Quiénes son nuestros enemigos y quiénes nuestros amigos? Esta es una cuestión de importancia primordial para la revolución. Todas las anteriores luchas revolucionarias de China sólo obtuvieron magros resultados, esencialmente porque los revolucionarios no supieron unirse con los verdaderos amigos para atacar a los verdaderos enemigos. Un partido revolucionario es el guía de las masas, y cuando las descamina, ninguna revolución puede triunfar. A fin de conquistar con seguridad la victoria en la revolución y no descaminar a las masas, tenemos que cuidar de unirnos con nuestros verdaderos amigos para atacar a nuestros verdaderos enemigos. Y para distinguir a los amigos verdaderos de los verdaderos enemigos, tenemos que hacer un análisis general del status económico de las clases de la sociedad china y de sus respectivas actitudes hacia la revolución (Mao Zedong. Análisis de clases en la sociedad china. Obras escogidas)
Ha poco tiempo, una agraciada estudiante de la universidad nos solicitó le hiciéramos una distinción entre lo que se consideran los amigos de un proceso de cambio revolucionario y sus enemigos, así como también se mostró interesada en conocer cuál es la razón por la cual la mayoría de las fuerzas de la derecha (ideología conservadora y retrógrada), todavía ostentan el poder en el mundo.
Las interrogantes, además de parecerme muy interesantes, me permitieron hacer las consideraciones que siguen:
La lucha frontal entre los cambios revolucionarios y los que se oponen a estos es tan antigua como la lucha de clases. Miles de crímenes cometieron los emperadores y reyes romanos contra los que se oponían a los regímenes de oprobio amamantados en la época esclavista y feudal. Recordemos como fue eliminado de la escena pública el esclavo y gladiador Espartaco por órdenes del emperador, similar suerte le ocurrió a Jesús. Más tarde en las cruzadas y en la inquisición se cometieron miles de atrocidades, entre las cuales podemos recordar las emblemáticas representadas por la quema en la hoguera de Galileo y la de una joven de 19 años llamada Juana de Arco. Pero al llegar a la era capitalista, los asesinatos perpetrados por los que dirigen los imperios modernos traspasan la barrera de los millones de seres inocentes, víctimas de la primera y la segunda guerra mundial, así como de las múltiples invasiones contra los países del tercer mundo…
Es entonces cuando mi interlocutora me preguntó ¿Es solo responsabilidad de los que han gobernado o gobiernan al mundo el haber cometido tantos crímenes e injusticias?
Querida amiga, para responder esta pregunta debemos distinguir claramente entre gobierno y poder, motivo por el cual le suministro un elemental ejemplo:
Hubo una vez un magnate griego llamado Arístides Onassis que en los principales puertos del mundo poseía un barco y cada uno de estos tenía un capitán. En este caso, los que conducían la nave ostentaban el gobierno del mismo, pero el puerto de destino lo señalaba el dueño del barco quien era el que tenía el poder. Queda claro entonces, que en muchas ocasiones quienes gobiernan no son dueños del poder, sino que conducen bajo la dirección de los propietarios de los medios de producción y distribución de las grandes riquezas que existen en las naciones. En general, son los dueños del capital los que detentan el poder fáctico, mientras que los que gobiernan necesariamente no son los que ostentan el poder.
Una acotación adicional: en los países capitalistas, el poder principal se concentra en manos de los dueños de las empresas transnacionales, quienes son los que por diversas vías (electorales o dictatoriales), colocan a los que gobiernan los países que están bajo su órbita. Mediante sus inmensas riquezas económicas y financieras, los capitalistas controlan los medios de comunicación y la mayor parte del aparato del poder político.
De nuevo la joven preguntó: ¿Se han dado situaciones donde a los poseedores del poder fáctico se les haya escapado el control del gobierno en algún país?
Claro que sí, le respondí inmediatamente. Pero téngase en consideración que en la mayoría de los casos, si el movimiento triunfante no se prepara rápidamente para golpear con fuerza y efectividad a los dueños del capital que son los verdaderos propietarios del poder, a corto o mediano plazo, estos últimos recuperan su influencia, y colocan en el gobierno a gente que trabaje en función de sus intereses.
