Que coman tortas

No hay pan pero hay tortas; no hay leche pero hay yogur; no hay harina Pan pero ninguna arepera ha quebrado.

A la reina María Antonieta le informaron, Revolución Francesa adentro, que la gente pobre no hallaba pan.

«Qu’ils mangent de la brioche» recommanda-t-elle.

En castellano:

—Que coman tortas —recomendó.

¿Anécdota apócrifa? A María Antonieta le atribuyen desmesuras así, porque dizque era una cabeza frita. No. En su autodefensa, por ejemplo, demostró inteligencia y solidez. En lo que sí no hay dudas es que de bonche en frivolidad hizo todo lo que pudo para que aún la veamos como La Sifrina Mayor. Fue prisionera de la ideología de su clase, con la soberbia infinita que la perdió. Discernir, pues, la veracidad o falsedad del incidente de las tortas es majadería. En cambio sí es útil estudiar la lucha de clases, que la odiaban por más de un motivo y que la divulgación del episodio de las tortas empeoró su imagen. Se volvió el icono de la odiada aristocracia.

Así está sucediendo con la guerra económica que te están propinando: si no hallas harina Pan come tortas, te dice Lorenzo Mendoza, otro empeñado en ser icono. Parece una cuchufleta porque es una cuchufleta. Te niegan los bienes y encima se ríen de ti, sobre todo cuando te ven culpando al gobierno de lo que ellos hacen.

Interesante: solo faltan bienes industriales de distribución masiva. No así productos que vienen directamente de la campiña: carne, verduras, frutas… Están caras pero no faltan. No generan colas, o casi. Porque más del 90% de la distribución masiva la controla el gran capital en guerra contra ti.

Pero no todos los productos: ve a un centro comercial sifrino y te hallarás en la Tierra de Jauja. Todo bien caro, eso sí. Celulares inteligentísimos. Las modas de otoño neoyorquina y parisina. Pásate por los restaurantes de lujo, si quieres, y verás que no solo están llenos sino que afuera abundan autos de gran lujo y lujuria.

En estos últimos meses del año la ultraderecha imperial arreciará sus ataques, es decir, pondrá a prueba nuestros nervios, como en Chile hace 43 años.

La consigna que nos dejó Chávez es bien nítida: Unidad, lucha, batalla y victoria. Porque, además, somos el país con más recursos del mundo para los retos del siglo XXI.



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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