierno al no intervenir ante el sobreprecio. De la falla del gobierno habría que reescribir, pero centré el comentario del daño causado por la pagina Dólar Today para advertirnos y comprender sobre la peligrosidad de los medios de difusión de información y reflexionemos sobre la destrucción económica que causó algo tan virtual, pues se puso de moda, cual uña postiza, sin que nadie supiera de su procedencia, método de cálculo o fundamentación económica.
A quienes me leen, y que de vez en cuando me motivan a seguirlo haciendo les aseguro que continuaré reflexionando, bajo mi óptica y convicción propia y personalísima. Nadie me manda, nadie me paga. Cuando deba criticar a mi revolución lo haré, pero créanme de corazón, no vale la pena criticar al gobierno pues demasiado fácil criticar a cualquier gobierno…de eso han vivido todos los opinantes de oficio de la historia. Difícil es defenderlo, pues en nuestra condición humana es una tendencia natural y automática criticar a las estructuras de poder, tal vez por aquello de tener a alguien a quien achacarle nuestros males…un paga peos pues. Eso lo entendí cuando me la pasaba criticado a las juntas de condominio, hasta que me toco ser presidente de una.
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