En este orden de ideas, debemos tener claro que si los medios de producción y distribución siguen en manos de los capitalistas-pro-imperialistas, es prácticamente imposible gobernar de verdad con efectividad para el pueblo.
Vuelve de nuevo mi intelocutora y pregunta:
¿Se puede golpear al enemigo con eficiencia y eficacia si se carece de un verdadero poder de decisión?
Inmediatamente le respondí:
En este sentido, golpear al enemigo con eficiencia y eficacia en un proceso que intenta ser revolucionario, significa disminuir sustancialmente el poder a las clases poderosamente ricas, bien posicionadas en el ámbito diplomático y militarmente fuertes. Cuando los gobiernos progresistas, se tornan muy suaves en sus reacciones, es evidente que el enemigo toma nota y va con "todos los hierros a cobrar los suyo". Darle tregua a la reacción derechista, es un síntoma inequívoco de que se vacila a la hora de profundizar los cambios revolucionarios, y como decía Simón Bolívar: Vacilar es perdernos.
En este mismo sentido, hace muy poco, el escritor y profesor Luis Brito García sentenció: "se quiere ver como un apocalipsis un revés en una justa electoral en la que se ha vencido dieciocho veces. Pero es difícil triunfar indefinidamente en contiendas electorales cuando se deja al adversario la potestad de realizar o no realizar la importación, producción y distribución de los bienes básicos. Con ello los procesos progresistas entregan al enemigo la llave de su marcapasos. Las revoluciones solo sobreviven mientras avanzan" (apoorrea.org. 28.08.2016)
En otras palabras, si en vez de golpear contundentemente, nos dejamos pegar con el mazo nefasto del poder económico nacional e internacional, es evidente que en vez de gobernar con suficiente poder, lo que hacemos es minimizar nuestras fuerzas y debilitar el relativo poder que pudiese tener quien gobierna un país que apenas está iniciando su proceso con intenciones socialistas. Vale resaltar, que ante la mimetización permanente que acostumbra la milenaria derecha para atacar y obstruir el camino vía al socialismo, es necesario y urgente saber distinguir cuando dicen la verdad y cuando disfrazan sus actuaciones. En algunos momentos hablan de que actuarán pacíficamente, pero detrás de la espalda tienen la bomba dispuesta a hacerla estallar…
Mas adelante, la joven nos consultó: ¿Se puede gobernar con éxito a un país del tercer mundo, sin enfrentar con eficiencia y eficacia las tácticas y estrategias impulsadas por el imperio que actualmente domina la mayor parte del mundo occidental?
Evidentemente que la repuesta es negativa. Como muy bien se conoce, quien hasta ahora ha demostrado eficiencia y eficacia para ejercer su dominio sobre la mayoría de los países del planeta es USA y sus aliados. Salvo escasas excepciones, los países periféricos han venido siendo invadidos directa o indirectamente por el poder imperial, quien por cierto mediante el saqueo y la guerra sucia a otros países, ha logrado ejercer su hegemonía, no sólo bélica, sino también económica-financiera y sicológica.
Así se tiene, que en el caso de América Latina y el Caribe, con excepción de Cuba y Nicaragua, el resto de los países, sean progresistas o no, están regidos directa o indirectamente por los dictados de los capitalistas, que como se conoce son los poseen la mayoría de tierras, fábricas, transportes y otros medios para imponer sus estrategias. Tengamos en consideración, que para las transnacionales y sus asociados, mientras ellos tengan la propiedad y control sobre los medios de extracción, producción, distribución y comunicación, el poder sigue en sus manos. El hecho de que en un momento dado sus asociados pierdan el poder político, no es una condición suficiente para que se sientan derrotados.
Es en este orden de ideas, que en la Venezuela del siglo XXI, a pesar de que el gobierno se autodenomina socialista, en la práctica el poder lo siguen teniendo las transnacionales y sus socios que se han instalado en el país. Esta es la razón fundamental por la cual la oferta de bienes y servicios es decidida por los empresarios privados, condición que les facilita esconder, destruir o exportar ilícitamente los productos, incluyendo el denominado contrabando de extracción, donde las estadísticas muestran que más del 90 % de las empresas son privadas, condición que le permite a los capitalistas y al propio imperio comandar los negocios del país con la mayor facilidad, y por ende facilitando que las mercancías sean lo más escasas y con el mayor precio posible. La debilidad del gobierno bolivariano ha llegado al extremo, que desde el exterior se controla el valor de su moneda con relación al US $ motivo por el cual, progresivamente el bolívar cada día pierde su valor de cambio. Por supuesto, todo esto es posible, porque la gran empresa privada domina a sus anchas las relaciones de producción y distribución existentes en el país. Si a esto se añade que del 10 % de las empresas restantes (en manos del Estado o de propiedad colectiva), tal vez la mitad cayeron en manos de saboteadores e incapaces, es entonces razonable concluir que los y las venezolanas, estamos en manos de Dillinger, Alcapone, Lucky Luciani y compañía.
Se necesitaría ser ingenuo, de muy poco vuelo mental, o sencillamente ubicado ideológicamente en la extrema derecha, para no entender o justificar que la estrategia capitalista es la que predomina en Venezuela, a pesar del innegable esfuerzo que hace un sector del gobierno por enderezar la situación. Y es que no puede ser de otra manera, toda vez que ningún imperio desde las remotas épocas de la humanidad, le ha permitido a las que ellos consideran sus colonias, gobernar con autonomía, soberanía e independencia, por el contrario su interés fundamental siempre ha consistido en apropiarse de las riquezas naturales de los pueblos del tercer mundo.
Por último, se nos hizo la siguiente pregunta: ¿Por qué si esto es así, países como Colombia, México, Perú y naciones similares, en la actualidad no sufren amenazas de invasiones como las que Mr. Obama y el Jefe del Comando Sur, han expresado en el caso de Venezuela?
Sencillamente, porque estos países tienen el modelo de gobierno que satisface los intereses de Washington: a) una minoría de transnacionales y multimillonarios controlan la economía b) el gobierno de turno recibe y ejecuta instrucciones siguiendo el mandato del Pentágono y las transnacionales c) Las riquezas naturales son en su gran mayoría objeto de apropiación por las transnacionales y las clases ricas que actúan en el país d) Hay abundancia de bienes para los que disponen suficientes divisas o dinero nacional d) las tierras están en manos de terratenientes extranjeros y nacionales e) las remuneraciones y beneficios sociales para los pobres y clase media baja son mínimos.
¿Es este el modelo de gobierno que quieren imponer USA y sus socios que actúan en Venezuela?
Efectivamente, esta solución es la "gran oferta". Se trata de instalar un gobierno dócil a los dictados del gran capital. Un gobierno que permita tener una PDVSA y unas empresas mineras que vendan el petróleo y sus derivados al exterior a precios muy bajos y donde por supuesto, obras como la Gran Vivienda Venezuela, las Misiones y otros proyectos que favorezcan a los más pobres desaparezcan y en su lugar se aplique con la mayor elegancia posible las privatizaciones y todo aquello que realce el poder de los ricos y lleve a las grandes mayorías a vivir en la miseria ¿Es una mentira que el modelo instaurado por los empresarios en el gobierno dirigido por Mr. Macri en Argentina va por ese camino? ¿Es cierto o no que en cada uno de los países del Oriente medio donde USA ha invadido, se ha sembrado la destrucción entre los propios nacionales y tanto la U.E. como USA se llevan sin minramientos el petróleo y otras riquezas naturales? ¿Es muy difícil entender qué intereses económicos y políticos estan detras de la invasión a países como afganistán, Irak, Libia y ahora Siria, los cuales en la actualidad están prácticamente destruidos y parcialmente desmoralizados? ¿Es cierto o no que el F.M.I, el Banco Mundial y el CIAT son instituciones que favorecen los intereses financieros del gran capital privado, mediante sistemas tributarios nada favorables al verdadero desarrollo económico? ¿Sería simple casualidad que el imperio del Norte en el año 2002 financió y promovió el golpe de Estado contra el gobierno bolivariano, a pesar que este apenas había comenzado a funcionar? ¿Cuál es el principal objetivo de la sociedad secreta denominada club Bilderberg?
He allí entonces la importancia, mi querida amiga, de distinguir con mucha perspicacia entre los amigos y los enemigos de los procesos revolucionarios, y fundamentalmente, conocernos nosotros mismos. Esta apreciación es la brújula fundamental que nos ayudará a orientar la lucha con la debida eficiencia y eficacia en contra de los enemigos del pueblo. En este sentido no basta con acceder al gobierno, lo más importante es lograr alcanzar el poder, esa llave que durante siglos ha estado bajo el dominio y control de los imperios y sus lacayos. Recordemos siempre: sin poder factico es prácticamente imposible hacer una revolución victoriosa. Pero para que esta eventualidad se consolide de manera positiva,es indispensable estar en todo momento alerta, a la ofensiva y dispuest@s a evitar que el enemigo valiéndose de nuestra extremada humildad y pasividad imponga sus injustos proyectos. Tengamos claro y presente: las revoluciones que han sido triunfantes, desde un comienzo han vencido el miedo y la extremada moderación. Es necesario entender que todo proceso orientado a realizar una revolución requiere de gran coraje y constancia en la lucha, así como estar dispuest@ a comparar las fortalezas, debilidades y perspectivas de cada sistema político, económico, social y militar. Esperar que el enemigo imperialista será complaciente y descuidado con nuestras propuestas, es un acto de craso infantilismo político que definitivamente la historia jamás perdonará. Por el contrario, buscar la paz con justicia social y practicar una sana audacia revolucionaria, alejada de fanatismo y extremada cautela, es una buena ruta a seguir en el presente y en los próximos años.
Aproveché un breve intermedio para invitar a la inquieta e inteligente estudiante, a leer el siguiente pensamiento del máximo líder fundador de la República Popular China:
Son nuestros enemigos todos aquellos que están confabulados con el imperialismo: los caudillos militares, los burócratas, la burguesía compradora, la clase de los grandes terratenientes y el sector reaccionario de la intelectualidad subordinado a ellos. El proletariado industrial es la fuerza dirigente de nuestra revolución. Nuestros amigos más cercanos son el semiproletariado en su totalidad y la pequeña burguesía. En cuanto a la vacilante burguesía media, su ala derecha puede ser nuestro enemigo, y su ala izquierda, nuestro amigo; pero debemos mantenernos constantemente en guardia y no permitirle a esta que cree confusión en nuestro frente.
Quien tome partido por el pueblo revolucionario, es un revolucionario. Quien tome partido por el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, es un contrarrevolucionario. Quien se coloque al lado del pueblo revolucionario sólo de palabra, pero no en los hechos, es un revolucionario de palabra. Quien se coloque al lado del pueblo revolucionario tanto en los hechos como de palabra, es un revolucionario en su más pleno sentido (textos tomados de las Obras Escogidas de Mao Zedong)
Para cerrar, la bella me volvió a interrogar: ¿Qué poder puede sustituir la fuerza casi invencible de un imperio y sus lacayos?
Como ha quedado demostrado a través de la historia, solo los pueblos unidos y debidamente convencidos de su papel histórico transformador, pueden derrotar imperios. La victoria de Vietnam sobre los imperios Francés y Yanki y el triunfo de la Revolución Cubana, son algunos de los ejemplos que demuestran que cuando el poder popular se acompaña de una alta conciencia revolucionaria y patriótica, es prácticamente imposible que cualquier poder imperial lo derrote. Es evidente que si además de los atributos ya nombrados, el pueblo estudia, investiga y trabaja con disciplina y esmero, el triunfo no se dejará esperar. En este sentido armarse de poder, es utilizar la fuerza y el talento humano para enfrentar con fuerza a los enemigos del pueblo, y estimular una transformación profunda que beneficie a la mayoría de la población trabajadora mediante planes, programas y proyectos que vayan dirigidos a generar la paz con equidad e igualdad social.